Tras perder la pulseada con Horacio Rodríguez Larreta por la definición de las candidaturas del PRO, y más aún desde la denuncia del Canciller Boliviano sobre su complicidad con la dictadura de Áñez en el país limítrofe, Mauricio Macri volvió a deslizar la posibilidad de un exilio en Europa.
El ex presidente se fue hace diez días a España tras una reunión final con el jefe de gobierno porteño, tras la cual se aceleraron las definiciones de la interna y se concretó el paso al costado de Patricia Bullrich, la principal aliada de Macri para frenar a Larreta.
Macri participó este jueves de una conferencia junto al líder del neoliberal Partido Popular español, Pablo Casado, y allí volvió a coquetear con la idea de irse de Argentina, algo que en rigor ya maneja desde que perdió la presidencia.
La idea se reflotó semanas atrás al calor de la interna con Larreta. “Si perdemos me tengo que ir del país“, le dijo Macri a sus colaboradores más cercanos, en referencia a la discusión interna. También les habló sobre su temor a un parricidio de parte de su ex jefe de gabinete.
Además de quedar relegado en la interna, Macri parece haber tomado nota de un hecho muy fuerte que se dio apenas unas horas después de la definición de esa pelea. La jueza Marta Cirulli declaró la quiebra de Correo Argentino a pesar de las fuertes presiones del ex presidente, que incluso la había señalado públicamente varias veces.
A su ya complicada situación judicial y pérdida de relevancia en la interna de su fuerza, se suma la reciente denuncia internacional por parte del Estado de Bolivia. El jueves por la noche, el canciller boliviano Rogelio Mayta realizó una grave denuncia contra el ex presidente donde, con relevo de pruebas, revela que el fundador del PRO envió armas a la dictadura de Jeanine Áñez en el país limítrofe para usar en actos represivos.
Esta acción no sólo viola tratados internacionales sino que también está a riesgo de abrirse una investigación federal argentina para esclarecer el hecho. El ex Jefe de Estado podría verse implicado en un acto criminal de proporciones históricas.