La petrolera estatal noruega Equinor inició un proceso internacional para vender sus participaciones en Vaca Muerta, marcando su retirada definitiva de la formación tras siete años de operaciones, ante la falta de expectativa de la eliminación del llamado “cepo cambiario”.
La decisión, gestionada por el Bank of America (BofA), incluye la venta del 50% en el área Bajo del Toro Norte (operada por YPF) y del 30% en Bandurria Sur (donde YPF controla el 40% y Shell el 30%). Este movimiento consolida un éxodo de capitales extranjeros que cuestiona el futuro de Vaca Muerta como motor económico para Argentina.
La compañía, que en 2021 ya había devuelto dos áreas operadas directamente, ahora se desprende de sus últimos activos en shale oil. Según reveló el portal Econojournal, el proceso exploratorio de ventas podría extenderse “por largos meses”, aunque fuentes del sector advierten que la decisión refleja desencanto: “Los tipos se van porque se cansaron de estar encepados y no ven ninguna luz al final del túnel. Hace 9 años que tienen pisados los dividendos y no hay RIGI que les alcance“, afirmó una fuente de la industria a LPO.
El ingreso de Equinor (entonces Statoil) en 2018 fue promocionado como un hito por el gobierno neuquino, pero su salida tomó por sorpresa incluso a las autoridades provinciales. “Ni siquiera en charlas informales habían sido puestos al tanto”, señala el informe. La retirada se suma a las de ExxonMobil, que vendió sus activos por USD 1.000 millones, y TotalEnergies, que concluyó su sondeo de mercado sin anunciar compradores.
Para YPF, liderada por Horacio Marín, la partida de Equinor representa la pérdida de su segunda alianza estratégica en meses, luego de que Petronas abandonara el megaproyecto de gas natural licuado (GNL), luego de que a instancias del presidente Javier Milei, la petrolera de bandera argentina dispusiera la relocalización del proyecto en un lejano paraje en Río Negro.