El 1 de julio se conmemora el paso a la inmortalidad del Teniente General Juan Domingo Perón, fundador y conductor del mayor movimiento político de la historia argentina del siglo XX y cuya influencia perdura hasta nuestros días.
Juan Domingo Perón fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1951 y 1973. En todos los casos llegó a tan alto cargo por medio de elecciones democráticas.
La vida política de Perón tiene, por ello, dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.
Fue fundador y jefe político del Movimiento Justicialista (peronista) que aún hoy, a 47 años de su muerte, continúa siendo la fuerza política más importante de la República Argentina.
Perón dejó escritas múltiples obras (La Comunidad Organizada, Conducción Política y Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, entre otras), donde expresa su filosofía y doctrina política.
Tras la toma del poder por parte del GOU (Grupo de Oficiales Unidos), Perón empezó a ocupar cargos “menores”, pero su carrera política comenzaría cuando se hizo cargo del famélico Departamento Nacional del Trabajo, un modesto organismo dedicado a los asuntos laborales y sindicales. El joven coronel inició, desde este lugar, su contacto con la clase trabajadora argentina, adentrándose en sus problemas y necesidades. Convirtió al modesto organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión, amplió sus facultades y asumió su nueva titularidad el 10 de diciembre de 1943.
Desde allí impulsó la organización de los trabajadores en sindicatos, transmitiéndole al movimiento obrero una visión reivindicatoria y nacional del trabajo y promovió una legislación protectora inspirada en los principios de justicia social, difundidos, entre otras fuentes, por las Encíclicas papales.
La popularidad de las medidas de Perón llevaron a que, cuando éste fue detenido por el gobierno militar, una movilización masiva (17 de octubre de 1945) reclamara su inmediata liberación. Ante el éxito de la movilización, el llamado a la elecciones fue imperativo, y la candidatura de Perón era obvia. Meses más tarde, Perón triunfaría en comicios democráticos (como no había tenido el país desde el golpe de Estado de 1930) inaugurando así el primer gobierno peronista.
En 1949 se reformó la Constitución Nacional mediante elección democrática de constituyentes y se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales, como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.
En 1951 la formula Perón-Quijano fue reelecta por un nuevo período de seis años con el 62 por ciento de los votos.
En 1953 Perón planteó, en diversas exposiciones públicas, su pensamiento sobre la política exterior basada en los conceptos de “continentalismo” y “universalismo” con proyección al siglo XXI.
Tomó las primeras decisiones concretas encaminadas a impulsar la integración latinoamericana y propuso a Chile y a Brasil echar las bases de una unión subregional que se denominaría ABC. Este proyecto es el antecedente del actual MERCOSUR instalado 30 años después.
El 16 de setiembre de 1955 el Gobierno constitucional de Perón fue derrocado por un golpe militar apoyado por los sectores más reaccionarios de la sociedad. Comenzó un largo período de proscripción política del Movimiento Justicialista, persecución a sus integrantes mediante fusilamientos, cárcel y destierro. Perón debió exiliarse. Este cruento período se extendió por 18 años, durante los cuales las Fuerzas Armadas asumieron el control político del país.
Perón debió exiliarse durante todo este tiempo, regresando definitivamente al país recién el 20 de junio de 1973.
El gobierno militar presidido por el Gral. Lanusse convocó a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973, pero proscribió a Perón. El Movimiento Justicialista ganó las elecciones con el 49,59 por ciento de los votos con la fórmula Cámpora-Solano Lima designada por Perón.
Una vez en el gobierno, el presidente Cámpora renunció al cargo y se convocó a nuevas elecciones presidenciales sin proscripciones para el 23 de setiembre de 1973. El Movimiento Justicialista propuso la fórmula Perón-Perón (Juan Domingo Perón y su esposa Isabel Martínez de Perón), que obtuvo el triunfo con más del 60 por ciento de los votos.
Perón ya tenía 78 años y estaba enfermo. Murió el 1º de julio de 1974, mientras estaba en ejercicio constitucional y democrático de la Presidencia de la Nación por tercera vez.
Salud pública: una de las prioridades de Perón que está más vigente que nunca
Especialistas en diferentes áreas sociales y dirigentes históricos del justicialismo coincidieron en destacar “la importancia y centralidad” que tuvo la salud pública en los gobiernos del expresidente Juan Domingo Perón, al cumplirse 47 años del fallecimiento del fundador y líder del Justicialismo.
En un nuevo aniversario de la muerte de Perón, que se desarrollará en el marco de un contexto de pandemia y con la prioridad puesta en la campaña de vacunación, las opiniones de profesionales como la socióloga Florencia Cendali, docente e investigadora en la UBA y la Universidad de Luján; el médico sanitarista Juan Carlos Biani, director del Instituto Ramón Carrillo; el historiador Norberto Galasso; y el gremialista y referente histórico del peronismo, Lorenzo Pepe, quien además dirige el Instituto de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón, coinciden en marcar la vigencia del pensamiento sanitario peronista.
Tras recordar sus encuentros con Perón en el exilio en la residencia madrileña de Puerta de Hierro, Pepe aseguró que:
“Frente a una pandemia de semejante magnitud, Perón hubiera hecho exactamente lo mismo que está haciendo con mucho esfuerzo el presidente Alberto Fernández con el objetivo de cuidar la salud de todos los argentinos”.
En ese sentido, el exdirigente de la Unión Ferroviaria consideró que “al igual que Fernández, Perón hubiera tratado de evitar que se expandiera por todo el país la pandemia y hubiera vacunado de la manera en la que lo viene haciendo el Gobierno“.
Además, Pepe comparó la doctrina justicialista en materia de salud pública con lo realizado por el Frente de Todos y en ese sentido destacó “la recuperación de derechos con la vuelta del área de Salud a ser ministerio, algo que la etapa funesta de Mauricio Macri había sacado, llevándonos a una situación de emergencia muy grave“.
En esa reflexión, Perón destacaba que “una de las primeras medidas de nuestro Gobierno, en 1946, fue crear el Ministerio de Salud Pública“.
La socióloga Cendali, autora del artículo ‘Políticas de salud pública en tres peronismos‘, remarcó que durante los gobiernos de Perón “los objetivos del plan de salud eran integrales, comprendían la medicina preventiva, sanitaria y social“, un modo de entender la atención en materia sanitaria que “se basaba en la medicina social, compuesta por la relación tetranómica del ‘enfermo-médico-Estado-comunidad‘”, lo que se diferenciaba del binomio “enfermo-médico” propio de la medicina asistencial y del trinomio “enfermo-médico-Estado” característico de la medicina sanitaria”.
También en materia sanitaria, Galasso subrayó que la “gran obra” del peronismo está ligada “a la mano de Ramón Carrillo“, el primer ministro de Salud de la Argentina, quien “tenía un enfoque social de la cuestión“.
En referencia al Frente de Todos, Galasso sostuvo que “las políticas que aplicó este Gobierno durante la pandemia fueron en la óptica correcta y en línea con la doctrina peronista, porque entre la vida y la economía se eligió la vida“.
“El Gobierno tomó la buena senda de los gobiernos populares en la tragedia de la pandemia“, agregó.