Gran indignación provocó la decisión de unos negacionistas del genocidio en Punta Alta, que taparon la figura del pañuelo blanco pintado en el piso de la plaza General Belgrano, para transformarlo en una escarapela.
Tres personas ejecutaron la idea, y uno de ellos manifestó que “en la plaza de mi ciudad, lo único que se permite son símbolos patrios que nos representen a todos, como la escarapela de los argentinos y no un pañuelo” .
“Me cansé de ver como ensucian la plaza de mi ciudad con pañuelos que no representan a los argentinos, así que lo tapé con los colores de mi bandera”, afirmó el apologista de la dictadura.
Se trata de Diego Alberto Siracusa, que según pudo averiguar El Ágora Digital, es un fanático militante del militar carapintada Aldo Rico, que se alzó en 1987 en contra de la democracia y la ciudadanía argentina.
Fue ni más ni menos en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, y el pañuelo se había pintado horas antes durante un acto, en homenaje a la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que lo usaban para distinguirse mientras reclamaban por la aparición de sus hijos y nietos durante la última dictadura cívico-militar genocida.