La ministra de Seguridad Patricia Bullrich es señalada como “la responsable mayor del operativo“ donde el fotoperiodista Pablo Grillo sufrió un traumatismo de cráneo por un disparo de granada de gas disparada por el cabo primero Guerrero. Según un nuevo análisis, su responsabilidad se extiende no solo al diseño del operativo —que definió como de “confrontación”—, sino también a una serie de “falsedades vertidas en medios” para encubrir los hechos.
Las mentiras de @PatoBullrich se desmoronan cuando la ciudadanía se activa en pos construir una verdad histórica.
Contamos con el apoyo de la @CrisisRevista , @CELS_Argentina y @aRGra_ . También aportaron en su elaboración el Instituto @EnfocosegOk
— Mapa de la Policía (@mapadelapolicia) March 17, 2025
Declaraciones bajo la lupa: de la “detención” ficticia al ángulo imposible
En su primera declaración a medios, realizada el miércoles 12 a las 20:15 —horario en que Grillo ya estaba siendo operado en el hospital Ramos Mejía—, Bullrich aseguró falsamente que “Pablo Grillo estaba preso”. La investigación cuestiona el origen de esta información: “¿Quién le entregó ese dato? ¿La desinformaron las propias fuerzas de seguridad o fue un liso y llano disparate?”.
Al día siguiente, tras la difusión de un video reconstructivo a las 16:00, Bullrich modificó su relato en una entrevista con La Nación Más (19:20). Allí defendió el accionar de las fuerzas: “las armas se utilizaron como establecen los manuales, es decir, con un ángulo de 45 grados”, contradiciendo las imágenes que muestran disparos horizontales contra manifestantes.
El marco de “confrontación” y la responsabilidad política
El informe subraya que Bullrich “definió el encuadre general previo de confrontación y afirmó haber tomado las decisiones estratégicas y operativas”. Este marco habría facilitado las violaciones a protocolos detectadas, incluyendo los disparos de Guerrero ya identificados.
La acusación de encubrimiento se basa en la incoherencia cronológica de sus declaraciones y su insistencia en versiones técnicamente refutables: “La mentira del poder puede ser desmontada a partir de una voluntad de verdad ciudadana”, señala el análisis, que invoca a la presión social para esclarecer los hechos.
Los investigadores vinculan la gravedad del caso con dos niveles de responsabilidad en Bullrich. En primer lugar operativa, por diseñar tácticas que derivaron en violencia desproporcionada; además señalan responsabilidad política por intentar “encubrir” los hechos mediante desinformación mediática.
El contraste entre sus declaraciones y la evidencia audiovisual —especialmente el video de TN que muestra el disparo horizontal— refuerza las acusaciones de manipulación posterior.