Elecciones en Perú: voto a voto, empate técnico entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo

elecciones en peru

Luego de una jornada electoral récord que duró 12 horas consecutivas, hay un empate técnico entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo, quienes están disputándose voto a voto la presidencia para el período 2021-2026.

La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) informó que, con más del 93% de las actas procesadas a nivel nacional, Keiko se impone con una diferencia mínima 0,05%. Pedro Castillo obtuvo hasta el momento, el 49,95% de los votos, mientras que Fujimori aventaja  con el 50,05%. 

Habrá que esperar que el 100% de las actas estén contabilizadas para definir el futuro/a presidente ya que estamos ante un empate técnico. Asimismo, el voto rural suele ser el que más tiempo se demora en la carga, lo que podría cambiar la tendencia actual y posicionar a Castillo como  ganador. El final todavía está abierto. El/la nuevo/a presidente asumirá funciones el próximo 28 de julio.

Alrededor de dieciocho millones de personas accedieron a las urnas el domingo en unas elecciones históricas para el futuro de Perú. La participación fue del 76.7% a pesar de la crisis sanitaria. Sin embargo, cabe recordar que, a diferencia de otros países de la región, el voto es obligatorio.

Dos candidatos antagónicos se enfrentaron en el ballotage: Pedro Castillo de Perú Libre, un maestro rural sindicalista de la zona de Cajamarca, quien se enfrentó a Keiko Fujimori, hija del ex dictador Alberto Fujimori y figura del populismo de la derecha peruana por el partido Fuerza Popular.

Los números de las encuestas –de por sí poco confiables- hicieron imposible anticipar quien sería el futuro presidente/a de Perú. La distancia entre ambos aspirantes era tan reducida que, teniendo en cuenta el margen de error, los resultados podrían arrojar un empate técnico. Y finalmente así se vio reflejado en el parejo escrutinio.

Campaña polarizada

En las últimas semanas, Keiko logró acortar la distancia que la esperaban de Castillo, personaje que inicialmente lideraba los sondeos. A pesar de ser casi un desconocido a nivel nacional, el maestro rural fue el más votado en la primera vuelta del 11 de abril,  jornada en la que sacó el 19% de los votos.  En cambio, la hija del dictador Alberto Fujimori, había logrado un magro 13,3%. Es decir, alrededor de un 70% de los ciudadanos no votaron por ninguno de los dos.

Las dos figuras polarizaron la campaña desde una lógica reactiva. El discurso del miedo o el “mal menor” fue un elemento presente en ambos candidatos aunque de manera opuesta. Por un lado, Castillo intento articular el sentimiento antifujimorista, presente en la mayor parte de la sociedad peruana. En tanto, Fujimori,  bajo el slogan “comunismo o democracia” apostó por relacionar a su contrincante con el grupo insurgente del Sendero Luminoso, cuya presencia actual en el territorio es casi inexistente. También hizo hincapié en los vínculos de Castillo con Nicolás Maduro y la cercanía con el socialismo cubano.

El laberinto peruano

El desenlace del ballotage está por verse en las próximas horas. Sin embargo,  quien asuma la presidencia, gobernará en uno de los peores momentos de la historia de Perú. La hiperfragmentación del voto en la primera vuelta y el sentimiento antipolítica predominante en la sociedad peruana dan cuenta de una crisis orgánica del sistema político. ¿El resultado? tres presidentes en el 2020 y cinco en lo que debería ser el período quinquenal del Ejecutivo.

El descrédito hacia la dirigencia política es generalizado. Los procesamientos por delitos de corrupción de ex presidentes y congresistas, pedidos de vacancia del Congreso y hasta el suicidio del ex presidente Alan García en el 2019 cristalizan el laberinto de la coyuntura peruana. La renovación del Poder Ejecutivo Nacional y del Congreso en abril, puede funcionar como una válvula de escape para el descontento popular que implique transformación del establishment vigente o ser una mera continuidad de la crisis endémica bajo otros liderazgos.

Los tres desafíos: economía, pandemia y gobernabilidad

Con una caída de 11 puntos del PIB y 2 millones de empleos perdidos en el último año, Perú es uno de los países económicamente más devastados por la pandemia. La pobreza escaló del 21% al 31% en un estado que no ofrece redes de protección social, donde siete de cada diez trabajadores se desempeña en la economía informal. Reactivar la economía será uno de los mayores desafíos del gobierno entrante, pero no el único.

Desde la dimensión sanitaria, Si bien hay avances en el plan de vacunación, el reciente “blanqueo” de fallecidos producto del covid-19 arrojan una cifra exorbitante. Más de 180 mil peruanos murieron a causa del virus, en una población de 32 millones de personas. Esto posiciona a Perú como el país con la mayor tasa de mortalidad por covid-19 en relación a su población.

Por último, el gobierno entrante deberá ocuparse en formar una coalición en el Poder Legislativo que se encuentra actualmente dividido entre diez fuerzas distintas, las cuales ninguna tiene mayoría por sí sola.

Mencionadas en esta nota:

Las últimas noticias

Seguinos en redes

Offtopic: