Donald Trump impuso aranceles del 25% a las importaciones de aluminio y acero, y pese al alineamiento total de Javier Milei a la agenda estadounidense aclaró que no habrá excepciones, por lo que se será un nuevo golpe a las empresas argentinas de un sector que viene de sufrir una brutal caída en 2024.
Este lunes el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso gravámenes arancelarios del 25% a las importaciones de aluminio y el acero a través de dos órdenes ejecutivas, en medio de la guerra comercial que impulsa desde su asunción.
La medida afecta particularmente a México, Canadá y Brasil, aunque también impactará en las empresas argentinas del sector, ya que Estados Unidos concentra cerca del 62% de las exportaciones de aluminio de la Argentina. Además, el 50% de las ventas de acero al exterior tienen al país norteamericano como destino.
Si bien el republicano ya había impuesto aranceles de este tipo en 2018, durante su primer gobierno, luego eximió a algunos países de pagar los tributos. Sin embargo, en esta oportunidad el mandatario indicó que no habrá “excepciones ni exenciones” y justificó la medida asegurando que “esto es importante, vamos a hacer Estados Unidos rico de nuevo“.
La decisión fue oficializada poco antes del próximo viaje de Javier Milei a Estados Unidos para participar nuevamente en una cumbre ultraconservadora y, con suerte, reunirse con el republicano.
Por ahora, el alineamiento total de Milei a la agenda estadounidense no ha derivado en ningún tipo de beneficio para Argentina pese a los repetidos elogios del mandatario argentino a la gestión de Donald Trump.
Impacto en Argentina
Según datos del Instituto Americano del Hierro y el Acero, Estados Unidos importa la mayoría de su acero desde Canadá (luego se encuentran México, Corea del Sur, Brasil y Vietnam), mientras que casi dos tercios de sus importaciones de su aluminio son de origen canadiense.
En el caso de Argentina, se exportó un promedio cercano a los 600 millones de dólares anuales en promedio durante los últimos 5 años. Puntualmente, el año pasado se exportó aluminio por valor de 515 millones de dólares, mientras que las colocaciones de hierro y acero sumaron 112 millones.
Esto encendió las alarmas en empresas como Aluar (la única productora de aluminio primario del país). La compañía de Javier Madanes Quintanilla produce el metal en su planta de Puerto Madryn, en Chubut, y exporta el 40% de su producción al país norteamericano.
Ternium y Tenaris (del grupo Techint) son las principales empresas encargadas de la producción de acero nacional. El sector fue particularmente golpeado por la recesión que generó el Gobierno de Javier Milei, por lo que la nueva mala noticia genera preocupaciones por la posibilidad de que se impulsen nuevos despidos.
Además, Argentina tiene un déficit comercial mayor a los 106 mil millones de dólares en el intercambio de acero, hierro y sus manufacturas. Al país del norte va entre el 45% y el 55% de los tubos sin costura utilizados en la extracción y transporte de gas y petróleo.
En cuanto al aluminio y sus manufacturas, el país tiene un superávit comercial bilateral, con un saldo positivo mayor a los 400 millones de dólares. Es que Estados Unidos recibe el 62% de las exportaciones argentinas del rubro, mientras que Argentina representa el 4% de las importaciones del país que hoy lidera Donald Trump.
En 2024, la industria de metales básicos observó una brutal caída del 17,5%, que solo es comparable con los números de la pandemia de Covid-19. En este contexto, el grueso de la contracción lo sufrieron la siderúrgica y la fundición de metales (-22,6% y -17,6% anual, respectivamente).
Esto se debe principalmente a la fuerte caída de la demanda de insumos para la construcción (que cerró 2024 con una caída del 27,4%), el sector metalmecánico y el sector automotor.
Antecedentes de la medida
No es la primera vez que ambos sectores sufren la imposición de tarifas por parte de Estados Unidos. Durante el primer gobierno de Donald Trump, se impulsaron aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio a partir de 2018.
Sin embargo, más tarde concedió cuotas libres de impuestos a varios socios comerciales, entre ellos Australia, Brasil, Corea del Sur y Argentina, que en ese momento era gobernada por Mauricio Macri.
En este contexto, se había definido que una cantidad equivalente al 100% del promedio del aluminio y al 135% del promedio del acero exportado en los tres años anteriores ingresaría hacia ese país sin los impuestos.
Aunque el fundador del PRO se jactaba de ser amigo del republicano, esto no parece haber facilitado la agenda del entonces Ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien sostuvo alrededor de 30 reuniones por el tema.
Las buenas noticias duraron poco más de un año, ya que en diciembre de 2019 Trump anunció el restablecimiento inmediato de los aranceles a Argentina y Brasil, lo que motivó críticas del sector a la gestión macrista.
En particular, Quintanilla (de Aluar) objetó que el Gobierno de Macri se quedó quieto tras el acuerdo de 2018 y no protegió su continuidad. En Acindar el impacto fue menor, ya que la cuota asignada era de apenas 1.100 toneladas.
Aunque aún resta definir la letra chica de los nuevos aranceles, en este caso Trump ya fue tajante a la hora de señalar que no habrá excepciones para ningún país, aunque desde el sector demandan a Milei que incluya el tema en su agenda de cara a su próximo viaje al país norteamericano.
El libertario viajará por novena vez a Estados Unidos el 17 de febrero para participar de la nueva cumbre de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) que se desarrollará en Washington DC entre el 19 y el 22 de febrero.
Milei también tiene previsto encontrarse con Trump, de quien espera una ayuda a la hora de negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de manera que su administración acceda a los “fondos frescos” que necesita.
Guerra comercial y gimnasia mental
Por su parte, Donald Trump viene apostando a una agresiva política de aranceles que se extiende no solo a China, sino también a los principales socios comerciales del país norteamericano, como México y Canada.
Es que también aseguró que analizaba imponer sanciones adicionales a automóviles, productos farmacéuticos y chips informáticos, y semanas atrás anunció un 25% de aranceles a productos mexicanos y canadienses, una medida que finalmente decidió retrasar durante un mes.
Utilizando el flujo de fentanilo como excusa, también subió en un 10% las tarifas a todas las importaciones chinas, una decisión que derivó en contramedidas por parte del gigante asiático.
Para colmo, tras firmar la suba de los aranceles al aluminio y el acero, indicó que próximamente anunciaría aranceles recíprocos a varios países para equilibrar los impuestos a las exportaciones estadounidenses.
Aunque no puntualizó quienes serían afectados, anteriormente ya había señalado que la Unión Europea impone impuestos del 10% a los automóviles importados, una cifra superior a la del 2,5% que aplica Estados Unidos.
A todas luces, las políticas de Trump implican un aumento del proteccionismo dedicado a impulsar la industria estadounidense al tiempo que disputa su guerra comercial. De hecho, el republicano ha asegurado que “tarifa” es “la palabra más hermosa en el diccionario”.
Aunque sus medidas implican una intervención del estado que en principio van en contra del ideario libertario, Milei celebró sus políticas y aseguró que “Trump no es un proteccionista. Trump utiliza la política comercial como instrumento de geopolítica”.
“Utiliza la política comercial de Estados Unidos como herramienta de negociación“, agregó, “mire lo que hizo con México, lo que hizo con Canada o con Colombia. Y lo hace con China”, al tiempo que pidió “entender lo que piensa Trump“.
Sin embargo, a la hora de definir la política exterior argentina, el libertario no está dispuesto a tomar medidas de este estilo. Todo lo contrario, ya que aseguró que “mi prioridad es el tratado de libre comercio con Estados Unidos“.