El macrismo busca blindar a Garavano de la denuncia por el Hotel de Vandenbroele

Francisco Lagos, ex director del Programa de Protección a Testigos de la era Cambiemos, busca lograr la impunidad para Germán Garavano y derribar la causa en que se investiga la coima al testigo Alejandro Vandenbroele por 4 millones de pesos a cambio de su testimonio armado para encarcelar a Amado Boudou en el caso Ciccone, una causa emblema del lawfare en tiempos de Mauricio Macri.

Lagos, junto a Vandenbroele y el ex ministro de Justicia Germán Garavano, fue imputado por esa maniobra que se investiga en los tribunales de Comodoro Py. La fiscal Paloma Ochoa pidió la indagatoria de los tres acusados, requerimiento que aún no resolvió el juez Julián Ercolini, uno de los impulsores de las persecuciones judiciales al kirchnerismo en Argentina.

Lagos pidió que se aparte a los querellantes del caso, es decir, a Amado Boudou, José María Núñez Carmona y Rafael Resnick Brenner.

El ex funcionario del macrismo busca derribar la causa antes de que Ercolini defina si se hace lugar o no a las indagatorias:

“Venimos por el presente a interponer excepción de falta de acción por falta de legitimación de los querellantes para continuar con ese rol que se les asignó en este proceso y solicitamos que sean apartados”, escribieron los abogados del ex funcionario cambiemita, Jaime Seoane y Alejandro Drago.

La presentación se hizo mientras el juez Ercolini demora la definición del llamado a indagatoria de los tres imputados.

El 25 de febrero pasado, la fiscal Ochoa pidió que se cite a indagatoria a Vandenbroele, cuyo testimonio fue clave para condenar a Boudou en el caso Ciccone, y a Garavano y Lagos, los funcionarios de Cambiemos que habilitaron el pago de 4 millones de pesos para que testifique.

Vandenbroele recibía los fondos del Programa de Protección de Testigos, a cargo de Lagos, que funcionó durante el macrismo como una pantalla para controlar y direccionar testimonios contra Cristina Fernández de Kirchner y otros ex funcionarios kirchneristas “causas políticas”.

El objetivo de sus fondos era premiar a supuestos “arrepentidos” que cumplieran su tarea. En el caso Vandenbroele usaron su testimonio para lograr la condena contra Boudou y a cambio le pusieron un hotel boutique en Mendoza y le destinaron más de 4 millones de pesos. Es el único testigo protegido que recibió tanto dinero.

Para intentar derribar la causa, Lagos sostiene:

No existe elemento de prueba incorporado a la causa que permita afirmar que los dichos de Alejandro Paul Vandenbroele se encontraban viciados y que hayan sido utilizados para fundar o agravar las situaciones procesales de los querellantes. Tampoco existen pruebas pendientes en ese sentido y no forma parte del objeto procesal vigente”.

No obstante, dicho argumento es falso. En uno de los documentos que publicó el portal El Destape -cuya nota periodística dio inicio a la investigación- cuando dio cuenta del irregular pago a Vandenbroele, que está firmado el 24 de agosto de 2018, se lee que el operador asignado al expediente del testigo del caso Ciccone pide a Lagos que se abone la suma de 1.500.000 de pesos y destaca para respaldar la solicitud que:

“El 7 de agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudouy el Sr. José Núñez Carmona”.

Y remarca el operador que el día anterior a su solicitud la sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de ambos. Es decir, valora el testimonio de Vandenbroele.

Irregularidades del caso

Lagos decidió apuntar a una formalidad para intentar hacer caer la causa porque los hechos lo comprometen. Tal como se desprende del dictamen de Ochoa del 25 de febrero, en el pago a Vandenbroele hubo diversas irregularidades:

  • Se mantuvo a Vandenbroele 2 años y 3 meses en el Programa de Protección de Testigos cuando la ley permitía 6 meses.
  • Se le entregaron grandes sumas de dinero, incluidos los fondos para el hotel boutique, luego que se cumplieran los 6 meses que prevé la ley.
  • Se gastaron en Vandenbroele $4.478.559, suma récord entre los testigos protegidos.
  • No lo excluyeron del programa pese a reiterados incumplimientos como una reunión secreta y manejar ebrio con su hija.

Para Ochoa los ex funcionarios Garavano y Lagos:

Destinaron importantes sumas de dinero -por cuya debida aplicación debían velar en razón de su cargo- a una excesiva e injustificada asistencia económica brindada en favor de Alejandro Paul Vandenbroele que redundó en un claro desmedro patrimonial de las arcas del Estado”.

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