Una posible fractura acecha el bloque de diputados nacionales del radicalismo: las tensiones y los desafíos en juego

La interna en el bloque de diputados nacionales de la Unión Cívica Radical ya no puede esconderse y la posibilidad de una fractura parece cada vez más cierta.

Un sector boina blanca se orienta hacia el oficialismo de La Libertad Avanza, mientras que otro grupo de correligionarios prefiere mantener distancia con el gobierno de Javier Milei.

La situación se da luego de dos años de convivencia en dos bloques separados, a saber, la UCR “tradicional” liderada por Mario Negri, y el bloque “Evolución” liderado por Rodrigo de Loredo y referenciado en Martín Lousteau, hoy presidente del partido a nivel nacional.

De Loredo, en la mira

Así llegaron al 10 de diciembre de 2023, cuando lograron unificarse en un sólo bloque radical -liderado por el cordobés De Loredo– aunque la unidad alcanzada parece ser más nominal que política.

No obstante, las críticas al diputado cordobés se multiplican y entre los legisladores radicales hay quienes le facturan que se ocupa más de los medios que de la conducción del bloque, y que pasó de estar alineado con Lousteau a responder al gobernador mendocino Alfredo Cornejo, parte del “Grupo Malbec” de radicales cercanos a Patricia Bullrich.

Entre quienes asoman del bloque por sus diferencias con la conducción del espacio se encuentra el diputado Facundo Manes, que durante el debate por la movilidad jubilatoria alineó un grupo de 5 diputados críticos de De Loredo, a los que -dicen- se podrían sumar otros 4 legisladores en la Cámara Baja.

Versiones mediáticas hablan de una docena de diputado que se referencian en Manes, y otros 8 de Evolución, el espacio referenciado en Lousteau, que estarían encaminados a romper.

Se trataría entonces de unos 20 legisladores de los 34 que tiene la UCR en la cámara baja, aunque los números nunca son ciertos y no lo serán, al menos no hasta que se defina el futuro de la Ley Ómnibus que Milei le reclama a la oposición.

Todo parece encaminarse a que la frase de Leandro N. Alem recobre vigencia una vez más: “que se rompa pero que no se doble”.

Como si fuera poco, De Loredo deberá atravesar una prueba de fuego: el debate interno por la posible designación de un representante en la Auditoría General de la Nación (AGN). 

El hasta ahora jefe de bloque de la UCR propuso a Alejandro Cacace, ex diputado sanjuanino, mientras que sus detractores impulsan a Mario Negri, su rival interno en la provincia mediterránea, donde De Loredo tiene puestos los ojos.

La disputa por una silla que el radicalismo ni siquiera tiene asegurada desnuda las diferencias ideológicas y metodológicas que tensionan la unidad del bloque radical, y el poroteo parece inclinarse en contra de De Loredo.

El factor Lousteau

En este marco, el rol del presidente del radicalismo y senador nacional por la CABA, Martín Lousteau cobra inusitada relevancia, ya que su posicionamiento no cuadra con el de De Loredo, pero tampoco ve con buenos ojos una ruptura del bloque.

Es que como presidente de la UCR busca evitar una ruptura y alcanzar consensos en el bloque de la cámara baja.

Por otra parte, Lousteau tiene un ojo puesto en 2027 y en ese sentido ve con recelo la renovada a figura de Facundo Manes, que goza de un perfil académico y un discurso centrado en dos temas claves para el votante radical: salud y educación.

Como sea, la posible ruptura del radicalismo en Diputados no sólo debilitaría al partido y su capacidad de negociación con el resto del sistema político, sino también de cara a una ciudadanía que ve con malos ojos el internismo político.

Atendiendo a esto, no es difícil comprender que la fractura del bloque no sólo debilitaría a De Loredo, sino también al propio presidente del radicalismo.

 

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