Los nombres que se bajaran para liderar la CGT

Este martes la CGT formalizará la convocatoria al Comité Central Confederal y al Congreso Nacional de elección de autoridades que se realizará tres días antes de las elecciones generales. La fecha no fue puesta al azar sino que buscó evitar que los resultados electorales condicionen la nominación de los dirigentes que conducirá el movimiento obrero.

Por estas horas comenzaron a circular en círculos políticos y gremiales los nombres de dos dirigentes sindicales cercanos a la vicepresidenta para esos puestos: el bancario Sergio Palazzo y la judicial Vanesa Siley, que además integran el cuarto y séptimo lugar la lista de diputados del Frente de Todos de la provincia de Buenos Aires.

La imagen de Alberto Fernández puede afectar al actual secretario General, Héctor Daer, representante de los “Gordos” y hombre del Presidente en la CGT.

En el armado del Frente de Todos que derrotó a Mauricio Macri en 2019, Alberto acercó a sectores del peronismo de centro, con gobernadores como Omar Perotti y Juan Manzur, dirigentes sindicales como Daer e intendentes como Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta.

Tras las fotos filtradas del cumple de Fabiola Yáñez, el peso de Alberto en la central obrera cayó y la CGT puede pasar de una centralidad albertista con Daer a un posicionamiento más cercano a la imagen de Cristina Fernández de Kirchner con Palazzo y Siley. Pero no está claro que ese sea el desenlace. Si hay algo que demostraron los dirigentes sindicales argentinos es su capacidad de generar un espacio de autonomía respecto al poder político partidario.

El sector mayoritario de la central obrera que lideran los grandes gremios englobados bajo la metáfora de “Los Gordos“, tienen mayoría entre los congresales que deberán votar la nueva conducción. Este sector mantiene una histórica tensión con Cristina, que se agravó en el último cierre de listas, donde fueron excluidos.

La diputada y dirigente gremial de los judiciales, Vanesa Siley.

Originalmente, Palazzo no quería liderar la CGT y prefiere asumir como diputado nacional y renovar como secretario General de La Bancaria en las elecciones de esa organización de noviembre.

“Los muchachos de la CGT no lo terminan de respetar a Palazzo como líder, lo acusan de ser radical y de haber aceptado ir como diputado por una lista de la provincia de Buenos Aires, cuando es mendocino”, afirman sectores cegetistas al tanto de las negociaciones.

Sin embargo, en una reunión que mantuvo este viernes en Mar del Plata con delegados de su gremio, Palazzo pareció interesado en liderar la central obrera, cuando planteó en su discurso que estaba dispuesto “a colaborar para ser prenda de unidad de todos los sectores del movimiento obrero“.

Siley, la otra opción cercana a la Vicepresidenta, cuenta con un problema de índole legal que sus rivales de Los Gordos podrían esgrimir. La Federación de Sindicatos de Trabajadores Judiciales que lidera la diputada aún no cuenta con personería gremial y eso le impediría ser Secretaria General.

De todas formas en la CGT destacan la capacidad de trabajo de Siley y con la incorporación del 50 por ciento de representación femenina, se descuenta que la diputada tendrá un lugar en la comisión directiva.

Del lado de los gordos el dirigente más mencionado como nuevo conductor de la CGT es el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez. El sector de la construcción tendrá un rol central en cualquier esquema de recuperación económica del país.

El secretario General d ela Uocra, Gerardo Martínez.

Otra posibilidad que barajan los gordos es impulsar a Sergio Sassia, de la Unión Ferroviaria. Aunque tampoco se descarta designar a algún secretario adjunto, como ocurrió con Saúl Ubaldini, que era el segundo del gremio de cerveceros.

Como sea, las negociaciones se producen en un momento de tensión entre el movimiento obrero y el Gobierno luego de un cierre de listas que solo tuvo premios para los sindicalistas leales a la vicepresidenta. A Palazzo y Siley hay que agregar Hugo Yasky, de la CTA, y Walter Correa, del Corriente Federal, todos ubicados en la boleta de diputados de la provincia de Buenos Aires, que supervisó Cristina.

Incluso el camionero Hugo Moyano quedó molesto con el cierre, porque había presionado para que se incorporara a la lista a su hijo menor, “Huguito”. Ahora los gordos aspiran a incorporar al sector de Moyano a la nueva conducción.

A estas tensiones hay que sumarle la cíclica amenaza de Cristina de quedarse con la Superintendencia de Salud para tener un control directo de las obras sociales, corazón del modelo de poder sindical argentino.

Negociaciones para que vuelva la CTA de Yasky a la CGT

La CTA de Hugo Yasky avanza en negociaciones para que sus sindicatos se integren a la CGT luego de casi tres décadas, con el respaldo de Alberto Fernández.

El propio presidente se involucró en las negociaciones para que las dos CTA se integren a la central obrera de calle Azopardo, pero recibió un no rotundo de parte de Ricardo Peidro y Hugo “Cachorro” Godoy, uno y dos de la CTA Autónoma.

Yasky, sin embargo, está alineado al kirchnerismo y va de candidato en la lista del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires, y su cierre con la CGT podría darse si finalmente el sector de la vicepresidenta se queda con la conducción de la central.

Como ya dijimos, Héctor Daer, el sindicalista más cercano a Alberto, podría ser reemplazado antes de las elecciones generales de noviembre por Sergio Palazzo o Vanesa Siley, cercanos a Cristina Kirchner.

Alberto impulsó la unificación de las CTA con la CGT meses antes de asumir la presidencia y se quedó a mitad de camino.

En octubre de 2019, la CTA de Yasky votó la reunificación con la CGT luego de 28 años de división en un acto en Lanús del que participaron Alberto, Hugo Moyano y Máximo Kirchner.

El Cachorro Godoy, que sucedió a Pablo Micheli en la CTA no kirchnerista, no aceptó la fusión, que finalmente tampoco se dio con la CTA de Yasky.

Cada vez que Yasky amagó con integrarse a la CGT recibió resistencias de Los Gordos, que no comulgan con el sector “progresista” del movimiento obrero. Pero además sigue encontrando resistencia por “izquierda“.

Con su alineamiento a la CGT corre el riesgo de que algunos sindicatos, que en definitiva son los que deciden si se integran o no a la central, se le vayan a la otra CTA. Y eso ya está pasando: la semana pasada, el sindicato de la manufactura del cuero dejó la CTA de Yasky por su cercanía al Gobierno y se sumó a la CTA de Peidro y Godoy.

Esa no fue la única migración: Luis D’Elía, que es miembro del secretariado de la CTA de Yasky como líder de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat, también se pasa a la CTA de Peidro. D’Elía recibió durante su arresto domiciliario a Peidro y Godoy, y esos gestos no se olvidan.

Luis D’Elía en su lugar de detención en marzo junto al Cachorro Godoy y Miguel Ángel Federico, secretario general de ATE NOA

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