El Papa León XIV envió una carta a la Unión Industrial Argentina en la que recordó los principios de la doctrina social de la Iglesia, y remarcó que la economía y la empresa “deben ser motores de futuro, de inclusión y de justicia“.
En un momento clave para el mercado laboral argentino, el papa León XIV dirigió su primera carta oficial al país con motivo de la 31ª Conferencia Industrial que organizó la Unión Industrial Argentina (UIA) este 13 de noviembre en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires.
El mensaje del Sumo Pontífice llegó mientras el gobierno de Javier Milei busca impulsar una nueva reforma laboral, y fue leído por el conductor del evento ante un auditorio colmado de empresarios y dirigentes industriales. Tras la lectura de la misiva papal, tomó la palabra el ministro de Economía, Luis Caputo.
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Economía al servicio del desarrollo humano
El pontífice aprovechó el marco del Jubileo de la Esperanza para plantear una visión sobre el rol de la economía y la empresa en la sociedad actual. “La economía y la empresa, cuando se orientan al bien común, pueden y deben ser motores de futuro, de inclusión y de justicia”, afirmó León XIV en su carta fechada el 8 de septiembre de 2025 desde el Vaticano.
El líder de la Iglesia Católica recuperó los principios establecidos en la encíclica Rerum Novarum de 1891, considerada el acto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia en su formato contemporáneo.
Aquel documento histórico denunciaba las condiciones laborales de la época y establecía que “ni la justicia ni la humanidad toleran la exigencia de un rendimiento tal, que el espíritu se embote por el exceso de trabajo y al mismo tiempo el cuerpo se rinda a la fatiga”.
Para el Papa, estas enseñanzas mantienen plena vigencia en el contexto actual. “Estas enseñanzas, nacidas en un tiempo de profundas transformaciones industriales, siguen teniendo una sorprendente actualidad en el mundo globalizado que habitamos, donde la dignidad del trabajador muchas veces continúa siendo vulnerada”, señaló en su misiva.
León XIV planteó que la actividad económica no debe considerarse un objetivo en sí mismo. Según expresó, “la economía no es un fin en sí misma, sino un aspecto esencial pero parcial del tejido social, en el que se desarrolla el proyecto de amor que Dios tiene para cada ser humano”.
En esta línea, el pontífice sostuvo que el bien común exige que la producción y el beneficio no se persigan de forma aislada, sino orientados hacia la promoción integral de cada persona.
El mensaje papal instó a no medir el éxito empresarial únicamente en términos económicos, sino también en la capacidad de generar desarrollo humano, cohesión social y cuidado de la creación. Esta perspectiva implicaría evaluar a las empresas por su impacto en la vida de las personas y las comunidades donde operan.
El Papa retomó conceptos del papa León XIII, quien en la Rerum Novarum planteaba que un salario justo permite a los trabajadores no solo sostener a sus familias, sino también aspirar a una pequeña propiedad que les brinde sustento y dignidad.
Además, advirtió que quienes gozan de abundancia material deben evitar perjudicar el sustento de los menos favorecidos, considerado sagrado por constituir el sostén indispensable de su existencia.

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El ejemplo de Enrique Shaw
Una parte sustancial de la carta estuvo dedicada al venerable siervo de Dios Enrique Shaw, empresario argentino presentado como modelo de compromiso cristiano en el mundo laboral. León XIV destacó que Shaw entendió que:
“La industria no era sólo un engranaje productivo ni un medio de acumulación de capital, sino una verdadera comunidad de personas llamadas a crecer juntas”.
El pontífice subrayó que el liderazgo de Shaw se caracterizó por la transparencia, la capacidad de escucha y el compromiso para que cada trabajador se sintiera parte de un proyecto compartido.
Según la carta, el empresario argentino “promovió salarios justos, impulsó programas de formación, se preocupó por la salud de los obreros y acompañó a sus familias en sus necesidades más concretas”.
Para Shaw, la rentabilidad no era un absoluto, sino un aspecto importante para sostener una empresa humana, justa y solidaria. El Papa destacó que en sus escritos y decisiones se percibe claramente la inspiración de la Rerum Novarum, que pedía a los empresarios:
“No considerar a los obreros como esclavos; respetar en ellos, como es justo, la dignidad de la persona, sobre todo ennoblecida por lo que se llama el carácter cristiano”.
La carta también recordó que Shaw enfrentó persecución y fue encarcelado durante tiempos de tensiones políticas, experiencia que aceptó con paz y serenidad. Posteriormente afrontó una enfermedad sin dejar de trabajar ni de alentar a sus colaboradores, ofreciendo su sufrimiento como acto de amor.
León XIV señaló que “su vida muestra que se puede ser empresario y santo, que la eficacia económica y la fidelidad al Evangelio no se excluyen, y que la caridad puede penetrar incluso en las estructuras industriales y financieras”.
El pontífice presentó a Shaw como modelo actual para el mundo laboral, enfatizando que su padecimiento por amor a la justicia y fidelidad a los principios de servicio, progreso y ascenso humano lo convierten en un referente vigente.
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Llamado a la dirigencia empresarial
En el tramo final de su mensaje, el Papa dirigió un llamado directo a los dirigentes y empresarios presentes en la conferencia. “El mundo necesita con urgencia empresarios y dirigentes que, por amor a Dios y al prójimo, trabajen en favor de una economía que esté al servicio del bien común”, expresó.
El pontífice planteó que la santidad debe florecer precisamente en los espacios donde se toman decisiones que afectan la vida de miles de familias. En este sentido, exhortó a renovar el compromiso con una industria innovadora, competitiva y, sobre todo, humana, capaz de sostener el desarrollo “sin dejar a nadie atrás”.
El mensaje llega en un momento donde el gobierno argentino impulsa cambios en la legislación laboral, planteando un contrapunto entre la visión oficial sobre la flexibilización del mercado de trabajo y los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que enfatizan la protección de los derechos laborales y la dignidad del trabajador.
