Mauricio Macri abandonó el ostracismo al que se había confinado luego de convertirse en el primer presidente en fracasar al intentar ser reelecto. En su primera aparición pública luego de dejar Casa Rosada, lanzó una desmemoriada y virulenta frase al manifestar que “el populismo es mucho más peligroso que el coronavirus”, en referencia al COVID-19.
“Para mí, algo mucho más peligroso que el coronavirus es el populismo. El populismo lleva a hipotecar el futuro. Compromete no solo el desarrollo sino el futuro básico de las comunidades. Además, ha desarrollado un sistema de decir que ellos son los que representan al pueblo”.
Como si fuera poco, llegó a decir que los gobiernos populistas “necesitan gobernar sin contrapesos para poder imponer todas las arbitrariedades que niegan los avances del mundo y de la tecnología”.
Fue en Guatemala, donde el Ingeniero participó del encuentro “Centroamérica, dramas y oportunidades, desafíos y soluciones”. Durante su ponencia, Macri se refirió a las tecnologías y a la lucha contra el populismo y “el relativismo moral, donde todo da lo mismo”. “Destruye la cultura del trabajo y respeto a la ley” vociferó Macri.
Olvidándose de los alamantes indicadores con los que finalizó su gobierno, Macri se preguntó:
“¿Por qué fracasan los países?, ¿por qué tienen éxito los países? Porque se animan a la disrupción tecnológica, se animan a la competencia, a la transparencia. Todos son valores que tienen que estar y para eso nos tenemos que unir”.
Además, intentó instalar la añeja idea de que “las sociedades progresan cuando son meritocráticas” y aburrió con un discurso gastado y reminiscente de las dictaduras cívico-militares: “Nos quieren hacer creer que tiene el mismo derecho el delincuente que la víctima”.