Mientras los precios suben sin control por la devaluación y la desregulación que aplicó el gobierno de Javier Milei, el salario mínimo argentino se desploma. La Argentina pasó de tener el salario más alto de Latinoamérica en 2015 -con el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner– a ser el penúltimo de la región.
Desde 2015 a la fecha, los trabajadores perdieron un 28% en su poder de compra. Actualmente, el salario mínimo no se actualiza desde diciembre ($156 mil), mes en el que llegó Javier Milei al Gobierno e hizo saltar los precios por encima del 20%.
Según la consultora Statist, el salario mínimo argentino se ubica en 156 mil pesos o 152 dólares, lo que lo convierte en el penúltimo más bajo de Latinoamérica, sólo por encima de Venezuela.
Esos 152 dólares quedaron muy lejos de los valores que tenía el país hace 8 años, cuando terminaba el último gobierno de CFK y Argentina ostentaba los mínimos más altos de la región, con $583 dólares mensuales. Ahora, quedó cuatro veces por debajo de Costa Rica, Uruguay y Chile, sin que haya un convocatoria concreta para negociar aumentos.
Venezuela, con 3,61 dólares, tiene el salario mínimo más bajo de toda la región, en la que Costa Rica encabeza la medición, con 687 dólares, que supera a la Argentina en cuatro veces y media.
Luego viene Uruguay, con 570 dólares. Recientemente, el presidente Luis Lacalle Pou corrigió el básico en 5,5%, lo cual produjo un corrimiento en las escalas de remuneraciones.
El salario de arranque en Chile asimismo quedó cuatro veces más alto que en la Argentina, a partir de que el mandatario Gabriel Boric aplica incrementos graduales para que llegue a los 500 mil pesos chilenos (US$567).
Ecuador, Colombia y Brasil también empezaron el año con los mínimos por arriba de los argentinos.
Se trata, además, de una referencia estadística que se afirma en estimaciones de valores nominales, es decir que no están ajustados en función del poder de compra ni el costo de vida en cada economía analizada. Solo en diciembre, se estima que la inflación promedio rozará en Argentina los 30 puntos porcentuales.
Además, en el último mes de 2023, la caída de la recaudación fue del 18% en términos reales, por una merma en el consumo.
Mientras tanto, el gobierno Milei demora todo lo que puede las actualizaciones salariales.
Si bien, en diciembre el secretario de Trabajo de la Nación, Omar Yasin supo anticipar que el Gobierno llamaría a reunir al Consejo del Salario en los primeros días de 2024, desde la Secretaría a su cargo reconocieron que recién lo hará a fin de enero.
Las patronales, en tanto, endurecen su posición en los sucesivos encuentros paritarios pactados con los gremios, donde ya merodean las amenazas de despidos por la recesión como marco de las discusiones.
Además, el lunes 8 de enero las empresas distribuidoras y transportadoras de gas y referentes de municipios y consumidores fueron convocados por las nuevas autoridades de Enargas para fijar las escalas de los aumentos en las tarifas de gas, a partir del valor ya dolarizado en la boca de los yacimientos, que determinará la quita de subsidios del Tesoro con que se estaban mitigando.
La audiencia para tratar las tarifas eléctricas será recién el 26 de enero, tras la disposición del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), pero las facturas del mes ya vendrán con los ajustes inerciales aun cuando los subsidios no fueron retirados.