El Gobierno de Javier Milei espera un dato de inflación favorable para reducir el ritmo de devaluación del dólar a un 1% mensual, una decisión que en Casa Rosada presentan como el primer paso para eliminar el cepo cambiario, pero que choca con la devaluación que exigen desde el FMI.
Dólar e inflación: Las expectativas de Javier Milei
Este martes 14 de enero el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a diciembre en lo que será un indicador clave para el futuro de la política cambiaria.
Es que el Presidente puso tres condiciones para salir del cepo cambiario. Por un lado, una inflación en torno al 2,5% durante tres meses (en octubre fue 2,7% y en noviembre, 2,4%); a esto se sumaría una baja del crawling peg a un 1% mensual; y finalmente, “resolver los stocks” de deuda.
Ahora bien, en noviembre pasado el mandatario había anticipado que, si se mantiene la desaceleración inflacionaria durante dos meses, el Ministro de Economía Luis Caputo reduciría el crawling peg (el ajuste mensual en el precio del dólar) de un 2% a un 1%.
En este contexto, la mayoría de las consultoras estiman que en diciembre la inflación girará en torno al 2,5% mensual, lo que crearía la situación descrita por el libertario para bajar el ritmo de devaluación del dólar oficial.
“Con inflación a la baja, el objetivo del oficialismo es reducir el crawling peg al 1% mensual próximamente. La otra etapa es, obviamente, que tres meses seguidos de 1,5% de inflación: ¡afuera el crawling peg!”, había dicho Milei.
Desde la consultora GMA Capital apuntaron al respecto que “en términos de nominalidad, los precios corren cerca del 2% hace 2 meses, mientras que para el último mes del año las consultoras estiman que la cifra sea de 2,7%”.
“Frente a este cuadro, como dijeron en el BCRA, el crawling peg se vuelve más un factor de inercia que un ancla. Pero la devaluación al 1% mensual ya se siente en el mercado”, indicaron, al tiempo que puntualizaron que si se concreta la medida “sería la previa de un paso enorme para la eventual salida del cepo este año”.
En paralelo, la reducción del ritmo de devaluación impactaría también sobre la tasa de interés. “Asumimos que cuando bajen el crawl también bajarán la tasa a la mitad, y la tasa quizás baje 10% o 15%, es decir, entre 300 y 500 bps desde el 32% TNA actual“, apuntaron desde la consultora 1816.
Cabe destacar un informe reciente de Adcap Grupo financiero que advirtió que “los índices de inflación semanales sugieren que la inflación se aceleró en las primeras semanas de enero, lo que refleja los precios de los alimentos afectados por una sequía leve”. Entre tanto, la inflación en CABA para diciembre fue del 3,3% (acumulando un 136,7% en 2024).
Sin embargo, desde Outlier apuntaron que incluso si la inflación va por encima del 2,5% que espera el Gobierno, “Milei podría avanzar igual y volver a forzar el proceso”. En este punto, destacaron que:
“Con una cifra oficial cercana a 3% mensual la administración Milei puede jugar la carta de atribuir el dato a factores estacionales y puntales de diciembre. Por eso, no prevemos mayores cambios en las expectativas, aunque sí pudiera ser problemático que no se observe una reducción en el crawl, ya que, en nuestra opinión, los mercados como LECAP y futuros ya han internalizado, aunque sea parcialmente, una disminución del mismo junto con la inflación”.
“Como hemos anticipado y quedó demostrado, si ese proceso no fluye por sí mismo, están dispuestos a forzarlo, aún a costo de seguir incrementando los riesgos que se asumieron cuando se adoptó el ancla cambiaria”, concluyeron.
El FMI pide devaluación y eliminación del cepo cambiario
Sin embargo, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicaron un documento en el que hicieron un balance de 2024. A propósito de la publicación, Kristalina Georgieva destacó la política de ajuste del Gobierno, asegurando que se trata del “caso más impresionante en la historia reciente“.
“En general, el SAF 2022 (el programa que determinó el préstamo) no logró sus objetivos macroeconómicos originales”, admitieron desde el organismo, pero “logró aliviar la carga de las obligaciones financieras de Argentina con el Fondo al reprogramar los reembolsos durante el período 2026-34“.
Los elogios del FMI se dan mientras el oficialismo busca alcanzar un nuevo acuerdo que le permita al Gobierno recibir fondos frescos. En el equipo de Luis Caputo también destacan la participación de enviados de Scott Bessent, nominado secretario del Tesoro de Trump, en la mesa de negociaciones.
Una fuente al tanto de las negociaciones asegura que “Georgieva está flexibilizada, se allana el camino para un préstamo importante a la Argentina. El desembolso podría concretarse entre el 24 de febrero y el 7 de marzo, pero la decisión final depende de Trump”.
“Un nuevo mega acuerdo, como espera la Argentina, que supere los USD 20.000 millones, va a quedar en los anales del FMI“, continuó explicando la fuente, “sería el primer acuerdo en el que la tasa de crecimiento estará por encima de la tasa de interés real, tal como lo dejaron expresamente dicho en la carta de intención”.
De concretarse, esto implicaría que el staff del FMI ignorará las dos revisiones sin aprobar del actual acuerdo para avanzar a uno nuevo. Sin embargo, el organismo también puso bajo la lupa las intervenciones en el mercado cambiario que viene llevando adelante el gobierno para sostener el tipo de cambio.
Georgieva no está de acuerdo con el uso de las reservas en este sentido, y reclama una unificación cambiara, con devaluación implícita, seguida de una liberación del cepo y libre flotación del peso.
Está es la discusión de fondo con el Gobierno argentino, que teme que una política de estas características genere un nuevo pico inflacionario y destruya los únicos éxitos que Milei logró hasta el momento. Lo cierto es que si el FMI acceder a desembolsar nuevos fondos pese a sus reclamos, estaría haciendo una nueva excepción a su manual.
Tampoco sería la primera vez. El acuerdo original de Stand By firmado por Mauricio Macro durante su gobierno también estuvo marcado por una violación al propio estatuto del organismo para beneficiar al entonces Presidente.
Puntualmente, el estatuto del organismo prohíbe desembolsos dedicados a contener el precio del dólar de manera ficticia o financiar la fuga de divisas, lo que finalmente ocurrió con los 44 mil millones que recibió Macri.
Más allá de esto, el FMI también hizo referencia a la frágil situación de las reservas (su principal argumento contra la intervención en el tipo de cambio), que terminaron en números rojos que ascienden a los 10 mil millones de dólares. Es decir, a los mismos niveles que habían terminado con Sergio Massa.
En el extenso documento publicado el sábado pasado, indicaron que “el programa tenía como objetivo la acumulación de reservas por valor de USD 15.000 millones y respaldó la paridad móvil como el régimen cambiario apropiado”.
“La tasa de arrastre debía calibrarse para garantizar un tipo de cambio real competitivo que respaldara los superávits comerciales, y se esperaba que las intervenciones cambiarias fueran consistentes con los objetivos trimestrales de acumulación de reservas y normalmente se limitaran al mercado oficial“, puntualizaron.
Acompañaron las críticas con un gráfico detallando que si bien los objetivos de NIR (reservas internacionales netas) se cumplieron en marzo y junio, la acumulación de reservas se estancó y terminó en el no cumplimiento del objetivo de septiembre de 2024.
¿Qué pasó con las reservas del Banco Central?
El FMI no fue el único organismo en llamar la atención sobre la situación de las reservas. JP Morgan (el banco más grande de Estados Unidos) analizó el primer año de Milei y aunque respaldó su programa económico, advirtió sobre las dificultades para acumular reservas.
A través de un documento que publicó en su sitio oficial, el banco indicó que “desde que asumió el cargo, Milei se ha enfocado en la reforma monetaria, reducción de costos y privatización de industrias, así como en la implementación de políticas y regulaciones favorables al libre mercado”.
Según explicaron, el libertario introdujo “varias reformas para combatir los persistentes niveles de inflación y proveer estabilidad“. Además, destacaron que esto aumento la confianza de los inversionistas y destacaron la situación de la macroeconomía.
Como es de esperar, JP Morgan restó importancia al brutal impacto que el ajuste de Milei tuvo en la sociedad. De hecho, celebraron que haya vetado las leyes del Congreso dedicadas a las Universidades y a los jubilados. Puntualmente, destacaron:
“Como ejemplo de un área de gasto que se ha evitado, en septiembre de 2024, el gobierno vetó y bloqueó con éxito un aumento potencial del financiamiento de pensiones y universidades públicas. Esto alivió significativamente la presión fiscal y aceleró el proceso de desinflación“.
Sin embargo, al final del texto admiten que “el consumidor no se ha visto igualmente beneficiado“. Al respecto, se refirieron al índice de pobreza (que alcanzó casi el 53% en el primer semestre) y el aumento de la preocupación por el desempleo.
Aunque quizás la crítica que más moleste a Milei sea la relacionada con las reservas. El libertario ya había criticado a Domingo Cavallo por señalarle este punto, y ahora JP Morgan apunta que “las reservas son bajas, lo que representa un riesgo para los recientes logros económicos“.
Además, señalan que “mantener estas políticas durante demasiado tiempo presenta algunas sensibilidades, ya que la absoluta falta de reservas en divisas del país y la posible fuga de capitales internos representa un riesgo”.
“A pesar de los avances significativos en la situación económica y política, aún está por verse si estos logros son sostenibles“, completan.
