Una adolescente fue encontrada sin vida en la localidad de Orense, partido de Tres Arroyos, victima de la más extrema violencia machista. De este modo, se suma una nueva víctima de femicidio en Orense, de 16 años de edad. Además, en el lugar también se encontró el cuerpo de quien era su novio y su femicida Nicolás Rodríguez, de 27 años, quien se suicido luego de cometer el femicidio.
Los hechos en torno al femicidio en Orense
Según allegados, la joven habría ido el domingo a la casa de Rodríguez con intenciones de finalizar la relación que mantenían.
La familia de la adolescente se acerco hasta la vivienda de Espora 50 a buscarla preocupados por la situación, fue allí cuando la encontraron con signos de haber sido estrangulada y la llevaron a la unidad sanitaria, donde constataron que se encontraba sin vida.
Con posterioridad se determino que también tenía un disparo en la nuca, el cual fue realizado con la misma arma que Rodriguez se suicido luego de asesinarla.
La investigación se encuentra a cargo de la fiscal Natalia Ramos de la Fiscalia especializada en Violencia de Género.
El femicidio en contexto: el feminicidio y la ausencia del Estado
Este nuevo caso se suma a los 155 feminicidios que se produjeron en el país en los primeros 7 meses de 2019, según los datos relevados por el Observatorio de Femicidios de la Defensoria del Pueblo de la Nación
Marcela Lagarde tipifica el "femicidio" (crimen de odio contra las mujeres) como "feminicidio" cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no les crea condiciones de seguridad para sus vidas ya sea en la comunidad, en la casa, en los espacios de trabajo, de tránsito o de esparcimiento.
La única manera de poder terminar con la violencia de género es con políticas públicas que cuenten con los recursos necesarios y no con tan sólo $11 por mujer como estipula el presupuesto provincial vigente..
El patriarcado es el marco cultural y social en donde se produce y reproduce la violencia. En el caso del feminicidio de Orense, el hecho de la diferencia de edad de la victima, de tan sólo 16 años y el femicida, 11 años mayor, demuestra lo peligroso de naturalizar situaciones que conllevan objetivamente una desigualdad de poder en el vínculo, lo que colocaba de por si a la joven en una situación de vulnerabilidad.