Por décimo día consecutivo, militantes, estudiantes y vecinos mantuvieron una pacífica vigilia frente al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, pese a que en horas de la noche, un joven apareció para agredir a los presentes y vociferar insultos a la vicepresidenta.
La manifestación de apoyo a la expresidenta se mantuvo durante la tarde del miércoles en la calle Juncal, casi esquina Uruguay, sin interrupción del tránsito vehicular durante el día, ya que los simpatizantes kirchneristas se mantenían sobre la vereda a la espera de la salida de la Vicepresidenta de su domicilio.
Recién cerca de las 20:30 horas, se acercó mucha más gente -lo que sí obligó a interrumpir brevemente el tránsito- por la llegada de CFK, quien fue recibida en una ola de demostraciones de afecto y solidaridad.
Antes de ingresar al edificio, la Vicepresidenta se subió sobre su auto, desde donde saludó a la multitud, y se sorprendió con los cantos de un grupo de tenores y sopranos de la escuela de Canto del Teatro Colón, que se acercaron a dedicarle un momento musical.
La vigilia de los manifestantes comenzó el lunes 22 de agosto, luego de que el fiscal Diego Luciani solicitara, en el alegato que formuló en el juicio de la obra púbica en Santa Cruz, una condena de 12 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos para la Vicepresidenta.
El agresor solitario
Si bien la décima jornada de vigilia se desarrolló en paz, en horas de la noche se produjo un incidente con un joven repartidor de comida que primero insultó a Cristina y luego a militantes, a quienes amenazó con una llave francesa por lo que tuvo que intervenir la Policía Federal para finalmente detenerlo.
Al momento de su aprehensión, el agresor lesionó a uno de los policías propinándole golpes con la herramienta en el muslo y la rodilla izquierda. Luego del hecho, el violento habló con el móvil del canal C5N, donde afirmó que "odia" al peronismo.
"No me arrepiento de nada. Odio al peronismo", sostuvo el joven repartidor mientras estaba en custodia de la Policía Federal. "Odio todo lo que tiene que ver con Cristina. Mirá cómo está el país", insistió.
El agresor contó ser oriundo de San Martín de los Andes, reconoció que votó a Mauricio Macri, pero dijo "no ser militante" de Juntos por el Cambio. "Quiero a un Gobierno que haga las cosas bien por el país", argumentó.
"No pensé que se iba a armar este quilombo", concluyó antes de ser llevado detenido por los oficiales.