A menos de dos semanas del cambio de gobierno, el oficialismo saliente avanzó en designaciones de último momento de embajadores y cónsules para condicionar al gobierno entrante y asegurarse una fuente de dólares frescos. Desde el oficialismo entrante, quien se encamina a ser nombrado Canciller, Felipe Solá, manifestó que se trata de designaciones “escandalosas”.
Hace unos días había trascendido la designación formal de nuevos representantes ante la OEA y la FAO, y ahora Cancillería designó como embajador en los Países Bajos al ex consejero legal de Ministerio, Mario Javier Agustín Oyarzábal, y a Eduardo César Angeloz, hijo del ex gobernador radical cordobés, como cónsul en Madrid.
Además, el ex director de Ceremonial del Palacio San Martín, fue designado por el canciller argentino como cónsul en Nueva York y Luis María Sobrón, director de Asuntos Consulares de su cartera, como cónsul en Milán.
Mediante la Resolución 657 de Cancillería, se determinó el traslado a Buenos Aires de la actual cónsul en Madrid, Sandra Moira Wilkinson, el reemplazo por el hijo del ex gobernador radical (para el 1 de marzo de 2020). El año pasado Eduardo César Angeloz había sido por Macri a la categoría de embajador extraordinario y plenipotenciario, categoría A.
Anteriormente, Faurie había designado al ex vicecanciller Daniel Raimondi como representante argentino ante la OEA y había confirmado nombramientos para las embajadas en Yemen, Omán, Haití y Rumania.
En caso de que el gobierno entrante decida revisar estas decisiones, deberá asumir un innecesario costo económico en dólares, y también político ante los países de destino.
A todas luces se trata de una maniobra del gobierno saliente que apunta a condicionar al gobierno de Alberto Fernández y asegurarse una flota de funcionarios VIP con sueldos en dólares.
