Finalmente ocurrió lo que las encuestas pronosticaban: Patricia Bullrich se ubicó en un lejano tercer lugar en las elecciones generales y quedó fuera de carrera. Tras la derrota, la candidata de Juntos por el Cambio no nombró a Milei ni felicitó a Massa.
Bullrich y JxC no supieron reaccionar al duro golpe recibido en las PASO, cuando Javier Milei les arrebató el rol de principal figura opositora al peronismo. Desde entonces, la alianza del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el “peronismo republicano” no supo cómo encarar la campaña de cara a las generales.
Ante el shock, Bullrich decidió apelar al tradicional discurso de grieta anti-kirchnerista que caracterizó a Cambiemos desde su fundación, en el lejano 2015. En rigor, un discurso que como mínimo atrasa ocho años en la política nacional.
Tal como todas las encuestas señalaban, tal estrategia discursiva no le serviría para meterse en la lucha presidencial. Bullrich no sólo quedó tercera -muy por detrás del creciente Sergio Massa y del estancado Milei- sino que ni siquiera pudo conservar los votos propios, siendo así la candidata que más votos perdió desde las PASO.
Pasadas las 22 horas, Bullrich se subió al escenario rodeada de la plana mayor de la dirigencia cambiemita, pero con una notable ausencia de figuras del radicalismo.
“No hemos logrado los objetivos que queríamos para nuestra Argentina… Hoy aceptamos la derrota“, admitió Bullrich, aunque evitó felicitar al ganador de la elección, el oficialista Sergio Massa.
“El populismo ha empobrecido al país y no soy yo quien va a venir a felicitar a que vuelva al poder quien ha sido parte del peor gobierno de la historia argentina. Solo lo que hicieron en el último tiempo, repartiendo plata y hundiendo el futuro del país, rifando y endeudando más al país”, manifestó.
Pese a que su estrategia “anti-kirchnerista” evidentemente no funcionó, Bullrich decidió “morir con las botas puestas”, e insistir con el discurso que no le trajo los resultados deseados: “El país debe abandonar el populismo si quiere crecer y terminar con la pobreza“, dijo la ex ministra de Seguridad.
“Nuestra causa va más allá de un momento electoral y va más allá de un momento de derrota, como hoy lo aceptamos. Pero tenemos una convicción profunda: la convicción que los valores que llevamos adentro de la república, los valores de la transparencia, los valores de la lucha contra la corrupción, de un país que debe abandonar el populismo si quiere crecer y terminar con la pobreza, son los valores que llevamos adentro“, siguió Bullrich.
Acto seguido, la candidata del PRO optó por reprochar a la ciudadanía el resultado electoral, emulando al fundador del partido, Mauricio Macri, quien se expresara en igual sentido tras perder las elecciones del 2019.
Bullrich expresó que “los valores” de Juntos por el Cambio “han quedado dormidos“. Sin embargo, aclaró: “Nosotros los vamos a despertar todos y cada uno de los días de nuestra lucha para una Argentina productiva y sin pobreza”.
Finalmente, reconociendo que se bajaba el telón de su carrera política, Bullrich afirmó: “Hoy me ha tocado a mí este lugar, serán otros los que avancen en estos valores y en este camino“.
El futuro de Juntos por el Cambio
Ya en las primeras horas de la derrota, sobrevoló en el búnker de UP los primeros pases de factura a Mauricio Macri por sus coqueteos con Javier Milei. Le acusan que su juego a dos puntas favoreció al libertario y perjudicó a la tropa propia.
“Apostó a que perdamos”, dicen en la Coalición Cívica. “Fue una traición”, suman en la UCR. Los dirigentes PRO de origen peronista aseguran que “Macri, como siempre, jugó para él”.
Ahora, de cara a la segunda vuelta electoral que enfrentará a Mieli y Massa, un manto de dudas se cierne sobre JxC. ¿Qué harán las distintas fuerzas? En los próximos días se verá qué posición tomarán los distintos actores de la alianza con respecto al balotaje. Hay algunos dentro del radicalismo que ya avisaron que no existe escenario en el que apoyen a Milei. Otros, entre ellos el gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, consideraron que era mejor que gane Milei antes que cualquier peronista.
Un sector duro del PRO podría verse demasiado seducido de apoyar al libertario, y quizás por eso Bullrich evitó mencionarlo durante su discurso.
El acercamiento de Macri a Milei y la convocatoria de Massa a un gobierno de unidad nacional empujan a la fractura del Juntos por el Cambio.
Existe voluntad por parte de muchos dirigentes de la UCR de armar un espacio independiente; hacer valer sus cinco gobernaciones y su peso legislativo.
Los insultos del libertario al partido centenario, Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín, son el argumento perfecto para pegar el salto. “Es muy difícil que los radicales voten a Milei“, había anticipado semanas atrás el diputado de Evolución y mano derecha de Lousteau, Emiliano Yacobitti.
Integrar un eventual gabinete de Massa es el otro condimento que podría seducir a los boina blanca que sueñan con dejar de ser furgón de cola del PRO. “Voy a ser el mayor de los esfuerzo para ganarme su confianza”, les dijo anoche Massa.
En tanto, la Coalición Cívica se encuentra en una encrucijada no menor. Pese a que Elisa Carrió es una histórica detractora de Massa, también es cierto que la ex diputada adelantó en cuanta oportunidad tuvo que jamás acompañaría a Milei. ¿Dejará a su tropa en libertad de acción?
La derrota parlamentaria y territorial
Además de perder la presidencial, JxC sufrió una dura derrota parlamentaria y perdió además varios municipios claves.
JxC perdió intendencias como Lanús, tierra del candidato a gobernador, Néstor Grindetti. Allí.
Pero no fue el único municipio. También perdieron, hasta el cierre de esta nota, con casi el 98% de mesas escrutadas, Bahía Blanca, Azul, Olavarría y La Plata. Pero, además, extraviaron 24 diputados, pasando de 116 a 92.
La Cámara Baja quedará integrada por la primera minoría de Unión por la Patria, con 105 legisladores. Un número mucho menor al actual, de 118, pero mayor al conseguido en las Primarias. La Libertad Avanza tendrá 41 representantes.
El Senado fue escenario de otra catástrofe para Juntos. Con la elección, perdieron nueve legisladores y pasaron de 33 a 24.
Juntos por el Cambio sólo pudo elegir dos senadores, uno en Buenos Aires y otro en Misiones. El oficialismo, en tanto, mantuvo el número.
