Luego del fracaso electoral de Cambiemos en Neuquén, el principal armador electoral del gobierno, Marcos Peña, posa su mirada en la campaña electoral de Río Negro.
Desde Casa Rosada buscan desplegar allí una estrategia similar a la de Neuquén, es decir, desactivar al candidato propio en pos de facilitar la reelección del gobernador y evitar el triunfo de un candidato que se referencie nacionalmente en Cristina Fernández de Kirchner.
Alberto Weretilneck es quien gobierna por segundo periodo consecutivo la provincia de Río Negro y aspira a un nuevo mandato. Aunque la Constitución Provincial lo prohibe, Weretilneck recibió el visto bueno del Supremo Tribunal de Justicia provincial.
Sin embargo, el 22 de marzo la Corte Suprema de Justicia tendrá la última palabra y decidirá si impugna o habilita la candidatura de Weretilneck ante un planteo de inconstitucionalidad realizado por la oposición.
De no estar habilitado para competir nuevamente, Marcos Peña se emociona con una candidatura de Miguel Ángel Pichetto. En estos momentos adversos a los designios partidarios de Mauricio Macri, el objetivo último no es el triunfo electoral sino evitar que gane Martín Soria, aliado de Cristina Fernández de Kirchner.