La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), principal central sindical peruana, convocó un paro nacional contra el gobierno para el 19 de enero. Mientras tanto, miles de manifestantes se encuentran marchando desde el sur del país hacia Lima para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, quien cuenta con más muertos en represiones que días de gestión.
Desde el último mes, Perú vive una de sus mayores crisis político-sociales de la historia. Tras el golpe de Estado y posterior detención del presidente Pedro Castillo, se desató un fuerte descontento popular, el cual fue respondido por el Estado con severas represiones.
En tan sólo 41 días de gobierno interino de Dina Boluarte -electa por el desligitimado Congreso peruano- ya se contabilizan 50 muertos y cientos de heridos.
Ante la crítica situación, la CGTP invitó a “la clase obrera y el pueblo peruano a participar activamente en el gran proceso nacional, cívico y paro popular del 19 de enero de 2023“.
La huelga se convoca para exigir “la dimisión de Dina Boluarte y de los dirigentes del Parlamento“.
Según la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (Iep), publicada este fin de semana, el 71% de los encuestados considera negativo el gobierno de Dina Boluarte y el 88% desaprueba la conducta del Parlamento.
Ya desde tiempos de Castillo había un alto consenso social en la idea de cerrar el Congreso.
El paro se anunció cuando los movimientos sociales que hasta ahora han animado las protestas en el sur del país decidieron trasladar a Lima a decenas de miles de manifestantes para la segunda edición de la marcha “de Los Cuatro Suyos“.
Los manifestantes exigen, además de la dimisión de Boluarte, la disolución del Parlamento, elecciones anticipadas inmediatas y la excarcelación del expresidente Pedro Castillo.
Mientras tanto, el Poder Ejecutivo extendió el estado de emergencia por 30 días en las regiones de Lima, Cusco, Callao y Puno para frenar las protestas, autorizando a los militares a intervenir junto a la policía para “resguardar el orden público”.
El Gobierno extendió también el toque de queda en Puno, epicentro de las protestas. La medida regirá desde el domingo por los próximos diez días, desde las 20 a las 4 hora local.
Hasta el domingo pasado se mantenían 99 tramos de rutas bloqueados por manifestantes en 10 de las 25 regiones peruanas en reclamo de la dimisión de Boluarte.
Grupos de personas se manifestaron en la capital el sábado y ayer, pero en los próximos días se espera que al menos 50 mil personas de diversas regiones participen en la segunda edición de la marcha “de los Cuatro Suyos“.
La primera fue en el año 2000, cuando miles de personas se congregaron en Lima para protestar contra una nueva victoria electoral del presidente Alberto Fujimori, considerada producto de un fraude.
Cruzada anticomunista y la preocupación por los perros
Mientras crece el descontento social, el gobierno de Boluarte recrudece la represión y ahora organiza redadas en hogares de líderes sociales y militantes, tildados de supuestos “terroristas”, “terrucos” o incluso “senderistas” (en referencia al extinto grupo terrorista Sendero Luminoso).
Lo insólito de los allanamientos ordenados por el gobierno es que en las casas las fuerzas de seguridad buscan por orden judicial libros de autores y líderes comunistas como Karl Marx, Vladimir Lenin e incluso Iosif Stalin.
Como si la fantasmagórica cruzada anticomunista no fuera suficiente, desde el Parlamento -montado plenamente a la dictadura de Boluarte- acusan al ex mandatario boliviano Evo Morales de estar instigando supuestos grupos terroristas para “ocupar” y “anexar” el sur peruano a Bolivia y así “expandir el socialismo del siglo XXI”.
El colmo de la cuestión llega con las recientes declaraciones de Boluarte en cadena nacional.
No contenta con la clásica fórmula de buscar los estereotípicos “enemigos externos e internos” (siempre asociados a la izquierda), la presidenta de facto no sólo no hizo mención alguna a la represión policial, sino que centró sus críticas en “esta gente que genera odio” -en referencia a los manifestantes- a quien acusó de matar perros y caballos.
Los 50 muertos no aparecieron en las palabras de Boluarte.