Como hacer frente a la pandemia: ¿demagogia beneficentista o políticas públicas?

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Después de que el ala dura del PRO fogoneara cacerolazos reclamando que los políticos se bajen los sueldos, algunos intendentes de Juntos por el Cambio e incluso también dirigentes peronistas cedieron a la presión mediática. Sin embargo, el mismo Alberto Fernández tildó de “populismo”.

En Bahía Blanca, el intendente Héctor Gay amagó a recortarse el 30% de sus ingresos, pero finalmente sólo donó el monto correspondiente a título personal, algo que le permite desgravar impuestos a la ganancias.

Desde el Frente de Todos habían propuesto que todos los funcionarios políticos donaran una parte de sus haberes, a la vez que insistieron en la declaración de la emergencia alimentaria, institucionalizando con ese dinero un fondo afectado a la ayuda alimentaria de las y los más vulnerados.

Desde el oficialismo de Juntos por el Cambio, el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Compagnoni, fue el encargado de negarse a institucionalizar un fondo alimentario con las donaciones de los políticos, regladas por ordenanza.

La demagogia beneficentista llegó tan lejos que incluso algunas páginas de memes de tenor opositor a la gestión de Héctor Gay llegaron a insistir con el libreto de Marcos Peña, incluso luego de que la Nación girara un importante subsidio a Municipios como Bahía Blanca.

Una página opositora a Gay, vinculada a sectores díscolos del radicalismo, llegó a pedir que los funcionarios políticos no cobren sus sueldos por un mes, para recaudar un monto un 25 por ciento menor a lo girado desde Casa Rosada

Otro dirigente que se manifestó en contra fue Alejandro Dichiara, intendente de Monte Hermoso, que rechazó de plano la propuesta y reavivó las ansias de los demagogos de la beneficiencia.

Consultado por esta propuesta, Dichiara no se anduvo con vueltas y manifestó: “me parece una discusión barata la de donar el 20% del sueldo. No sirve para nada”.

“La gente me eligió para que esté al frente de todos los problemas, como en este caso, no para que done el sueldo. (…) Reivindico a la política. Estoy orgulloso de trabajar de esto y lo hice toda la vida”.

Según fuentes oficiales, Dichiara cobra unos 180 mil pesos por mes, monto muy por debajo de los 405 mil pesos que Gay cobró en marzo.

Aún donando el 30% de sus ingresos, Gay cobra por encima de los 280 mil pesos, sin contar que al tratarse de donaciones y no de una rebaja salarial, puede deducir esos montos del futuro cobro del impuesto a las ganancias.

Uno de quienes respondió a los dichos del jefe comunal montehermoseño fue el periodista Maximiliano Allica, que le recordó que había políticos que trabajaban ad honorem y lo chicaneó con el concepto de justicia social.

Sin embargo, la respuesta de Dichiara fue contundente, al recordarle la diferencia entre benificencia y justicia social:

Como sea, la crisis económica y sanitaria que deja la pandemia del COVID-19 supondrá que la sociedad toda, y no solamente las y los políticos, ideen formas de financiar políticas sociales y de salud, tanto para mejorar la calidad de vida de los más perjudicados, como para potenciar el sistema de salud.

Lo que está claro es que habrá que tener mayor creatividad e imaginación política para no caer en el recurrente e inefectivo tópico de la beneficiencia, que jamás le ha transformado la vida substancialmente a nadie, y que, por otra parte, no alcanzarán las dádivas para financiar los programas necesarios para tener una sociedad más justa y un sistema de salud más robusto.

 

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