Una vez apagado el incendio en la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, la más grande de Europa, que alarmó al mundo entero ante la posibilidad de un desastre atómico “diez veces más grande que Chernóbil”, se abrieron paso las acusaciones cruzadas entre Ucrania y Rusia por la responsabilidad ante los hechos.
Las alarmas de la comunidad internacional se encendieron este viernes por la madrugada tras el incendio en al central nuclear de Zaporiyia, ubicada en el sudeste de Ucrania, en medio de los combates entre fuerzas rusas y ucranianas.
Las llamas pusieron en riesgo la “seguridad nuclear” y desde el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) -la agencia nuclear de la ONU conducida por el argentino Rafael Grossi- convocaron a una reunión urgente para ponerle un freno a la amenaza atómica. Afortunadamente no se detectaron fugas radiactivas en la central nuclear.
“Se ha comprometido la seguridad física con lo que pasó anoche, tenemos suerte de que no hubo liberación de radiación“, declaró Grossi, en una rueda de prensa en Viena, en la que dijo que lo sucedido “carece de precedentes” y se podría haber llegado a una situación “dramática”.
La denuncia de Rusia
Las autoridades rusas señalaron que la central nuclear operaba hoy “con normalidad” y que el incendio había sido provocado por Ucrania como parte de una estrategia para responsabilizar a Rusia por los posibles daños.
“El personal de la central nuclear de Zaporiyia continúa trabajando con normalidad, mantiene las instalaciones de la planta y supervisa la situación radiactiva. El fondo radiactivo en la zona de la central es normal”, dijo este mediodía el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov.
El vocero denunció que fue Ucrania quien provocó anoche un incendio en la zona de la planta. “El jueves por la noche, en el territorio adyacente a la central nuclear de Zaporiyia, el régimen de Kiev intentó realizar una monstruosa provocación“, aseguró.
Konashenkov recordó que el 28 de febrero los militares rusos tomaron bajo control la ciudad de Energodar, la central nuclear de Zaporiyia y la zona adyacente, y que las tropas ucranianas abandonaron la región antes de la llegada de los soldados rusos.
Según el ministro de Defensa ruso, el objetivo de “la provocación del régimen de Kiev en la instalación nuclear era acusar a Rusia de crear una fuente de contaminación radiactiva“.
“Todo esto atestigua un plan criminal del régimen de Kiev o la pérdida total de control de Zelenski sobre las acciones de los grupos de sabotaje ucranianos con la participación de mercenarios extranjeros”, indicó.
La respuesta de Kiev
La versión ucraniana, en cambio, señala que proyectiles rusos que impactaron en las instalaciones de la planta nuclear, ubicada unos 150 kilómetros al norte de la península de Crimea, desataron el incendio en un edificio y un laboratorio.
Tras unas horas de alta preocupación, en las que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski alertó de un posible desastre “diez veces más grande que Chernóbil“, en referencia al catastrófico accidente nuclear ocurrido en 1986 en ese país, los servicios de socorro pudieron extinguir las llamas, según las autoridades de Kiev.
Para Zelenski se trató de acciones rusas de “terror a un nivel sin precedentes“.
Rusia intensifica los ataques
Mientras se desarrollaban las negociaciones entre Rusia y Ucrania en las que se pactó la apertura de un corredor humanitario, en el terreno bélico la ofensiva de las tropas rusas no cesa. Tras la conquista de Jersón, la primera ciudad relevante tomada por los rusos y de importancia estratégica en el mar Negro, las fuerzas parecían moverse para aislar a Ucrania del acceso al agua a través de sus puertos clave del sur.
Kiev se fortifica y arma a los civiles
Mientras tanto, Kiev refuerza sus defensas en el interior de la ciudad. La plaza de la Independencia fue tomada por los militares, que apostaron soldados en cada esquina e instalaron barreras antitanques en la misma calzada.
El Parlamento ucraniano retiró este jueves todas las restricciones al uso de armas de fuego por parte de civiles, que han recibido autorización para disparar contra los ocupantes rusos. El Legislativo también se dirigió a la comunidad internacional para que implante en Ucrania una zona de exclusión aérea y despliegue fuerzas de paz de la ONU.
“Vamos a reconstruir cada edificio, cada calle, cada ciudad, y le decimos a Rusia: aprendan la palabra ‘reparación‘”, aseguró por su parte Zelenski, prometiendo que será Moscú quien pague el costo.
Macron: “Lo peor está por venir”
El presidente francés Emmanuel Macron llamó por teléfono a su par ruso Vladimir Putin. El resultado de la conversación telefónica es lapidario: “pienso que lo peor está por venir” y que “Rusia quiere tomar el control de todo el país“, resumió el jefe del Estado francés.
Ambos mandatarios hablaron por tercera vez desde el inicio del conflicto en Ucrania durante una hora y 45 minutos a pedido de Putin. Al término de la conversación se confirmó lo que pocos conjeturaban antes de la invasión rusa. Según París, Putin le dijo a Macron que va a ir “hasta el final”. Una fuente cercana al jefe del Estado francés adelantó que Putin “mostró su determinación” y “nada de lo que dijo hoy puede tranquilizarnos”.
Ese “final” puede implicar el control completo de Ucrania. Esa opción está lejos de los primeros cálculos cuando se pensó en función de dos situaciones: una operación limitada con el objetivo de reforzar la presencia rusa en las dos republicas independientes de Donetsk y Lugansk, seguida de un refuerzo administrativo del territorio y, después, un trabajo de usura para correr al presidente de Ucrania Volodímir Zelenski y reemplazarlo por otro más afín a Moscú.
Este intercambio telefónico se produjo el mismo día en que, por segunda vez, Ucrania y Rusia mantenían en la región bielorrusa de Gómel negociaciones directas.
Las delegaciones no pactaron ningún alto el fuego ni otro medio para atenuar el conflicto. Moscú y Kiev acordaron sin embargo la instauración de corredores humanitarios para que salgan los civiles. En el acuerdo no entra todavía una tregua firme y necesaria para que los civiles abandonen las regiones azotadas por la guerra.
Las conversaciones ruso ucranianas continuarán en una tercera ronda que tendrá lugar a principios de la semana próxima.