Mientras que cada vez más argentinos y argentinas ponen toda su energía mental en cómo hacer para llegar a fin de mes, un grupo de empresarios y figuras influyentes le insisten al presidente Javier Milei que la única salida de la crisis económica en Argentina es a través de una dolarización.
Esta afirmación contradice no obstante la visión del Ministro de Economía Luis Caputo, quien habla de una inminente desaceleración de precios.
Lo curioso es que, si bien ambas posturas no pueden ser verdaderas a la vez, si cabe la posibilidad de que ambas sean falsas simultáneamente.
Como sea, entre los empresarios que fogonean la dolarización como solución mágica a los problemas de la Argentina, se encuentra Gonzalo Tanoira, dueño de Citrícola San Miguel, el principal exportador de limones a nivel mundial.
Se trata de un amigo cercano del expresidente Mauricio Macri, que hoy milita en las huestes “libertarias” y hasta participó en la comitivia oficial que visitó el Vaticano.
La dolarización configura una aventura que encandila al sector financiero y agroexportador, al tiempo que genera malestar entre los industriales. Especialmente cuando la eliminación de la moneda nacional no sería con paridad 1 a 1 (como en los 90s), preanunciando el desguace de la industria nacional.
Son los bancos internacionales y los gigantes de la logística quienes respaldan la dolarización, al tiempo que advierten que el proceso debe llevarse de manera cuidadosa para evitar un veto en el poder judicial.
Otro empresario que visita al presidente y pide por la dolarización es Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística. No obstante, Bastitta advierte que la eliminación de la moneda nacional podría ser frenada por la Corte Suprema de Justicia, y más concretamente, por el supremo Horacio Rosatti.
El presidente de la Corte Suprema aparece en el cálculo del oficialismo como un obstáculo clave a la hora de dolarizar, desde que de manera pública expresó su posición contraria a la eliminación de la moneda argentina, considerándola inconstitucional.
No obstante, para muchos, la dolarización está en marcha y es un proceso económico que no puede ser frenado en un juzgado.
Como sea, Milei continúa consolidando apoyos y sólo el tiempo dirá si su plan es implementable o finalmente será sólo una fantasía (o pesadilla) libertaria.
