Ministro endeudador: Caputo emitió deuda por 1 billón de pesos para cumplir la meta acordada con el FMI

El Gobierno de Javier Milei profundizó su plan de endeudamiento para reforzar las reservas del Banco Central con un bono por mil millones de dólares y la promesa de conseguir un nuevo préstamo repo con bancos internacionales por 2 mil millones.

El Gobierno de Javier Milei emitió nueva deuda para intentar cumplir con las metas de acumulación de reservas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de una resolución de la Secretaría de Finanzas.

A partir de esta decisión, el Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo emitió un nuevo bono por 1 billón de pesos y avanzó con la recompra de títulos del Tesoro por parte del Banco Central, que lidera Santiago Bausili.

Las medidas se enmarcan en la desesperada búsqueda de dólares para cumplir con los compromisos asumidos ante el organismo multilateral, que ya había extendido hasta el 30 de julio el plazo para alcanzar la primera meta de acumulación de reservas, originalmente prevista para el viernes pasado.

Según consultoras privadas, el Gobierno debe reunir entre 4 mil y 5 mil millones de dólares para satisfacer los requerimientos del FMI. Para colmo, el organismo no solo decidió postergar la primera revisión del acuerdo, sino que además frenó el desembolso de 2.000 millones de dólares que el equipo económico esperaba.

Caputo anunció una nueva emisión de bonos

La Resolución Conjunta 25/2025 de la Secretaría de Finanzas, publicada en el Boletín Oficial, dispuso la ampliación de la emisión de una letra del Tesoro, la LECAP S29G5, por un monto máximo de 1 billón de pesos. El Ministerio de Economía había anunciado previamente que todas las licitaciones incluirán LECAPs a tasa fija con vencimientos a 1, 2 y 3 meses.

Simultáneamente, la misma resolución aprobó la “conversión con el Banco Central de la República Argentina (BCRA)” de los LECAP que vencen el 18 y 30 de junio próximos. Esta operación forma parte de la recompra de contratos de puts sobre títulos del Tesoro en poder de bancos, complementando una operación similar efectuada el 18 de julio de 2024.

Según el comunicado oficial, esta medida está “alineada con una política monetaria centrada en los agregados monetarios, garantiza un mayor control sobre la cantidad de dinero y refuerza la previsibilidad en la reducción de la inflación, al eliminar fuentes potenciales de emisión monetaria discrecional”.

Sin embargo, en la práctica, la operación permite que el Banco Central financie indirectamente al Tesoro: un banco compra el bono al Tesoro y se lo vende al BCRA, recuperando así liquidez mientras el Central se queda con el título.

Paradójicamente, el Gobierno asegura que estas medidas se enmarcan en “la estrategia financiera del Tesoro, centrada en reducir el nivel de endeudamiento del Estado como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) y basada en el compromiso irrenunciable con el déficit fiscal cero”.

REPO con bancos internacionales y licitaciones en dólares

Como parte de la estrategia para fortalecer las reservas, el Banco Central convocó a la segunda licitación de su programa de repos con bancos internacionales. Tras la colocación inicial de mil millones de dólares en diciembre de 2024.

El programa prevé una emisión adicional de hasta 2 mil millones de dólares. La operación está programada para el 11 de junio, aunque la entidad monetaria no detalló la tasa de interés ni las garantías que ofrecerá.

Paralelamente, la Secretaría de Finanzas incorporó en el cronograma de licitaciones de títulos públicos para 2025 la modalidad de suscripción directa en dólares, con un límite mensual de 1.000 millones de dólares.

Para colmo, la medida incluye la eliminación de restricciones de plazo mínimo de permanencia para no residentes, permitiéndoles realizar carry trade y comprar dólares sin restricción temporal.

Además, el Palacio de Hacienda confirmó que el BCRA podrá intervenir en el mercado secundario de títulos públicos de corto plazo cuando lo considere necesario para garantizar el funcionamiento del sistema financiero.

El cronograma de licitaciones del Tesoro será ahora quincenal, con instrumentos previamente definidos. Se incluirán LECAPs a tasa fija con vencimientos a uno, dos y tres meses, y también títulos a más de un año en formatos CER, TAMAR, dólar linked y hard dollar, según las condiciones del mercado.

El BCRA también anunció el fin de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI, creadas por el propio Gobierno), que tienen como fecha de vencimiento el 17 de julio. A partir del 10 de julio, el Central dejará de ofrecer a las entidades financieras la posibilidad de suscribir LEFI.

Estas serán reemplazadas por un portafolio de títulos de corto plazo en pesos (LECAPs) con cotización en el mercado secundario, aunque la decisión impactará directamente en el bolsillo de los argentinos, ya que con ella desregularán la tasa de referencia que hasta ahora marcaba el Banco Central.

El FMI frena el desembolso y envía señales negativas

La emisión de un nuevo bono y la toma de un préstamo repo para ampliar las reservas se da poco después de que el equipo económico presentara como una concesión del FMI la decisión de reprogramar la primera revisión del acuerdo.

Sin embargo, en los hechos complica la situación de las finanzas, ya que, al no reunirse para revisar el cumplimiento de las metas, el organismo automáticamente congeló el desembolso de 2 mil millones de dólares que el gobierno esperaba con urgencia.

La fecha de corte para la revisión de las metas del acuerdo se había fijado para el 13 de junio, con especial atención al nivel de reservas, que permanecen estancadas en torno a los 38 mil millones de dólares (solo aumentando gracias al pedido de préstamos y desembolsos).

La entidad que comanda Bausili está aún lejos de los 5 mil millones de dólares que se había comprometido a acumular desde la firma del acuerdo. Ante el incumplimiento, el FMI optó por postergar la reunión sin fecha cierta en lugar de otorgar un waiver (dispensa) que hubiera permitido liberar los fondos.

Para colmo, esta postergación constituye una pésima señal para Wall Street y complica las perspectivas de financiamiento externo. De hecho, el viceministro de Economía, José Luis Daza, regresó recientemente de Estados Unidos sin haber conseguido nuevos fondos de inversión ni cerrar operaciones de repo con bancos internacionales.

El propio Daza reconoció las dificultades, adjudicándolas a la percepción internacional sobre Argentina: “Lamentablemente este país se ha convertido en un paria”, declaró en un streaming libertario, en contraposición con el relato oficial que insiste en la supuesta confianza que genera el Gobierno en los mercados.

Agregó que “hay muchos operadores en Wall Street y en Londres, en donde les dicen: ‘vos podés tradear a Argentina, pero si ganás plata, está bien; pero si perdés plata te echo’. O sea, perder plata en Argentina es razón para perder tu trabajo”.

La situación se agrava por el creciente déficit de la cuenta corriente, con importaciones que crecen por arriba del 40% mientras las exportaciones apenas superan el 2%. Un directivo de un fondo de inversión desde Nueva York comentó que:

“La peregrinación de Daza en Wall Street es la reacción de los fondos que ya se comieron la curva en 2017, fondos que ahora prestan mucha atención al déficit creciente de la cuenta corriente”.

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