Una sorpresiva operación de crédito en dólares permitió al Banco Central cerrar agosto con un crecimiento mensual de las reservas, luego de dos meses consecutivos de caídas provocados por la intervención de Luis Caputo en el mercado cambiario.
El Banco Central obtuvo un saldo comprador de 380 millones de dólares al cierre de agosto, que implicó un crecimiento de las reservas mensual de 318 millones. Aunque la entidad se disponía a cerrar el mes con un saldo negativo, la situación se revirtió con un crédito bancario en dólares puntual a una firma local otorgado el 28 de agosto.
En caso contrario, el organismo que lidera Santiago Bausili habría anotado un saldo negativo por tercer mes consecutivo a partir de la intervención en el mercado del dólar que decidieron Javier Milei y Luis Caputo.
En cualquier caso, la acumulación de reservas sigue siendo la principal preocupación del Banco Central, ya que los resultados de los últimos meses distan mucho de los 1.200 millones que el Ministro de Economía había prometido acumular al FMI, y se aproxima la fecha de la novena revisión del acuerdo con la entidad que encabeza Kristalina Georgieva.
Un sorpresivo prestamo “salvador”
El 28 de agosto los préstamos de bancos locales en moneda extranjera crecieron 327 millones de dólares. Se trata de una situación curiosa, ya que implica el mayor aumento diario del stock en 20 años.
La situación es aún más extraña si se tiene en cuenta que en las ruedas previas estos créditos estaban prácticamente estancados, con ligeras variaciones en los últimos meses. Así lo explica el economista Salvador Vitelli, del Romano Group.
Esto permitió que las reservas pasaran de 26.399 millones de dólares en julio a 26.717 millones al cierre de agosto. Una suba de apenas 318 millones, motorizada en gran medida por la operación crediticia que se concretó el miércoles pasado.
Aunque no hay datos oficiales sobre este préstamo, no faltan las sospechas de que podría haber tenido como destinataria a una empresa pública. Lo cierto es que permitió romper con una dinámica que venía repitiéndose en los últimos 3 meses.
Entre febrero y mayo se produjo un fuerte aumento en el otorgamiento de créditos en moneda extranjera a empresas locales, que le dio una mano al BCRA para enfrentar la situación cambiaria. Es que la entidad pierde el 20% de la liquidación de exportaciones por el dólar blend.
Esto permitió que el stock creciera en alrededor de 3.000 millones de dólares y evitó que en el bimestre las reservas cayeran 626 millones, según la postura del economista Damián Pierri.
Sin embargo, en mayo la baja de la tasa de política monetaria atentó contra el crecimiento y llevó al estancamiento de los préstamos en moneda extranjera. Esto se mantuvo así en medio de pagos de deuda y la normalización de pagos de importaciones, que llevaron a una caída de 2.200 millones de dólares en total.
Según dijo Pierri, “como la tasa de política monetaria bajó, hoy tomar préstamos en pesos está regalado. Con esas tasas activas en pesos, los créditos en dólares se frenaron y aparecieron otra vez los créditos en pesos, que es lo que estamos viendo”. “Es lo que debería pasar”, agregó.
Para el economista el evento del 28 de agosto no cambia esta tendencia. “La tasa en pesos viene subiendo de a poquito, pero no como para justificar semejante salto”, explicó, “todo hace pensar que fue una operación puntual. Antes había una pendiente positiva; esta vez hubo un salto discreto“.
Acuerdo con el FMI
En cualquier caso, Caputo había prometido al FMI que acumularía unos 1.200 millones de dólares en agosto en el marco de la reunión que tuvo con las ALYCS. Más allá de lo ocurrido el 28 de agosto, las cifras no son alentadoras.
Desde la entidad internacional ya habían resistido la decisión de Milei y Caputo de intervenir en el mercado del dólar, pronosticando que causaría una pérdida de reservas. El 10 de agosto debería haber ocurrido la novena revisión del acuerdo, pero finalmente las negociaciones comenzarían la próxima semana.
En este contexto, el oficialismo apura el nombramiento del chileno Jose Luis Daza, un economista ortodoxo que deberá negociar con Rodrigo Valdes, el encargado del caso argentino en el FMI. Valdes comparte nacionalidad con Daza, aunque es fuertemente resistido por Javier Milei, que incluso lo tildó de kirchnerista.
Aunque en el Ministerio de Economía aseguran que está todo dado para su nombramiento, lo cierto es que Daza aún no cuenta con un cargo oficial. No sería una novedad, figuras como Federico Sturzenegger también actuaron como funcionarios por varios meses sin haber sido nombrados.
Sea como fuere, el chileno deberá defender el desempeño de la Nación frente a las metas de reservas, emisión y superávit.
Cabe recordar que el actual acuerdo había sido firmado a principios de 2022, cuando se refinanciaron los vencimientos del préstamo de 45.000 millones de dólares que gestionó el equipo de Mauricio Macri. En este contexto se definió la obligación de cumplir con determinadas metas económicas.
En total son 10 las revisiones trimestrales del acuerdo. Hasta ahora ya se realizaron 8, y cada vez que se cumplen las metas el organismo gira los fondos para pagar los vencimientos del acuerdo original. La devolución de este segundo préstamo se realizará en 12 cuotas semestrales entre 2026 y 2032.
En la última revisión Milei pidió que se modificaran las metas de este año, solicitando una reducción de la meta de superávit (de 2,1% a 1,7% del PBI). La justificación fue “proporcionar espacio adicional para ampliar la asistencia social (según sea necesario) y proteger los gastos de capital prioritarios”. Un argumento curioso cuando se tiene en cuenta la retórica del libertario.
Por otro lado, pidió mantener la meta de acumulación de reservas netas para fin de año (7.000 millones de dólares) y aumentar las metas del segundo y tercer trimestre, de modo que se elevaran a 10.900 millones y 8.700 millones respectivamente.
La dinámica actual preocupa a tal punto, que Bausili cruzó en redes sociales a un operador que alertó por la “fea” dinámica de las reservas. Sin embargo, en el mercado cada vez creen menos en las palabras de Caputo.
El precio de controlar los dólares financieros
Por lo pronto, el Banco Central ya utilizó 650 millones de dólares para sostener el precio de los dólares financieros en el último mes y medio, y aunque logró mantener el precio en la zona de los 1.300 pesos para el Contado con Liquidación, pone un fuerte estrés sobre las reservas.
El exministro de Economía del menemismo Domingo Cavallo (economista ortodoxo si los hay) se expresó al respecto de la política cambiaria que el gobierno decidió tomar en medio de la escalada que llevó al dólar blue a los 1.500. Sobre el tema, comentó que:
“La apreciación también muy notable en el mercado CCL no es fruto de un movimiento de capitales libres sino de la intervención que hace el Banco Central (BCRA) al derivar hacia el CCL una porción importante de las divisas del superávit comercial, además de mantener restricciones para el acceso al CCL“.
El argumento oficial corrió por cuenta del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien en su último informe al congreso, explicó que:
“En cuanto a la decisión de volcar dólares al CCL, está medida no tiene un objetivo cambiario, sino uno primordialmente monetario y antinflacionario. El objetivo es cerrar una de las últimas fuentes de emisión monetaria endógena que aún persistía”.
Según él, como las compras de dólares a los exportadores en el mercado oficial no son voluntarias (producto del cepo), la emisión resultante podría no corresponder a un aumento genuino de la demanda de pesos.
“Con el objetivo de eliminar cualquier vestigio de expansión de la oferta monetaria no deseada y con ello continuar eliminando factores monetarios que generen inflación, se decidió absorber la cantidad de pesos generados en las compras de dólares a los exportadores en el mercado MULC, ofreciendo parte de las reservas compradas en el CCL. El objetivo no es afectar el tipo de cambio del CCL, sino evitar el aumento de la oferta monetaria no deseada”, completa el informe oficial.