Las declaraciones de ventas al exterior de soja cayeron un 97% tras los cambios en el esquema cambiario que implementó Luis Caputo tras el acuerdo con el FMI, y a esta mala noticia se sumó la caída del 30% en las exportaciones de carne vacuna durante el primer trimestre.
Tras la implementación del nuevo esquema cambiario y la consecuente reducción de la brecha, el Gobierno de Javier Milei preveía una respuesta positiva de los productores agropecuarios. Sin embargo, hasta ahora no se produjo el aluvión de ventas de soja que Casa Rosada estaba esperando.
Es que el campo no solo no vio con buenos ojos el ultimátum del libertario, quien hace unos días adelantó que “en junio las retenciones vuelven a subir” y avisó que “si tienen que liquidar, liquiden ahora“, sino que el balance general de las medidas viene siendo negativo para el sector.
La apuesta de los sojeros era que con la flexibilización del cepo se produjera un salto del tipo de cambio que aumentara la rentabilidad. Sin embargo, esto no ocurrió y el dólar oficial se posicionó por debajo del antiguo dólar blend, lo que provocó una caída de las liquidaciones, que en 4 días pasaron de 180 millones de dólares diarios a poco más de 60 millones.
De hecho, las declaraciones juradas de ventas al exterior por parte de los exportadores de grano cayeron un 97% a partir de la implementación del nuevo sistema. Mientras los productores más grandes decidieron acopiar la producción, los actores más pequeños venden lo necesario para cubrir sus deudas.
Para poner la situación en perspectiva, cabe recordar que tras el acuerdo con el FMI las exportaciones registraron 869.000 toneladas de soja (aceite, porotos y subproductos) y otras 750.000 toneladas de maíz.
Sin embargo, al día siguiente las declaraciones juradas de soja cayeron un 85% (se ubicaron en el orden de las 136 mil toneladas). Con el maíz ocurrió algo similar: las expectativas de ventas se derrumbaron en un 50%.
Para el 21 de abril, las declaraciones juradas pasaron al orden de las 93 mil toneladas, y las de maíz a unas 425 mil toneladas. Al día siguiente, los sojeros registraban declaraciones por 18 mil toneladas, un 97% de retracción entre una semana y otra.

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La respuesta de Caputo: el carry trade
La respuesta de Casa Rosada no es sorpresiva si se tiene en cuenta el historial del Ministro de Economía, Luis Caputo. En reuniones privadas, el Gobierno comenzó a presionar al sector para que liquide las cosechas llamándolos a hacer carry trade.
Desde el palacio de hacienda intentaron convencer a los productores de aprovechar las tasas de interés pasándose a pesos, un trabajo que el secretario de Industria y Agro, Juan Pazo, se puso al hombro.
El próximo viernes se hará el remate del primer lote de soja en la bolsa de cereales de Rosario, y ahí es donde Caputo espera seducir a los productores y procurarse un ingreso de dólares a las arcas del Banco Central.
El problema es que la mayoría de los productores no tiene la capacidad de entrar en este negocio, ya que necesitan comprar insumos para la cosecha. Particulamente, los actores más pequeños comentan que “no somos especuladores, somo productores y exportadores”.
Este no es un dato menor, ya que los 60 mil pequeños productores representan el 60% del volumen total de producción y el 85% de la totalidad de productores de todo el país.

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Las exportaciones de carne registraron una fuerte caída
Las exportaciones de carne bovina registraron una fuerte contracción en el primer trimestre de 2025: cayeron un 28% en volumen y un 7,5% en valor respecto al mismo período del año anterior, según datos del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC).
En total, se embarcaron 142.500 toneladas por 694,4 millones de dólares, lejos del récord histórico de 2024. En marzo, se realizaron ventas por 43.400 toneladas (205,9millones de dólares), una caída del 17% en volumen y del 20% en valor respecto a febrero.
El principal destino de la carne argentina, China, registró una caída del 52% interanual en marzo en compras de carne sin hueso, con apenas 17.161 toneladas frente a las 36.000 mensuales de fines de 2024. Además, el precio promedio se ubicó en 4.191 dólares por tonelada, muy por debajo de los 5.900 de 2022.
Estados Unidos, tradicional comprador de cortes premium, adquirió solo 3.000 toneladas (20,4 millones de dólares) y quedó relegado al cuarto puesto entre los destinos, detrás de China, Israel y la Unión Europea. La tendencia es generalizada: los mercados clave están demandando menores volúmenes y a precios más bajos.
Analistas señalan dos causas principales: la expectativa de una devaluación incentivó a los exportadores a retrasar ventas, mientras que los precios internacionales enfrentan presiones por menor demanda global. El sector espera una recuperación cambiaria para reactivar operaciones, pero el contexto externo sigue siendo adverso.