Con poco más de 556 mil electores, Mar del Plata es una de las dos patas fundamentales del tridente de bastiones PRO, que se completan con La Plata (con un número ligeramente superior en términos de electores) y Bahía Blanca (muy detrás con casi 253 mil electores).
Sin embargo, la puja hacia dentro de la Alianza Cambiemos no sólo pone en riesgo el dominio del municipio de General Pueyrredón, del que Mar del Plata es la ciudad cabecera, sino también que acota las posibilidades de la gobernadora María Eugenia Vidal de perder en su carrera por la reelección.
Para entender el “factor Mar del Plata” hay que analizar diversos puntos que, conjuntamente, ponen a Vidal a un tris de tener que dejar la base militar en la que reside y tener que volver a su casa.
La salida de Carlos Arroyo
El intendente Carlos Arroyo fue electo por Cambiemos pero al calor de la previa del cierre de listas, abandonó la alianza de gobierno . Fue con motivo de que la gobernadora le impidiera ir por la reelección con el sello oficialista y le propusiera como consuelo ir en la lista de legisladores seccionales.
Arroyo ahora busca ir colgado de la boleta de Lavagna aunque ya anotó su partido Agrupación Atlántica “para que el partido esté listo para que se garantice el respaldo por si no se llega algún acuerdo necesario”
Para participar en el armado de Consenso Federal, se acercó a través de Luis Barrionuevo a un sector que apoya al economista en chancletas. Dentro del armado de Lavagna se destaca el ex integrante de Acción Marplatense Santiago Bonifatti, organizador de varias de las actividades del ex ministro. Bonifatti busca ir por la intendencia, colocando entre los primeros lugares de la lista de concejales a una persona de su entorno. Sin embargo, sus planes podrían frutrarse en caso de que Lavagna acepte a Arroyo como candidato.
Por el momento, Lavagna rechazó públicamente la candidatura del actual intendente, en espera de que cerrar un candidato más potable, pero con el correr de los días y la falta de alternativas competitivas podría cambiar de idea.
Pujas al interior de Cambiemos
Hoy por hoy, el diputado nacional Guillermo Montenegro es el “elegido” de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal para competir con el sello de Cambiemos por la intendencia de General Pueyrredón. Montenegro quiere ser el candidato de unidad pero con el pasar de las horas no parece estar cerca de lograrlo.
La radical Vilma Baragiola mantiene su intención de enfrentarlo en las PASO del 11 de agosto. Las conversaciones para llegar a un acuerdo de unidad no dan frutos y la concejal de la UCR se siente cada vez más confiada en sus chances de emerger victoriosa en la interna.
Baragiola ya fue candidata en las elecciones ejecutivas de 2007, 2011 y 2015 y encabezó la lista de concejales en 2009, 2013 y 2017 y está más que acostumbrada a las campañas, algo en lo que Montenegro está muy verde. El diputado nacional PRO recibiría el apoyo de Provincia y de Nación, pero aún así sabe que las tiene difícil en la contienda al interior de Cambiemos.
Mínimamente se trataría de una interna pareja, el peor resultado posible porque al no haber una victoria contundente de uno u otro bando, se multiplicarían los heridos que quedan en el camino que va de las PASO de agosto a las generales de octubre.
Unidad del Frente de Todos
Finalmente, en el panperonismo, las cosas están mucho más claras. Si bien se excluyó al vecinalista Gustavo Pulti de la interna, priorizando la candidatura de la diputada nacional Fernanda Raverta, habrá chances para que otros candidatos o candidatas se presenten a internas. Sin embargo, se descuenta una victoria en las PASO de la diputada cercana a La Cámpora.
Lo que hoy por hoy se discute en el Frente de Todos en Mar del Plata, son los lugares en las listas de concejales y diputados provinciales por la quinta sección electoral. Entre los nombres suena fuerte el del periodista Vito Amalfitano, referente de Abrazo Ciudadano y cercano a Raverta, para secundarla como primer candidato a concejal.
Por otra parte, el diputado massista Javier Faroni buscará ser reelecto en la legislatura bonaerense cortándole el juego a Ariel Ciano, que buscaba competir por la intendencia pero se conformaría con su lugar en el Concejo Deliberante, para el que fue electo en 2017.
Finalmente, Pulti en teoría se presentaría con una lista corta, es decir, de intendentes y concejales, que repartiría con tijera en mano, con pocas chances de seducir al electorado en una elección pordemás polarizada. El plan B es un acercamiento a Lavagna, que no termina de convencer al ex intendente del balneario atlántico que ya manifestó públicamente que en lo nacional optará por la fórmula Fernández-Fernández.
Además, cabe recordar que su partido Acción Marplatense sólo pondrá dos bancas en juego, las que obtuvo en 2015, ya que en las pasadas elecciones de 2017 no llegó a cosechar el 8,33% necesario para meter un edil. Si en octubre no logra superar esos guarismos, la fuerza que gobernó durante 8 años la principal ciudad del interior bonaerense se quedaría sin representación legislativa.
La cuenta que hacen desde la gobernación
El factor Mar del Plata explica en gran parte la llegada de María Eugenia Vidal a la gobernación bonaerense en 2015 y la consolidación de Cambiemos en la Provincia en 2017
En una y otra elección obtuvieron, en números redondos, 183 mil y 188 mil votos respectivamente, de un total de 556 mil y 566 mil electores habilitados respectivamente.
Vidal por su parte, llegó a la gobernación superando a Aníbal Fernández por exactamente 378.523 votos. En esa elección, Cambiemos obtuvo 183.686 votos en la categoría distrital y un poco más en 2017, exactamente 188.529. Es decir que Mar del Plata aportó -nuevamente en números redondos- la mitad de los votos por los que Vidal superó al kirchnerismo y pudo lograr ser electa gobernadora de Buenos Aires.
Claro está que no hay chances de que Cambiemos pierda la totalidad de los votos marplatenses, pero también está claro que la proyección electoral no ayuda. Concretamente, Gustavo Córdoba proyecta con un escenario de una interna ordenada en la categoria local, escenario en que no complica la sumatoria de votos “hacia arriba”, una caída de 8 puntos que con los números de 207 representarían unos 32 mil votos.
En el escenario más favorable para el oficialismo, tan sólo en Mar del Plata perderían algo así como el 10% de la diferencia que obtuvieron por encima del kirchnerismo. Además, habría que restar los votos que se esfumarían por una interna que deje a un sector malherido y con poco estímulo para participar.
Tampoco hay que descuidar hecho de que hoy por hoy Cambiemos ya no gobierna Mar del Plata y que los “fierros” del Municipio seguramente jugarán en contra de las chances de la Gobernadora. Por estos motivos, es que “La Feliz” pasó de ser un bastión PRO a un dolor de cabeza para María Eugenia Vidal.