La presunta red de espionaje ilegal montada por el gobierno de Mauricio Macri tiene como consecuencia que la interna de Juntos por el Cambio encuentre su punto más álgido, fundamentalmente porque varios de los espiados son importante dirigentes de Cambiemos, como María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo y Diego Santilli, que ya no le atienden el teléfono al ex presidente.
Con la aparición de documentación de acciones de espionaje contra dirigentes y ex funcionarios de Cambiemos en Provincia de Buenos Aires, la mesa chica provincial está en el punto de no retorno en su relación con el ingeniero Macri.
La situación acelera el reacomodamiento político, y dirigentes como Vidal, Ritondo o Santilli buscan avanzar y tomar la posta de la oposición, aunque esto signifique dejar a Macri en el pasado.
Según trascendió dentro del ámbito político, los tres dirigentes manifiestan abiertamente su descontento con la figura del expresidente en las reuniones dirigenciales y según reveló la periodista Romina Manguel, "ya no le atienden el teléfono a Macri".
Tras cuatro años de unidad de Cambiemos, las operaciones de espionaje realizadas por el gobierno de Mauricio Macri fueron leídas como un enorme gesto de mezquindad política, especialmente por María Eugenia Vidal, a quien Macri le impidió desdoblar la elección para retener la Provincia de Buenos Aires.
Cabe recordar que ante la caída de Macri en las encuestas también se habló del "Plan V" en referencia a una posible candidatura presidencial de la entonces gobernadora de la Provincia.
Por el momento, los choques suenan hacia adentro y el silencio se adueña de los dirigentes víctimas del espionaje de Macri, al menos cuando deben hablar en público. Con el pasar de los días se descubrirá si finalmente la alianza se dobla pero no se rompe, o si acaso, la caída de Macri supone el retorno de María Eugenia Vidal a la arena política.