El titular del Tesoro de Estados Unidos confirmó que el préstamo de 20 mil millones de dólares para el gobierno de Javier Milei anunciado días atrás tiene como objetivo sostener al libertario hasta las elecciones legislativas de octubre.
Scott Bessent, titular del Tesoro de Estados Unidos, confirmó lo que muchos analistas ya sospechaban: el respaldo financiero de 20.000 millones de dólares anunciado para Argentina tiene un propósito puramente electoral.
Durante una entrevista con la cadena Fox Business, el funcionario no ocultó las verdaderas intenciones detrás del salvataje. “El plan es que mientras el presidente Milei continúe con sus fuertes políticas económicas, nosotros podamos ayudarlo a llegar a las elecciones“, declaró Bessent sin rodeos.
La confesión resulta particularmente reveladora porque además da a entender que la administración de Donald Trump tiene dudas reales sobre la capacidad del gobierno argentino de sostenerse hasta los comicios legislativos del 26 de octubre.
El secretario del Tesoro luego agregó que “no vamos a dejar que un desequilibrio en el mercado cause un problema en sus reformas económicas estructurales”. Plegado al discurso libertario, aseguró que la desconfianza se debe a que “el mercado está mirando por el retrovisor y está viendo las décadas, los siglos, de una terrible mala gestión argentina”.
Sin embargo, reconoció que “la gente está preocupada, la gente está asustada” y que “es muy difícil creer que sea diferente esta vez“, aunque expresó su confianza en que “con el presidente Milei lo es“.
En semanas anteriores, el funcionario había comenzado a esbozar la posibilidad de asistencia financiera a Argentina, presentando al país como un “aliado sistémicamente importante” en América Latina.
Sin embargo, quedó claro que esta ayuda está estrictamente condicionada al mantenimiento de las políticas económicas actuales y tiene como horizonte específico las elecciones de medio término. De fondo, es cada vez más claro el interés geopolítico de Trump en extender su influencia en la región y dentro del propio gobierno argentino.
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Un salvavidas para el Milei y Caputo
La asistencia incluiría no solo el swap por 20.000 millones de dólares, sino también la posible compra de bonos soberanos argentinos por parte del Tesoro estadounidense. No obstante, estos instrumentos financieros aún deben ser aprobados por el gobierno norteamericano.
Para el gobierno de Javier Milei, los anuncios fueron un alivio en su momento más delicado, con la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el dólar en alza constante, el riesgo país por encima de los 1.000 puntos básicos y las reservas del Banco Central en caída.
Es por esto que la reacción inicial del gobierno argentino al anuncio de Bessent fue de euforia. Tanto Javier Milei como su ministro de Economía Luis Caputo reprodujeron inmediatamente en sus redes sociales el mensaje del secretario del Tesoro, celebrando lo que interpretaron como un respaldo incondicional de Washington.
Fue tal el apuro por replicar las “buenas noticias”, que aparentemente los funcionarios no comprendieron el alcance del condicionamiento propuesto por Casa Blanca. De hecho, el propio Bessent había presionado al gobierno para que elimine su quita temporal de retenciones al grano.
Es que Milei y su tropa se encontraron en una situación extremadamente fragil en la previa de las elecciones legislativas nacionales. Es por esto que habían reducido a cero las retenciones al sector agropecuario. Además, eliminaron las retenciones sobre la carne y se liberalizó el mercado de exportación de servicios, eliminando comisiones y topes para el ingreso de divisas.
Estas decisiones reflejaban la urgencia del gobierno por generar un ingreso inmediato de dólares que permitiera oxigenar las reservas del Banco Central, aunque sea de manera temporal. La estrategia era crear un puente financiero que sostenga la estabilidad hasta los comicios de octubre, incluso si esto implicaba renunciar a fuentes de financiamiento.
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Volvió el escepticismo a los mercados
Pese al optimismo inicial que generó el anuncio de Bessent, los mercados financieros comenzaron a procesar con mayor frialdad las implicancias reales del salvataje estadounidense. El jueves posterior a las declaraciones, tanto los ADRs como los bonos en dólares experimentaron caídas significativas que reflejaron una toma de ganancias y un análisis más sobrio de la situación.
Los títulos en dólares registraron descensos generalizados, con el Global 2046 liderando las bajas con una caída del 6,9%, seguido por el Global 2035 (-4,9%) y el Bonar 2035 y Global 2038 (-4,1%). Como consecuencia directa, el riesgo país escaló hasta los 956 puntos básicos, evidenciando que la desconfianza de los inversores no se había disipado completamente.
El índice S&P Merval también sufrió el impacto adverso, cediendo un 4,1% hasta ubicarse en 1.767.848,42 puntos, mientras su contraparte en dólares retrocedió un 4,9%. Entre las acciones más castigadas se destacaron Sociedad Comercial del Plata (-9,8%), Transener (-9,5%), Metrogas (-9%), Grupo Supervielle (-8,2%) y Transportadora de Gas del Sur (-7,9%).
Los ADRs tampoco escaparon a la tendencia bajista, con descensos que alcanzaron el 8,8% en el caso de Banco BBVA, mientras Edenor perdió 8,4%, Grupo Supervielle cayó 7,8%, Grupo Financiero Galicia retrocedió 7,4% y Central Puerto se desplomó 4,7%.
Nicolás Cappella, Sales Trader de IEB, sintetizó el clima de la jornada como marcado por “correcciones, toma de ganancia e incertidumbre”. El especialista explicó que “el rally se tomó un descanso y hoy tuvimos bajas en los bonos HD, curva de pesos y acciones”, atribuyendo el retroceso a múltiples factores que van más allá de la simple toma de ganancias.
Desde la consultora Criteria advirtieron que, a pesar de los anuncios de Bessent, “persisten las interrogantes relevantes” sobre la situación argentina. El frente político continúa caracterizado por una elevada incertidumbre respecto de la capacidad del oficialismo de alcanzar un resultado electoral contundente en octubre.
Uno de los aspectos más preocupantes para los analistas es que “sigue abierta la definición sobre cuál será el esquema monetario y cambiario” que adoptará Argentina después de las elecciones legislativas. Esta indefinición genera volatilidad adicional en los mercados, que requieren señales claras sobre el rumbo económico de mediano plazo.
El mal contexto internacional también contribuyó al deterioro de los precios de los activos argentinos durante la jornada del jueves. El descontento de los productores agropecuarios tras los cambios en las retenciones y la impaciencia del mercado por conocer detalles sobre las compras de dólares del Tesoro agregaron presión adicional a los precios.
Particularmente, los operadores manifestaron ansiedad por saber cuántos dólares había comprado efectivamente el Tesoro y con cuántos se quedaría de los 7.000 millones de dólares que se espera que liquiden las cerealeras. Esta información resulta crucial para evaluar la capacidad real del gobierno de sostener la estabilidad cambiaria en las próximas semanas.
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La gira de Javier Milei en Estados Unidos
Mientras tanto, Javier Milei se encontraba culminando su gira por Estados Unidos, que incluyó un encuentro con Donald Trump, un discurso en la Asamblea General de la ONU y una reunión con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Milei también recibió el Global Citizen Award de manos del propio Scott Bessent.
Durante su gira, el libertario también se encontró con Benjamin Netanyahu. El primer ministro de Israel, quien enfrenta un pedido de captura de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Gaza, se reunió con Milei durante casi una hora bajo estrictas medidas de seguridad en Nueva York.
Según la información oficial, ambos mandatarios abordaron principalmente la situación de los rehenes cautivos en Gaza desde hace casi dos años. Milei le reiteró su “firme compromiso de colaborar en todas las instancias necesarias” para lograr su pronta liberación y planteó la plena disposición argentina para trabajar en conjunto con las autoridades israelíes.
El encuentro también incluyó “intercambios sobre cooperación científica y tecnológica” entre ambos países, así como otros aspectos de la relación bilateral, “reafirmando la voluntad compartida de seguir profundizando los lazos de amistad y colaboración” que unen a Argentina e Israel.

Lo cierto es que el alineamiento incondicional de Argentina con Israel bajo la presidencia de Milei ha llevado al país a posiciones cada vez más aisladas en el escenario internacional.
Durante la reciente votación en la ONU sobre el reconocimiento de Palestina como Estado soberano, Argentina se ubicó entre los apenas diez países que votaron en contra, junto con Estados Unidos, en oposición a 142 naciones que apoyaron la propuesta.
La Declaración de Nueva York, aprobada el 12 de septiembre, estableció “una hoja de ruta única para materializar la solución de dos Estados” en la región. El documento pide el alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de todos los rehenes, además del desarme de Hamás y su exclusión del gobierno de la Franja a favor de la Autoridad Palestina.
La declaración establece que la paz definitiva en la región “pasa por el establecimiento de un Estado palestino viable y soberano, la normalización entre Israel y los Estados árabes y el establecimiento de garantías de seguridad colectivas, incluido Israel”.
Previamente, Milei ya había defendido la avanzada militar israelí que causó una situación humanitaria sin precedentes en Gaza. Seguramente por este apoyo al genocidio, recibió la Medalla de Oro Presidencial de la organización B’nai B’rith, que honra el compromiso del galardonado con el pueblo y el Estado de Israel.
Posteriormente, mantuvo encuentros con el presidente del Congreso Judío Mundial, Donald Lauder, y con el director del Consejo Judío Latinoamericano, Claudio Epelman.

