El ex jefe de gabinete de Macri, Marcos Peña presidió una reunión con Patricia Bullrich y el entonces jefe de la Gendarmería Gerardo Otero el 12 de noviembre de 2019. Ocurrió horas antes de que partiera el Hércules C-130 con el primer contingente de gendarmes, los armamentos y las municiones que terminaron en poder de las fuerzas bolivianas que condujeron el golpe de Estado contra Evo Morales.
El encuentro con la principales autoridades de la seguridad argentina pone a la Casa Rosada en el centro del escándalo de impacto regional y complica la situación del exjefe de Gabinete. Mauricio Macri también mantuvo ese día una reunión con el entonces canciller Jorge Faurie.
Por estas horas en el Gobierno nacional evalúan realizar, con esta nueva información, una segunda ampliación de la denuncia que ya se encuentra en el fuero en lo penal económico.
“Lo vamos a tener que incorporar en una ampliación de la denuncia“, dijo el ministro de Justicia Martín Soria en C5N después de que se revelara la existencia de la reunión, hasta ahora desconocida. “Es impresionante el nivel de detalle que va surgiendo“, agregó el funcionario que junto con su par de Seguridad, Sabina Frederic, y la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Mercedes Marcó del Pont impulsan la investigación por el envío de municiones a Bolivia.
En el encuentro, realizado en el despacho de Peña, participaron Bullrich con sus hombres de confianza en el Ministerio: el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, el subsecretario de Seguridad Interior Gerardo Milman y el subsecretario de Políticas de Seguridad e Intervención Federal Darío Oroquieta. Además, estuvieron Otero, por la Gendarmería, junto con su secretario privado, Ramón Domínguez.
Fueron también de la partida el entonces jefe de la Policía Federal Néstor Roncaglia, el titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) Alejandro Itzcovich y el entonces responsable de la Prefectura Eduardo Scarzello (cuyo apellido está mal escrito en los registros).
El único de los jefes de las fuerzas que fue acompañado por un subordinado fue Otero, por lo que se presume que Gendarmería tuvo un rol central en el encuentro.
Bullrich ingresó a la Casa Rosada a las 11.39 del 12 de noviembre de 2019 y se dirigió a la oficina del jefe de Gabinete, de donde salió a las 13.48. Para entonces, ya se sabía que los gendarmes viajarían a Bolivia y estaba previsto que el Hércules C130 saliera por la tarde desde el aeropuerto de El Palomar. Sin embargo, todo se demoró.
En el momento de la reunión en la Casa Rosada, la Gendarmería estaba gestionando ante la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) sacar un “complemento” del armamento que ya había informado que iba a llevar a Bolivia el día anterior. El complemento incluía las 70.000 balas antitumulto 12/70, que terminaron en poder de la Policía y de la Fuerza Aérea de Bolivia.
Exactamente una hora después de que Bullrich salió de la Casa Rosada, el jefe del grupo “Alacrán” de la Gendarmería Fabián Salas envió un fax al jefe de la Fuerza Aérea Argentina para informarle que el vuelo iba a llevar también ese complemento y le dijo expresamente que era el material que la fuerza solía utilizar “para operaciones ante alteración al orden público“.
Salas era consciente de que los alacranes -un grupo de élite que suele emplear armamento letal- jamás podría usar esa cantidad de balas de goma ni de spray ni de granadas.
Macri estaba en la Casa Rosada ese 12 de noviembre de 2019. De hecho, se reunió con el entonces canciller Faurie. Después de esa reunión, Faurie le envió una nota -en mano- a Bullrich y al ministro de Defensa Oscar Aguad pidiéndoles que autorizaran una comitiva a Bolivia. Para entonces, ya era un hecho que los gendarmes viajarían. Para el ministro Soria, es una prueba más que muestra cómo se armó la maniobra para desviar las balas hacia Bolivia.
El rol de Marcos Peña
Peña fue notificado por Bullrich de la partida de los gendarmes para que autorizara el viaje y los viáticos. La información surge de una resolución del 15 de noviembre de 2019 en la que Bullrich autoriza la partida del primer contingente de gendarmes. Hacía ya dos días que los alacranes estaban en La Paz cuando la entonces ministra estampó su firma en el documento.
Concretamente la información fue recibida por el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, quien también estuvo en la Casa Rosada el 12 de noviembre de 2019. Pompeo es uno de los mayores expertos en política internacional del PRO y uno de los funcionarios que había seguido de cerca la situación en Bolivia.
De hecho, en 2019, fue uno de los que recibió al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro para tratar la situación tanto en Venezuela como en Bolivia. Almagro con las denuncias de fraude constituyó un factor de desestabilización contra el gobierno de Morales.
Durante el gobierno de Macri, Pompeo cordinó lo que desde Cambiemos presentaron como una “mesa de seguridad“, a la que se sentaban Bullrich, Aguad, Faurie y el extitular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas.
Por el momento, ni Peña ni Pompeo ni Faurie están imputados en la causa. Faurie fue denunciado por el gobierno nacional mientras que a Pompeo lo denunció el excamarista Eduardo Freiler.
En el expediente están imputados Macri, Bullrich, Aguad, Otero y el embajador en Bolivia Normando Álvarez García. El fiscal Claudio Navas Rial también imputó a tres gendarmes: el exdirector de Logística Rubén Carlos Yavorski, el exdirector de Operaciones Carlos Miguel Recalde y el exagregado de la Gendarmería en La Paz Adolfo Caliba. Caliba fue señalado por uno de los agregados navales como la persona que recibió el cargamento, aunque no se descarta que otro uniformado termine imputado por esos mismos hechos.
Por el momento, la causa sigue en manos del juez Javier López Biscayart, que ya se declaró incompetente para intervenir y la remitió a su colega Alejandro Catania, que está de licencia y recién decidirá si la acepta la próxima semana.