La maniobra de Posse contra Ferraro desnuda su rol en el gabinete de Javier Milei

El presidente Javier Milei le pidió la renuncia al ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, por apuntarlo como quien filtró a la prensa una amenaza suya a los gobernadores. Sin embargo, esta habría sido solo una excusa, ya que el el desplazado funcionario mantenía una feroz interna con un hombre de peso del gobierno, el jefe de Gabinete Nicolás Posse.

Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos“, habría dicho Milei en una reunión de gabinete, indignado por los intentos de los gobernadores por introducir cambios en la Ley Ómnibus.

La amenaza fue filtrada a la prensa y el Jefe de Estado no perdió tiempo en señalar a Ferraro como el responsable, por lo que le pidió la renuncia de inmediato. Cabe destacar que la frase no fue desmentida en ningún momento por el gobierno.

Sin embargo, desde el entorno de Ferraro niegan la acusación y señalan que el funcionario se estaba enterando por los medios de su desvinculación.

En rigor, no se puede saber a ciencia cierta si Ferraro es el responsable de la filtración, especialmente porque habrían sido varios los testigos del exabrupto presidencial. Versiones periodísticas dan cuenta que Milei utilizó un micrófono para que su voz se escuchara con claridad en el salón donde se realizan las reuniones de gabinete. Allí hay un equipo de audio instalado para el uso por la dimensión del lugar, y de la mesa de reuniones.

Cabría preguntarse por qué, si varios empleados de la Casa Rosada pudieron escuchar los gritos de indignación del presidente libertario, fue Ferraro quien cargó con la culpa. La razón detrás de la caza de brujas es una dura interna que el ahora desplazado ministro tuvo con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

El motivo de la contienda fue la designación de directores en las empresas en jurisdicción del Ministerio de Infraestructura.

En el gobierno ven a Posse como el alter ego de Milei y cada vez con más poder, a pesar de que en público no se le conoce la voz. Posse logró posicionarse como un hombre fuerte del gobierno metiéndose en la mesa chica que integran el presidente y su hermana Karina.

Los funcionarios del gobierno nacional lo tildan de “dogmático” y dicen que desprecia la política, por lo que rechaza cualquier tipo de negociación. En privado dicen que Posse dice que hay que avanzar sin tener en cuenta las críticas o sugerencias, utilizando siempre la misma respuesta: “A nosotros nos apoya el 60% de la gente”.

La ambición de poder del silencioso jefe de Gabinete lo llevó a intervenir de facto el ministerio de Infraestructura, que hasta ayer manejaba Ferraro y que ahora será una mera secretaría.

El vínculo entre Posse y Ferraro no era el mejor. El jefe de Gabinete acusaba al ex funcionario de “débil” y venía de semanas de tratar de menoscabar la autoridad del ministro.

Una muestra de esto es que en diciembre, Posse impuso a Mauricio González Botto a cargo de la Secretaría de Empresas y Sociedades del Estado, un sector bajo la órbita de la cartera de Infraestructura.

A Ferraro lo desplazaron completamente del reparto de los directores de las empresas públicas, donde Posse y González Botto definieron todos los nombres.

Ahora, pese a que las áreas formales que integraban el ministerio -Transporte, Obras Públicas, Minería y Comunicaciones- se integrarán al ministerio de Economía de Luis “Toto” Caputo, los organismos descentralizados y las empresas que estaban en jurisdicción del ministerio le quedarán a Posse.

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