El diputado nacional Axel Kicillof visitó Méjico y mantuvo una serie de reuniones con funcionarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el presidente mejicano que asumió en diciembre pasado y que impulsa una transformación total. Su gobierno cumple cinco meses de por estos días y lidera las mediciones de popularidad, superando inclusive al caudal de votos que tuvo en las elecciones del año pasado.
Sobre el fin de su gira por Méjico y antes de partir hacia Washington, Axel Kicillof fue la figura central en una conferencia que se dictó en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de México. Allí expuso los logros económicos del gobierno de Cristina Kirchner y diagnosticó la fuerte crisis que vive Argentina a raíz de las políticas de Mauricio Macri.
Fue acompañado por el intelectual mejicano John Ackerman y el ex Secretario de Educación, Ciencia y Tecnología de Ecuador, René Ramírez Gallegos. Kicillof fue escuchado atentamente por un auditorio colmado de estudiantes, profesionales, intelectuales, funcionarios y público en general, que escucharon atentos su disertación sobre el proceso político, social y económico que experimentó la Argentina desde los primeros meses del 2001 hasta la actualidad.
El economista conceptualizó el lugar en el que se ubicó el kirchnerismo en América Latina con gran claridad:
Nuestro gobierno y otros movimientos semejantes, como en Ecuador, Bolivia y Brasil surgieron como respuesta a procesos de crisis generados por el neoliberalismo y se convirtieron en gobiernos de reconstrucción.
No obstante, señaló que si bien estos procesos fueron exitosos en la recomposición de los tejidos sociales, económicos y políticos, “no consiguieron la consolidación de estos esfuerzos, no lograron la irrevocabilidad de las conquistas, lo que derivó en recambios de rumbos políticos”. Por eso advirtió que “es urgente llevar a cabo un examen autocrítico para revisar las dificultades y los puntos débiles de estas experiencias”, en tanto muchos de estos procesos continúan siendo alternativas electorales en los países donde se llevaron a cabo.
Su mensaje fue claro: “las crisis generadas por el neoliberalismo no pueden tener soluciones neoliberales”.
También criticó fuertemente a “la ortodoxia de los organismos de crédito internacionales”, acusándolos de “crear recetas, paquetes de medidas cerrados” que desconocen los contextos internacionales.
No es lo mismo impulsar políticas neoliberales en los 90s, cuando el mundo estaba involucrado de lleno en el libre mercado, que en este momento en el que, por ejemplo, Macri implanta un neoliberalismo en un mundo que se vuelve cada vez más proteccionista.
También señaló que “la lluvia de inversiones que prometieron nunca llegó simplemente porque el mundo ya no traslada sus inversiones a los países periféricos, sino que las potencias trabajan para que los grandes inversores se queden en los países centrales”.
Axel repartió críticas también para “la oposición ortodoxa” y su uso del término “populismo” para referirse a “procesos muy diversos, que si bien tuvieron puntos en común, con esta palabra cancelaron toda diferencia posible”. Kicillof elogió el trabajo de los gobiernos que prefirió llamar “populares” englobándolos en un espacio similar, aunque no dudó en marcar diferencias entre los procesos de Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil y Bolivia en la primera década del siglo XXI.
“De hecho, todos tuvieron nombres diferentes, pero la ortodoxia los redujo a un solo nombre. Al llamarlos a todos populismos borró la diversidad, que era muy rica”. Según el diputado, esto generó una “guerra por el sentido, donde una oposición ortodoxa trabaja para eliminar el legado simbólico de estos gobiernos, buscan arrasar con estas experiencias, haciendo un uso inaceptable de la democracia”.
Uno de los momentos más álgidos de la conferencia fue cuando manifestó:
Sin dudar de la legalidad del proceso electoral que puso a Macri en el gobierno, hay varios aspectos que ponen en duda la legitimidad, porque van saliendo a la luz cada vez más maniobras, artilugios, operaciones políticas, judiciales, de servicios de inteligencia, totalmente espantosas, que revelan el carácter débilmente democrático de estos procesos.
Los intelectuales que junto a él disertaron se refirieron a la “nueva ola conservadora” y Axel situó en ese marco las críticas insólitas que se realizaron al gobierno de Cristina Kirchner.
La ortodoxia criticó a nuestro gobierno poniendo en duda nuestras conquistas usando términos increíbles, como que había una crisis asintomática, y a la vez elogian los procesos neoliberales hablando de crecimiento invisible.
Ante las risas del auditorio, Kicillof sonrió pacíficamente y dijo: “Es innegable que son ingeniosos”.
Sobre el final y tras explicar los datos de crecimiento económico, aumento del PBI, incremento del consumo interno, producción industrial y empleo que se dieron durante el gobierno kirchnerista, puso en duda las recetas de los organismos de crédito.
Las políticas neoliberales de dolarización, endeudamiento y ajuste son las que llevaron al país a esta crisis. La teoría del derrame yo la escuché muchas veces repetida, pero jamás la vi suceder en ningún país y en ningún momento de la historia.