Los representantes de la misión técnica del Fondo Monetario Internacional emitieron un comunicado con la evaluación de la situación argentina y finalmente reconocieron que la deuda del país “no es sostenible”. En consecuencia, manifiestan la necesidad de que el país reestructure sus pasivos.
En el comunicado consideraron que el superávit fiscal necesario para poder pagar la deuda “no es ni política ni socialmente factible”, algo que el gobierno en general, y Martín Guzmán en particular, vienen sosteniendo desde su asunción. En la última semana, el gobierno había endurecido esta postura.
“Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible”.
Ahora, el Fondo respalda la postura argentina de que “no hay capacidad de pago”, algo que el mismo Alberto Fernández manifestó el día que asumió como presidente de la República Argentina.
“En consecuencia, se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad. El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda”.
El Fondo les solicitará a los bonistas que acepten una quita, a modo de “contribución apreciable” con el objetivo que Argentina salga de la crisis financiera, generada por el megaendeudamiento generado durante los cuatro años de presidencia de Mauricio Macri.
La postura argentina, representada por Martín Guzmán, sale fortalecida el día de hoy. La semana próxima, el ministro mantendrá una reunión con Kristalina Georgieva en el marco de la reunión del G20 que se realizará en Arabia Saudita. Allí resolverán “los próximos pasos de la relación entre el FMI y la República Argentina”.
De este modo, la negociación con el FMI parece inclinarse a favor de los intereses del Pueblo y la Nación Argentina. Luego será el tiempo de negociar una reestructuración con los acreedores privados. El gobierno de Alberto Fernández ya adelantó que tiene la voluntad de terminar las negociaciones para el 31 de marzo.
