La automotriz japonesa Nissan confirmó el desmantelamiento de su línea de producción en la planta cordobesa de Santa Isabel, trasladando la fabricación de la camioneta Frontier a Morelos, México. La decisión arrastra también al modelo Alaskan de Renault, poniendo fin a siete años de alianza entre ambas marcas en Argentina (2018-2025).
Caída libre en números
El proyecto argentino de Nissan -que incluyó una inversión de USD 730 millones anunciada en 2022 durante el gobierno de Alberto Fernández– mostró su primera grieta en 2024 con el desplome de la producción, desde las 33 mil unidades de 2023 a apenas 17.500.
Ya durante el gobierno de Javier Milei, la línea de producción atravesó 100 días de suspensiones laborales por la misma caída de producción, que para 2025 se proyectaba en tan sólo 13 mil unidades, lejos de crecer “como pedo de buzo”, utilizando la expresión que el propio Milei utilizó para describir un supuesto crecimiento económico para este año que no se verifica en los hechos.
En la planta de Santa Isabel trabajan 1.415 operarios, con 400 vinculados directamente a los modelos Frontier y Alaskan. Fuentes sindicales advierten que 3.000 trabajadores de Smata, UOM y Plástico quedarán sin empleo, y que 230 contratos caerán en junio al finalizar la producción programada.
Mientras el gobierno argentino no se ha expedido sobre el caso, en México ya preparan la logística para recibir las nuevas líneas de producción de la Frontier, modelo que hasta 2023 salía de la planta cordobesa a razón de 180 unidades diarias.
México vs. Argentina: el mapa de las inversiones
La decisión de Nissan se suma a otras importantes empresas que eligieron el mercado mexicano bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum.
Por caso, la argentina Mercado Libre, que tiene como CEO al libertario Marcos Galperín, confirmó 3.400 millones de dólares en inversiones para 2025 en el país azteca.
Otro ídolo libertario, Elon Musk, también confirmó la ampliación de plantas en México pese a la supuesta cercanía que mantiene con el presidente libertario.
