La causa del Correo Argentino le genera cada vez más preocupación a Mauricio Macri, porque teme que la investigación avance sobre tres de sus hijos. Se trata de Agustina, Jimena y Francisco, a quienes les cedió las acciones que tenía en Socma, la empresa familiar, cuando avanzó en el terreno de la política.
Desde el círculo cercano del ex presidente aseguran que está al borde del ataque de nervios, porque está convencido de que detrás de lo que él considera como una “maniobra para perjudicarlo”, está Cristina Fernández Kirchner.
Macri, mostrando una vez más su alto grado de paranoia y proyección, considera que la “venganza” -por haber hecho contra la actual vicepresidenta exactamente lo que él teme que le hagan- contra él se podría concretar a través del concurso y eventual quiebra del Correo, una de las empresas del Grupo Socma.
Y ve a la vicepresidenta al frente de la ofensiva para que la justicia comercial declare su muerte comercial, luego extienda esa decisión al holding y, como último paso, arrastre al quebranto a sus accionistas, es decir, a sus hijos, a quienes cedió en 2009 sus acciones, como así también a su hermano Gianfranco.
Por eso mismo, y acompañado por ese sentimiento de victimizarse, cerca del ex mandatario observan que algunas de las últimas decisiones de la Justicia son un avance contra Macri. “Es la guerra”, señalan en el seno del PRO, y advierten que todos los fallos deben ser leídos bajo esa lógica.
El caso del Correo se reactivó días atrás, cuando el juez Ariel Lijo recibió un trabajo realizado por la Dirección de Asistencia Judicial y Delitos Complejos que depende de la Corte Suprema de Justicia (Dajudeco), y busca establecer si hubo una aceptación de una oferta abusiva, que es lo que para el magistrado podría constituir delito.
Otro asunto que lo desvela es la causa del espionaje ilegal que tienen procesados a su amigo Gustavo Arribas y a Silvia Majdalani, a quienes designó al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), acusados de ordenar espiar a periodistas, políticos de su propia tropa y del kirchnerismo, incluida Cristina Kirchner.
Se confirma que el “enemigo”, para el núcleo más duro del macrismo, no es el Presidente Alberto Fernández, sino que quien en realidad le preocupa es Cristina Kirchner, a quien ve detrás de cada embestida, sobre todo en el plano judicial.
De esta manera, no conforme con la destrucción del país que significó su paso por el poder, Macri tiene el descaro de interpretar el papel de víctima y asegurar sentirse perseguido por el Gobierno.
El ex presidente, con esta postura, le da la espalda a lo que su constante injerencia de su gestión sobre la Justicia, que llegó al extremo de intentar nombrar por decreto a dos nuevos integrantes de la Corte Suprema, además de la actuación de magistrados y fiscales que de manera obsesiva se dedicaron a perseguir a los ex funcionarios kirchneristas, empezando por Cristina Kirchner.