Luis Caputo terminó admitiendo que la dolarización “está descartada” mientras intentaba desmentir las versiones que circulan sobre las condiciones de EEUU para garantizar el salvataje financiero, y ahora Javier Milei ahora insiste en que nunca prometió dolarizar.
En medio de la incertidumbre generada por la intervención de Estados Unidos en la economía argentina, el ministro de Economía Luis Caputo brindó una entrevista en LN+ para intentar desmentir las versiones que circulan sobre las condiciones que impondría Donald Trump a cambio del respaldo financiero.
Sin embargo, en su intento por aclarar el panorama, el funcionario terminó desmintiendo una de las promesas centrales de la campaña presidencial de Javier Milei en 2023: la dolarización de la economía.
En diálogo con Luis Majul, uno de los pocos comunicadores a los que da entrevistas, fue consultado sobre si el gobierno planea adoptar el dólar como moneda oficial. “La dolarización puede ser una alternativa, sí, pero hoy está descartada”, respondió Caputo.
El ministro reconoció que, si bien ni él ni el presidente están en contra de la dolarización conceptualmente, las condiciones actuales no permitirían implementar ese esquema. “Nosotros creemos que en este momento no tenemos los dólares suficientes para asegurar una dolarización exitosa”, argumentó.
Cabe preguntarse qué ocurrió con los fondos que aseguró tener garantizados durante la campaña de 2023, cuando llegó a decir que “estuvimos avanzando en negociaciones y ya conseguimos los dólares para dolarizar la economía al valor del dólar de mercado”. En la actualidad, el libertario insiste en que nunca habló de dolarizar.
Mientras nos atacan, difaman, operan, etc., nosotros estuvimos avanzando en negociaciones y ya conseguimos los dolares para dolarizar la economia al valor del dolar de mercado…
Seguimos trabajando para resolver un gran problema de Argentina que es la inflación.
VLLC…!!!— Javier Milei (@JMilei) June 27, 2023
Otra vez el kirchnerismo como excusa
La entrevista se produjo tres días después del regreso de Caputo de Washington, donde obtuvo un nuevo respaldo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, materializado en un swap de 20 mil millones de dólares.
El ministro calificó este acuerdo como “la noticia económica más importante para argentina desde que yo tengo uso de razón” y enfatizó que Estados Unidos está completamente a favor de lo que está haciendo Argentina.
Utilizando la expresión “whatever it takes” (“lo que sea necesario”), Caputo aseguró que el país norteamericano “está dispuesto a hacer lo que sea para ayudar a la Argentina” y que la administración Trump “está dispuesta a seguir comprando pesos”.
El funcionario aseguró que este apoyo responde a un alineamiento político y económico entre ambos gobiernos, y se refirió a la estrecha relación que une a Milei y otros miembros del Gabinete, como Patricia Bullrich y Luis Petri, con Trump y su administración.
Sin embargo, cuando se le pidieron precisiones con respecto a las condiciones, se limitó a decir que “de esto se van a beneficiar los dos países” y aseguró que es un “disparate” decir que la soberanía argentina está en riesgo.
Ante la pregunta sobre las razones del respaldo estadounidense, Caputo atribuyó la decisión a que Estados Unidos identificó un “ataque político” contra el gobierno de Milei. “No hace falta a la CIA o al FBI para darse cuenta, no ocultó su obviedad el kirchnerismo“, afirmó el ministro.
Lejos de hacerse cargo de su propio plan económico, Caputo eligió utilizar al kirchnerismo y la oposición como chivo expiatorio, plegándose a la ya gastada retórica libertaria, que ve intentos de golpe de estado en cada sesión en la que el Congreso impulsa leyes en favor de jubilados, universidades y discapacitados.
El funcionario llegó a culpar a la oposición por el alza del dólar y del riesgo país: “La oposición empezó un ataque feroz, empezaron a hablar de destituir al presidente. Me decís, ¿por qué subió el riesgo país, o por qué subió el dólar? Porque hubo un ataque político muy bien organizado“, aseguró.
El ministro omitió mencionar que en las últimas semanas la administración libertaria venía quemando divisas del Banco Central a un ritmo acelerado, alimentando el escepticismo sobre la continuidad del plan económico, hasta que el gobierno de Estados Unidos anunció la intervención de la economía argentina.
En este contexto, Caputo presentó el respaldo estadounidense como un “seguro para que no haya desestabilización financiera”, una especie de paraguas que protegería a la economía argentina de los supuestos embates políticos de la oposición.
Devaluación y bandas cambiarias
Respecto al futuro esquema monetario, Caputo reafirmó que el gobierno mantendrá el sistema de bandas cambiarias y que no habrá cambios ni antes ni después de las elecciones del 26 de octubre. “Vamos a seguir en el esquema de bandas y el tipo de cambio flotará”, precisó el ministro, descartando tanto una convertibilidad encubierta como una devaluación fuerte.
“No vamos a salir del esquema de bandas y el tipo de cambio sólo puede fluctuar entre esas bandas, así que por definición no puede haber devaluación“, afirmó Caputo. El funcionario criticó a quienes reclaman un tipo de cambio alto para mejorar la competitividad.
“Piensan que la única manera de que Argentina sea competitiva es que tengamos una moneda de mierda. ¿Argentina no puede ser competitiva si no tiene un dólar por las nubes?”, se preguntó, y propuso como alternativa “bajando impuestos y regulaciones”.
Sin embargo, pese a estas afirmaciones, los datos muestran que el dólar pasó de 1078 pesos en abril a oscilar en los 1400 en octubre (con un pico que llegó al tope de la banda superior). Además, permanece la incógnita sobre a qué precios se moverán las bandas cambiarias a partir de ahora, una definición crucial que el ministro no especificó.
“Nosotros vamos a intentar que cada vez circulen más dólares“, señaló el ministro, quien destacó que en pesos están circulando 17 mil millones, mientras que hay 170 mil millones de dólares en manos de los argentinos. “No estamos imprimiendo más pesos, sería hasta natural que circulen más dólares“, argumentó.
Esta estrategia, según el funcionario, se enmarca en el objetivo central del gobierno de “encontrar un mecanismo monetario-cambiario que permita crecer lo más fuertemente posible lo más pronto posible”, sin recurrir a la dolarización formal.
