La Cámara de Diputados vuelve a sesionar luego de que la oposición bloqueara el Presupuesto 2022

Este martes, la Cámara de Diputados volverá a sesionar tras el irresponsable bloqueo del proyecto de Ley de Presupuesto 2022 de parte de la oposición de Juntos por el Cambio, dejando al país debilitado ante el mundo en medio de las negociaciones con el FMI. El tema central de la nueva jornada será la actualización del piso del impuesto de Bienes Personales.

El cuerpo legislativo tratará la actualización del piso de Bienes Personales con la posibilidad de hacerle modificaciones al texto para hacerlo más progresivo o dejarlo como lo aprobó el Senado, opción que maneja el interbloque opositor de Juntos por el Cambio después de haber bloqueado el Presupuesto 2022.

La oposición lanzó una campaña en redes sociales para reunir el número necesario de diptuados para habilitar el debate en el recinto, algo que consideran tener prácticamente asegurado, pero antes deberá pasar por un álgido debate en la comisión de Presupuesto y Hacienda, donde el Frente de Todos es mayoría.

A las 14 horas se convocará a los legisladores al recinto. En caso de que la oposición convoque a 129 diputados, el debate quedará habilitado. En principio, desde Juntos por el Cambio confían en que ese número estará asegurado porque la semana pasada, cuando se solicitó una moción para convocar a la comisión de Presupuesto, 130 personas acompañaron la solicitud realizada por Silvia Lospennato, del PRO.

En caso de tener ese número, como esperan, la oposición avanzaría sin problemas con el quórum. Si lo mantuviera en la votación, algo para nada definido, se podría avanzar con la sanción del texto tal como llegó del Senado, elevando el piso del impuesto de dos a seis millones de pesos.

Antes, a las 13, habrá una reunión de la comisión de Presupuesto y Hacienda, donde el Frente de Todos tiene más representación.

El oficialismo podría hacer varias cosas:

Primero, podría sacar un dictamen de mayoría con la intención de subir el piso de Bienes Personales de dos a seis millones de pesos pero con modificaciones en las alícuotas para hacerlo más progresivo.

Segundo, podría presentar una nueva propuesta. Tercero, podría dejar el texto tal como está.

Cuarto, podría votarse continuar con el debate, llevar especialistas y demorar la firma del dictamen. El tratamiento en el recinto dependerá, en buena medida, de lo que suceda en este encuentro.

Si se firmara un dictamen de mayoría que contemple modificaciones al texto (o uno nuevo), probablemente también haya otro en minoría para dejar el proyecto tal como está. La primera opción acompañada por el Frente de Todos y la segunda por Juntos por el Cambio.

En este caso, el texto que tenga más adhesiones será el primero en tratarse en el recinto. Si la oposición conservara las voluntades de los 130 legisladores que darian quórum a su favor, la iniciativa oficialista quedaría descartada y se pasaría al debate de la opción cambiemita, o sea sin cambios.

Sin embargo, también podría darse el escenario de acuerdo y consenso. El oficialismo podría optar por no modificar nada y acompañar la media sanción. O la oposición podría aceptar los cambios y, con la garantía de que el Senado los trate el 28 de diciembre, votar a favor de la propuesta del Frente de Todos. Opción poco probable pero posible.

Lo concreto es que luego del bloqueo del Presupuesto, el clima quedó caldeado en el cuerpo legislativo y se anticipó lo que serán los próximos dos años con un Congreso partido a la mitad, un gran escollo a la hora de pensar el debate por el acuerdo con el FMI.

Desde el oficialismo negaron cualquier tipo de falta de diálogo, de hecho se destacó que durante el miércoles, jueves y viernes de la semana pasada, cuando se rechazó la ley de leyes, hubo siete reuniones con la oposición para intentar llegar a un acuerdo, algo que no sucedió.

Juntos por el Cambio todavía no abandonó el modo campaña y su discurso pasó por quién es más o menos funcional al Gobierno. Una derechización de sus posturas.

Problema al que se le sumó la mega división dentro de un interbloque que todavía no definió conducción y mostró diez voceros diferentes. De hecho, por separado, cada bloque fue a negociar algún beneficio dentro del Presupuesto con el reaseguro de que la Coalición Cívica se iba a abstener, lo que no sucedió.

La falta de conducción del interbloque será otro tema a resolver durante el verano, probablemente en medio de sesiones extraordinarias. Cristian Ritondo está anotado para la silla pero Gerardo Morales, flamante presidente de la UCR, sugirió que Rodrigo De Loredo podría ocupar el lugar.

La pregunta es si Ritondo estará dispuesto a abandonar su pretensión sólo para resolver la interna radical. Además, Elisa Carrió tendrá una decisión difícil. Enemistada con ambos bandos, deberá decidir a quién odia menos para levantarle el veto.

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