El presidente Alberto Fernández y sus funcionarios cercanos no se resignan y siguen intentando construir una alternativa para competir en las PASO del Frente de Todos y así dividir el voto peronista.
La interna oficialista amenaza con sepultar las chances del panperonismo para lograr una victoria en las próximas elecciones. Una interna a cielo abierto podría dejar heridos en todos los bandos y lograr que en las PASO los candidatos -individuales- más votados provengan de la oposición. Este escenario se acerca con cada esfuerzo que realiza el presidente y su reducida tropa para imponer la competencia en las primarias.
Alberto Fernández está decidido a no resignar su intención de vetarle -temporalmente- a Cristina Kirchner la potestad del armado de la estrategia electoral, aún a costa de hacerle perder la elección al peronismo.
En su afán de imponer la competencia abierta, el "albertismo" comenzó a buscar los avales para la fórmula Daniel Scioli - Victoria Tolosa Paz. La iniciativa está a cargo del marido de la ministra, el histórico publicista y amigo de Fernández, Enrique "Pepe" Albistur.
Albistur intenta imponer a su esposa como la compañera de fórmula de Scioli, un tema que todavía no tiene resuelto el albertismo donde también circulan los nombres de Juan Manzur y Agustín Rossi. Pero el anuncio también deja abierta la puerta a que Tolosa Paz juegue como candidata a gobernadora.
A esta campaña se sumó personalmente el propio presidente, quien comenzó una serie de llamados a intendentes bonaerenses para que acepten llevar la boleta presidencial de Scioli bajo la amenaza de buscar armarles internas en sus distritos.
Cabe recordar que, tras el deseo "en off" del presidente de "terminar con 20 años de kirchnerismo", el sector liderado por la vicepresidenta le advirtió a la Rosada que si quiere resistir con un candidato en las PASO, deberá presentar candidatos propios en todas las categorías.
En un principio desde el entorno presidencial respondieron públicamente al desafío y sugirieron a Victoria Tolosa Paz para como rival de Axel Kicillof en la provincia. Pero la falta de estructura propia retrotrajo al albertismo a la realidad: sin el respaldo de los intendentes será imposible tener competitividad contra el candidato kirchnerista.
En este punto es menester señalar que por cada uno de los partidos de la Provincia de Buenos Aires, Scioli y Fernández tienen que tener candidatos a intendentes, a 12 concejales más seis suplentes y cinco consejeros escolares. Un total que se multiplica por 135 distritos. Además, debe juntar los avales correspondientes, que pueden ir de 500 a 4 mil, en cada municipio.
Sin embargo, pese a la magnitud del desafío y los movimientos incipientes de sus armadores y operadores políticos, diversos trascendidos periodísticos de jefes comunales peronistas sugieren que ni Scioli ni Tolosa Paz emprendieron seriamente la tarea de armar sus estructuras.
Varios intendentes especulan que Scioli y compañía podrían finalmente bajarse de la carrera electoral, y que las postulaciones son en verdad una forma de presionar para meter bocado en el armado de listas. Pero otros sectores no adhieren a esta tesis y consideran que el panperonismo se encamina inevitablemente a una PASO que podría dejar heridos en todos los bandos.
A esto hay que sumarle que Scioli aclaró el pasado sábado que "de ninguna manera" se presentará en las elecciones por afuera del Frente de Todos (o como se llame la coalición de aquí a agosto).
Como fuere, a falta de gestión, el propio presidente se puso en campaña para conseguir que los intendentes acepten la boleta en V, es decir, que vayan tanto en la boleta de Scioli como en la que presentarán la alianza de los sectores mayoritarios del frente: kirchnerismo y el massismo.
No por nada en el encuentro que mantuvieron Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" de Pedro con los intendentes en Quilmes la semana pasada, sobrevoló la idea de impedir que Scioli y el resto de los candidatos albertistas pudieran llevar la boleta del gobernador y de los jefes municipales.
Pero si aceptan ese pedido, los intendentes dejarían abierta la posibilidad de tener rivales en las primarias impulsados por Fernández y los suyos.