El gobierno dictatorial del Estado Plurinacional de Bolivia informó este jueves tres nuevas muertes por coronavirus, entre las que se encuentra una beba de cinco meses, que estuvo internada en terapia intensiva durante días. Para distraer la atención, los usurpadores del gobierno boliviano acusan nuevamente a Evo Morales.
Mientras la pandemia avanza, las autoridades de Santa Cruz dispusieron el encapsulamiento de la ciudad de Montero, el principal foco del departamento. Para magnificar la situación, Montero tiene una población de 100 mil habitantes y ya hay 20 contagios confirmados, además de la muerte de una mujer que estaba embarazada.
No obstante, la cuarentena no está teniendo el acatamiento esperado por las autoridades. El ministro interino de Defensa, Luis Fernando López, realizó sobrevuelo por Montero y manifestó que vio mucha gente en las calles.
La mejor respuesta ideada por la dictadura de Áñez fue enviar a nuevamente a Arturo Murillo, ministro de Gobierno, a criminalizar a la oposición del MAS, acusando al partido de Evo Morales de financiar unos 500 bolivianos varados en Colchane, poblado fronterizo de Chile, que buscan regresar a su país natal.
“Tenemos identificados a 35 activistas mezclados en esa marcha y también hemos podido, con nuestros sistemas de inteligencia, ver que se está pagando 300 bolivianos (unos 43 dólares) por cada persona para que hagan esto” manifestó Murillo a la prensa boliviana.
En el contexto de un gobierno de usurpación que ni siquiera con el terrorismo de estado puede garantizar la gobernabilidad, el ministro de Desarrollo Productivo, Wilfredo Rojo, alertó que “las proyecciones matemáticas sobre los peores escenarios pronostican una de las peores situaciones de la pandemia en este continente”.