El actual presidente francés, Emmanuel Macron, y la referente de ultra derecha Marine Le Pen se enfrentarán en una segunda vuelta electoral en la competencia por la presidencia del país galo. Ambos ya se habían enfrentado en balotaje en 2017. Jean-Luc Mélenchon, candidato de izquierda, se ubicó en tercer lugar, con diferencia de décimas.
El actual jefe del Estado se impuso por 27,6% de los votos, tres más más que en 2017, ante Marine La Pen con sus 23,2%, dos más que en ese entonces. Si bien el gobernante logró dominar los comicios de este domingo la distancia con Le Pen de cara al balotaje sigue siendo ajustada y se situaría entre dos y ocho puntos, según las primeras encuestas publicadas este domingo por la noche.
“El debate que tendremos durante 15 días será decisivo para nuestro país y para Europa“, sentenció Macron, advirtiendo sobre el caracter trascendental que podría tener para la Europa occidental la elección francesa, donde podría asumir de forma democrática una fuerza política de ultra-derecha.
Por su parte, Le Pen afirmó que “lo que estará en juego el 24 de abril será una elección de sociedad y de civilización“, y consideró que Francia necesita “una gran alternancia“.
Por otra parte, los tradicionales partidos de gobierno de Francia -el Partido Socialista del expresidente Francois Hollande y el conservador Los Republicanos (LR) del exmandatario Nicolas Sarkozy- sufrieron sus peores derrotas electorales. La candidata del PS y actual Intendenta de Paris, Anne Hidalgo, obtuvo un magro 1,7% mientras que Valérie Pécresse, la candidata de la derecha tradicional, sumó tan sólo un 5%.
La responsabilidad de las izquierdas
El sectarismo de las fuerzas de izquierda de Francia fue lo que le privó a Jean-Luc Mélenchon de ingresar al balotaje. Mélenchon se quedó a tan sólo un 0,8% de los sufragios de igualar a Le Pen, número que habría pasado tranquilamente de contar con los votos de los partidos Comunista, Anticapitalista, Verde y Lucha Obrera, entre quienes sumaron un 8,3%. Sin Mélenchon, las izquierdas habrían dejado existir en Francia.
Durante su discurso tras conocerse los resultados, Mélenchon no fue explícito pidiendo el voto para Emmanuel Macron como hicieron la mayoría de los candidatos de izquierda que quedaron sin opciones este domingo. Sin embargo, al contrario que en otras ocasiones en las que fue criticado por su ambigüedad, esta vez sí exclamó hasta en tres ocasiones que “no damos ni un sólo voto a Le Pen”.
El líder de “Francia Insumisa” se hizo con la mayor parte de los apoyos entre las candidaturas de izquierda mientras otros candidatos del mismo espectro ideológico como Yannick Jadot, el líder del Partido Verde, con el 4,7% de los apoyos; la candidata de la Lucha Obrera, Nathalie Arthaud, con el 0,6%; Phillippe Poutou, del Nuevo Partido Anticapitalista con el 0,7%; o Fabien Roussel, del Partido Comunista, con el 2,3% se quedaron lejos de cualquier oportunidad.
Con el 19,6% de los apoyos que recolectó Mélenchon, sumado los números de los mencionados partidos, habría alcanzado a Macron en un empate técnico, y le hubieran dado así una oportunidad histórica a Francia de romper con años de gobiernos socialdemócratas conservadores y liberales. Ahora, se abrió nuevamente la oportunidad del triunfo de la ultra derecha por el sectarismo de las izquierdas.
La participación electoral del 73,3% es la más baja registrada en los últimos veinte años y muestra una vez más un desinterés del electorado, incluso ante una elección como esta llena de interrogantes y desafíos. Quedan dos semanas antes de la segunda vuelta del próximo 24 de abril. Y por ahora, Macron es aun el favorito, pero dos semanas es mucho tiempo y Le Pen pueden acortar la diferencia.