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viernes, marzo 29, 2024

Lo que dejo la primera semana de la campaña electoral

La campaña electoral iniciada por las principales fuerzas políticas del país empieza a marcar su tono y, de paso, dejar sus heridos en el camino. La feroz interna en Juntos amenaza con disolver a la alianza opositora. Mientras que, en el Frente de Todos, resalta la incomodidad por la interna en Santa Fe, en contraste con las listas de unidad presentadas en la mayoría de los distritos.

A pesar de que la tensión al interior de cada una de las dos alianzas es notoria, y en cada una cohabitan, por conveniencia, varios proyectos de poder, personales y/o colectivos, que no siempre resultan compatibles, ningún dirigente con votos ha siquiera intentado correrse por fuera de sus respectivos espacios representativos.

Los cierres de listas siempre dejan secuelas. Es deber de la política ordenar ese descontento rápidamente, para que no afecte la campaña ni, cuando se trata del oficialismo, en la gestión.

Uno de los casos que genera mayor incomodidad para el gobierno nacional es la interna abierta en Santa Fe.

En esta ocasión, las dinámicas locales y nacionales, en lugar de confluir, entraron en colisión, dejando un escenario complicado. La intervención del Presidente, pública, desde Lima, lejos de ordenar hizo que el eco de ese conflicto reverberase en todo el país.

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Depende a quién se le pregunte, el conflicto comenzó porque el gobernador santafesino Omar Perotti no aceptó que el ministro de Defensa Agustín Rossi ocupara ningún lugar en la boleta. Tiene que ver con la sucesión en una provincia que no permite dos mandatos consecutivos. O porque Rossi desoyó las sugerencias de los Fernández de bajar su candidatura en pos de la unidad en una provincia que el peronismo no pudo gobernar durante doce años y corre el riesgo de volver a perder en 2023.

Rossi sospecha que Perotti prepara un quiebre con el Frente de Todos. Señala la evidente coincidencia entre su lema, Hacemos Santa Fe, con el que utiliza Juan Schiaretti, Hacemos Córdoba. Ambos están asociados al consultor Guillermo Seita, que en 2015 alcanzó el récord de asesorar simultáneamente a Mauricio Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa. Una curiosidad: los primeros carteles de Diego Santilli en territorio bonaerense, que se pegaron en junio, a cuenta de Diego Kravetz, también decían Hacemos la Provincia.

En la Rosada molestó la decisión del ministro de mantener su candidatura a pesar de que tanto Cristina Fernández de Kirchner, primero, como Alberto Fernández, unos días más tarde, habían acordado sus términos con Perotti.

Independientemente de las tácticas y estrategias electorales, la decisión de Fernández de castigar a Rossi por su intransigencia adelantando su salida del ministerio se manejó de forma desprolija y terminó complicando más la situación interna. Para peor, al establecer, sin previo aviso ni consulta con sus socios políticos, “una regla ética” que exige que los candidatos con rol ejecutivo dejen sus cargos antes de comenzar la campaña, el Presidente se compró un problema que no existía.

Antes del cierre de listas, el criterio comunicado en el gabinete había sido otro, la veda a candidaturas testimoniales. Es decir: el funcionario debía estar dispuesto a dejar su lugar para asumir, en diciembre, el rol para el que se postuló.

Ese había sido el trato, por ejemplo, con Daniel Arroyo, que tenía previsto permanecer hasta diciembre en Desarrollo Social. Nadie había hablado de renuncias inmediatas, efectivas al momento de comenzar la campaña. No es lo mismo, en especial para el que no tiene su banca asegurada.

Introducir la dimensión ética al problema agregó otro foco de conflicto. Si el Presidente hubiera justificado la norma con un criterio político, no arrastraba consigo al resto de la coalición. Los criterios políticos pueden variar de lugar en lugar, de elección en elección, hasta contemplan excepciones.

Las normas éticas se presumen universales. ¿Omar Perotti y Juan Manzur, gobernadores precavidos que se postularon como suplentes al Senado, son poco éticos? ¿Daniel Gollán lo es pero su compañera de gabinete Teresa García -también candidata pero que no renunció a su puesto- no?

Esta medida, además, generó una serie de renuncias "éticas" en funcionarios que se anotaron en la carrera electoral sin tener esto en cuenta.

En su propio gabinete hay dirigentes que ya avisaron que no van a tomarse licencia, como el secretario de Interior, José Lepere. Esto podría salpicar al propio Presidente en caso de que decida en dos años hacer campaña para su reelección. Ya que una renuncia presidencial para dedicarse a una campaña de reelección sería un hecho inédito en la historia nacional.

La madre de todas las internas: el fuego cruzado en Juntos

Todavía no transcurrió una semana desde la presentación oficial de las listas que competirán en las PASO, y repasando los virulentos cruces que se están dando entre las principales espadas de Juntos, está claro que no habrá manual de buenas costumbres que sirva para bajar los decibeles en las declaraciones de los principales precandidatos.

No podemos ser buitres entre nosotros”, lanzó Patricia Bullrich, quien en su rol de presidenta del PRO está abocada a la redacción de una especie de instructivo o “código de ética” para empezar a ser distribuido desde este fin de semana entre los postulantes de la coalición opositora.

Tenemos que cuidarnos entre nosotros, así que hablaré con todos para que pongamos orden y consensos”, anunció la ex ministra de Seguridad.

Sin embargo, en los equipos de Facundo Manes y Diego Santilli, los dos protagonistas de la interna bonaerense, este manual es visto prácticamente como “una pavada”.

Justamente, con la necesidad de frenar los ataques cruzados desde uno y otro sector, el equipo de campaña del PRO hace lo imposible para unificar un discurso de campaña que les permita alejarse un poco del enfrentamiento interno.

Unidad, moderación, valores republicanos, freno al kirchnerismo: según un documento interno, estos serían los ejes comunicacionales en torno a los cuales se busca orientar a María Eugenia Vidal y Santilli en las contiendas de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, respectivamente.

Por ejemplo, a lo largo de estos últimos días, Manes no paró de protagonizar cruces con Elisa Carrió y las principales espadas del Pro, aunque desde el entorno de Santilli y Vidal (es decir, de Horacio Rodríguez Larreta) insistan en bajarle el tono.

Espero que no se gasten los impuestos de los porteños en la campaña”, declaró Manes el lunes, menos de 48 horas después del cierre oficial de listas en la Provincia de Buenos Aires. Si bien su contrincante (y el objetivo del mensaje), Diego Santilli, respondió pidiendo “no le hagamos el caldo gordo al kirchnerismo, tenemos que tener una primaria sana”, otros dirigentes del espacio no se quedaron callados.

Por ejemplo, Cristian Ritondo le recriminó que “sembraba desconfianza en su propio espacio”; Luis Juez (precandidato por Córdoba) sostuvo que lo que había planteado era “funcional a lo que queremos enfrentar”; Luis Brandoni (precandidato por la Ciudad) aseguró que había cometido “una imprudencia” y que “le falta práctica política”.

Elisa Carrió fue más allá y llegó a calificarlo de “mitómano”, entre otras cosas, por haber mencionado en una entrevista que ella le había ofrecido ser candidato a vicepresidente en el 2015.

Carrió ya agarró de punto al neurocientífico y ya lo critica a más no poder: “Dicen que son la nueva política, pero llevan en la lista a Jesús Cariglino y a Stolbizer”, se burló, apuntando contra uno de los temas que generó polémica al interior mismo del equipo de Manes.

Mientras el neurocientífico anticipa que su expectativa “es que discutamos el desarrollo, no cuestiones personales ni el pasado”, y que “no voy a atacar a nadie, porque estoy formado para sanar y ayudar”, Santilli le retrucó con que “no se puede hacer política mirando por el espejito retrovisor, no te va a ir bien así”.

Las idas y vueltas sumaron tensión, a tal punto que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, acusó a Rodríguez Larreta de liderar una campaña sucia contra Manes.

Justo que convencemos a un radical desde siempre para que incursione en la política, se lo ataca. El problema es que, si hubiera ingresado en la política por el PRO, no hay problema, el tema es que ingresa por el radicalismo”.

Tras acusar al jefe de Gobierno porteño como “el único responsable de la campaña para desprestigiar a Manes”, directamente amenazó con partir la alianza con el PRO y la Coalición Cívica:

“Rodríguez Larreta debería revisar su lógica de construcción política porque por este camino vamos a debilitar y a poner en riesgo a Juntos por el Cambio”.

Para que no queden dudas, y al hacer referencia a lo que él considera constantes ataques sobre Manes, Morales advirtió que “si esto sigue así, cuando se profundiza este camino, lo que hace es llevar a la ruptura, esperemos que esto no se dé”.

Larreta se puso el traje [de candidato a presidente] antes de tiempo y se cree el dueño de JxC”, insistió, mientras dejó una fuerte ironía sobre Larreta al que trató de ser el “gordito del barrio que cuando lo sacan se lleva la pelota”. “No le gusta que lo pongan de arquero y se lleva la pelota”, remató.

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