Malestar en Diputados por el intento de alterar el dictamen de la Ley Ómnibus

La sesión de Diputados para tratar la Ley Ómnibus de Javer Milei debió postergarse por la falta de acuerdo sobre retenciones, jubilaciones, facultades delegadas y otros puntos con la oposición colaboracionista. El gobierno se encuentra conformando un dictamen diferente al votado en el plenario de comisiones.

En la madrugada de este miércoles 24, el gobierno nacional escenificaba una supuesta victoria política, al lograr obtener un dictamen favorable para el mega proyecto libertario. Sin embargo, de las 55 firmas que juntaría el oficialismo, sólo 21 fueron a favor. Las restantes 34 fueron con disidencias, y los demás votos se dividieron entre un dictamen de rechazo del peronismo y dictámenes menores de otras fuerzas.

Con el correr de las horas, el oficialismo cayó en la cuenta que con una mayoría de rechazo y disidencia, el proyecto podría naufragar en una maratónica sesión parlamentaria.

Los jefes de las tres comisiones del plenario, Nicolás Mayoranz, Gabriel Bornoroni y José Luis Espert.

En la madrugada de este miércoles, durante el debate en el plenario de comisiones, los secretarios parlamentarios de La Libertad Avanza (LLA) les pedían a los diputados de los bloques aliados que firmen el dictamen. Sin embargo, el expediente sobre el cual discutían no aparecía. Es decir, pedían un cheque en blanco.

La improvisación del gobierno de Javier Milei es tal que había mandado a la oficina de Martín Menem en la Cámara Baja al asesor Santiago Caputo y un junior de Federico Sturzenegger para ultimar los detalles del dictamen con los jefes de las bancadas del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal (HCF).

La oposición colaboracionista sólo aceptó acompañar el “cheque en blanco” para que Unión por la Patria no imponga su dictamen de rechazo en la comisión. Sin embargo, el dictamen de mayoría del oficialismo cosechaba más dudas y disidencias que apoyos.

A sabiendas que el proyecto no pasaría el filtro de Diputados, en la mañana del miércoles se reunieron delegados del gobierno con representantes de la oposición colaboracionista para redactar un nuevo dictamen que sea finalmente el que llegue al Congreso.

A ese encuentro asistieron los jefes de los bloques aliados, Miguel Ángel Pichetto (HCF), Cristian Ritondo (PRO) y Rodrigo De Loredo (UCR). El cónclave habría comenzado mal, debido a que el emisario del oficialismo era nada menos que Sturzenegger, quien está personalmente enfrentado con Pichetto.

El plan original del oficialismo era llevar el texto al recinto este mismo jueves para aprobarlo en una sesión maratónica que duraría hasta el viernes. Pero sabiendo que esto sólo sería la previa de una derrota política, ahora la sesión se habría postergado hasta el próximo martes.

Si a pesar de las tensiones el gobierno llegara a un acuerdo con sus aliados, la idea de los jefes de bloque es introducir “por secretaría” las modificaciones acordadas cuando se trate el proyecto en recinto.

La oposición colaboracionista también busca acordar con Menem una mecánica de trabajo que permita ordenar la sesión y aprobar en “paquete” los artículos donde hay acuerdo. Temen que una votación artículo por artículo se vuelva inmanejable.

Sin embargo, la desprolijidad confirma que, cuando los parlamentarios anunciaban el dictamen de mayoría, el mismo no estaba protocolizado.

Si esto es así, el acto para cerrar el plenario de comisiones podría declararse nulo, como denunciaron los bloques de Unión por la Patria y el Frente de Izquierda.

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