La interna de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires podría terminar en un escándalo judicial de no tener una resolución política. La Coalición Cívica y la UCR porteña amenazan con impugnar la candidatura de Jorge Macri; al tiempo que su primo Mauricio, Bullrich y Vidal rechazan las “elecciones concurrentes” que podrían contener al radicalismo dentro de la alianza.
¿Jorge Macri incompatible?
El actual Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el ex presidente Mauricio Macri resolvieron en privado que el PRO presentará un único candidato a alcalde capitalino para estas PASO.
De esta forma, el puesto será ocupado por alguno de los tres referentes amarillos ya lanzados: Jorge Macri, ministro de Gobierno, primo del ex presidente y favorito del “ala dura”; Fernán Quirós, ministro de Salud y su par, Soledad Acuña (Educación).
De ellos tres saldrá el competidor que se medirá contra el senador radical Martín Lousteau, cuya única exigencia es una competencia “en igualdad de condiciones” con el PRO.
Sin embargo, los Macri buscan embarrar la cancha y vetar a la boleta radical de compartir los candidatos presidenciales de Juntos por el Cambio, forzando a Lousteau a competir en una boleta corta, garantía de derrota.
Ahora, el radicalismo y la Coalición Cívica (CC) advierten con que, de no resolverse políticamente la problemática, la interna de Juntos podría terminar en un escándalo judicial antes de las elecciones.
La CC y la UCR analizan la “incompatibilidad” de la candidatura de Jorge Macri a jefe de Gobierno de la Ciudad. Lousteau está convencido de que el ministro de Gobierno de Larreta no cumple con los requisitos que establece la Constitución de la Ciudad para ser electo jefe de Gobierno.
La Constitución porteña establece que para ser candidato a Jefe de Gobierno -entre otros requisitos- se requiere “ser nativo de la Ciudad o poseer una residencia habitual y permanente en ella no inferior a los cinco años anteriores a la fecha de elección; y no encontrarse comprendido en algunas de las inhabilidades e incompatibilidades previstas para los legisladores”.
El eje de la crítica se centra en que Jorge Macri fue hasta 2021 intendente bonaerense (Vicente López). Los radicales y “lilitos” señalan que al primo del expresidente se le complica para justificar su residencia y que el cargo de intendente (en uso de licencia) sería incompatible con la candidatura a la jefatura de gobierno.
El pasado fin de semana se viralizó el fragmento de una entrevista a Jorge Macri en el 2021 donde el entonces intendente de Vicente López cuestionaba que Diego Santilli haya cruzado la General Paz para ser candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
En ese momento Jorge Macri era presidente del PRO bonaerense -cargo que conserva- y se oponía tenazmente al pase de Santilli a provincia. Luego se entendió con Larrera, que le ofreció el ministerio de Gobierno de la Ciudad.
“¿Qué dirían si yo quisiera ser candidato en CABA?. Sonaría, por lo menos, raro. Extraño. No sé por qué naturalizamos esta idea de Larreta de querer cruzar candidatos. A esta altura me suena a un capricho. Él decide que Vidal le parece una buena como candidata en ciudad y Santilli en provincia”, decía por entonces el primo de Mauricio Macri.
Esta situación se tiene que aclarar rápidamente para despejar dudas sobre la posibilidad de competir en la Ciudad sin riesgos de impugnacion…El lapidario video de Jorge Macri que se hizo viral en redes – 30/03/2023 – https://t.co/wkjiUnYQT0 https://t.co/06OCM7SRbR
— Facundo Del Gaiso (@FacundoDelGaiso) March 31, 2023
El video fue compartido por el legislador porteño de la Coalición Cívica, Facundo del Gaiso, quien tuiteó:
“Esta situación se tiene que aclarar rápidamente para despejar dudas sobre la posibilidad de competir en la Ciudad sin riesgos de impugnación“.
Jorge Macri no tardó en responder y lo cruzó:
“Facundo, cuando quieras pongo a disposición del equipo de la CC toda la info que certifica que cumplo todos los requisitos para ser candidato. No te preocupes por eso. La gente decidirá. Abrazo”.
El ministro asegura que puede acreditar cinco años de residencia habitual y permanente en la Ciudad. Y además, en su entorno argumentan que al estar licenciado del cargo de intendente “no hay ejercicio del cargo”. Es decir, no se registra la incompatibilidad que detalla el artículo 73 de la Constitución porteña.
La encrucijada de Carrió
Sin embargo, pese al comentario del “lilito”, quienes pueden inclinar la cancha en este conflicto son los radicales. Sucede que Elisa Carrió no sólo está enfrentada con los Macri, sino también con Lousteau y su nuevo socio, Daniel “Tano” Angelici, amigo de Macri pero alineado con el senador.
La chaqueña anunció en febrero que será candidata a presidenta en la interna de Juntos. Si continúa con esa aventura, Carrió deberá buscar un candidato en la Ciudad, ya que enemistada con Macri y Lousteau, no podrá contar con sus presencias en su boleta.
Por ello, en la CC porteña piden que arregle con Larreta. Si salen terceros, los lilitos no meterán legisladores ni diputados nacionales. Sin embargo, Carrió no cede y espera un llamado de Larreta para ordenar la interna.
La “competencia leal”
Como fuera, el debate legal esconde de fondo la confrontación política. La CC y la UCR están abiertamente enfrentadas a la familia Macri. De hecho, el ex Presidente es el principal objetor del acuerdo político entre Rodríguez Larreta y Lousteau, quienes mantienen una suerte de “co-gobierno” en CABA.
El pacto con el ex Ministro de Economía implica que el jefe de Gobierno debe garantizar que el PRO y el radicalismo compitan en las PASO en igualdad de condiciones y con reglas parejas.
El pacto con el radicalismo tiene proyección nacional: la estructura partidaria radical es necesaria para las aspiraciones presidenciales de Larreta. Por eso prefiere mantener un buen vínculo con Lousteau, amigado con el titular nacional de su partido, Gerardo Morales.
Pero Jorge Macri teme que esta “competencia leal” termine favoreciendo al radicalismo, con mayor estructura en CABA para disputar la elección.
El radicalismo porteño plantea que todos los candidatos a jefe de Gobierno de CABA puedan ir en la boleta de todos los presidenciables de JxC, algo que Macri y Patricia Bullrich se oponen.
O, bien, aplicar un “desdoblamiento concurrente” de la elección porteña.
Es decir, que la elección porteña y la nacional sean el mismo domingo pero con un sistema mixto: Las candidaturas nacionales (presidente y diputados nacionales) se votarán con boleta tradicional; mientras que para las candidaturas de la Ciudad (jefe de Gobierno, legisladores y comuneros) se usaría la Boleta Única Papel o electrónica.
Larreta analiza que con este esquema no sólo se contiene al radicalismo dentro de Juntos, sino que también se le resta poder de “arrastre” a la boleta que se cuelgue de la candidatura presidencial de Javier Milei, cuyos mejores números se encuentran en la Capital.
Ahora bien, las primeras resistencias a esta propuesta -de nuevo- se encuentran en el PRO. Mauricio Macri, Bullrich y María Eugenia Vidal se opusieron públicamente a esta iniciativa, arriesgando así a recrudecer la interna contra el radicalismo.
En declaraciones a LN+, Vidal dijo que no cree que “haya que cambiar las reglas electorales en un año electoral“. Advirtió que “eso no nos hace creíbles; eso está mal en política“, al tiempo que planteó que “todas estas discusiones que se han planteado de adelantar fechas, de concurrencia, de boleta única, son todas discusiones que están bien lejos de lo que les pasa a los porteños”.
En tanto, Bullrich manifestó por la misma señal televisiva que, “cambiar el sistema electoral en un año electoral, es lo más antidemocrático“.
“¿Y vamos a hacer lo que dijimos en todas las provincias que no había que hacer?”, se preguntó, tras lo cual agregó que le parecería “muy contradictorio contra nuestra misma forma de pensar“.
En el mismo sentido, Macri también rechazó el domingo la posibilidad de que haya elecciones concurrentes en CABA. “Eso nunca se hizo y ya estamos sobre el pucho”, dijo en declaraciones al diario Clarín durante un evento en La Rural.
De esta forma, los Macri, Bullrich y Vidal dinamitan la delicada alianza de Larreta con el radicalismo, el cual amenaza con llevar la interna hasta los tribunales, consagrando así un escándalo judicial que podría aún resolverse políticamente.
