La abogada querellante Mónica Fernández Avello, representante de H.I.J.O.S Bahía Blanca en la Megacausa Zona 5, explicó en una entrevista con Juani Guarino para El Ágora 2024 los detalles de su alegato en el juicio por delitos de lesa humanidad más importante en la historia de la provincia. En la conversación, profundizó sobre el tratamiento de los delitos sexuales durante la dictadura y reveló nuevos testimonios sobre la presencia de menores en centros clandestinos.
La voz de las víctimas
“Lo que siempre pretendí desde mi primer alegato es hablar en nombre de las víctimas”, enfatizó Fernández Avello, quien explicó que su presentación complementa el “completísimo alegato de la fiscalía” con un enfoque en las historias personales. “No solo hablamos de los que sufrieron sino también de cómo se desarmaron esas familias, cómo tuvieron que dejar de estudiar, cómo tuvieron que ir al exilio”, detalló.
La lucha por visibilizar los delitos sexuales
La querellante ha mantenido una batalla constante por el reconocimiento de los delitos sexuales como crímenes autónomos.
“Hemos logrado en este juicio que ingresen cinco casos”, señaló, aunque advirtió que “fueron masivas las violaciones, no solamente a las mujeres, también a los hombres”. Fernández Avello reveló que el poder judicial sigue mostrando resistencia: “De las denuncias por abusos sexuales, solo el 3% llegan a sentencia”.
Nuevas revelaciones sobre menores
En la Megacausa Zona 5 han emergido testimonios estremecedores sobre la presencia de niños en centros clandestinos.
“Tenemos un caso de una madre, un padre y una bebé de un año que son secuestrados y llevados a la Escuelita“, relató la abogada. También mencionó casos de “bebés abandonados en departamentos o en la calle” y situaciones donde los genocidas pedían llevar a los niños que acompañaban a familiares en visitas a detenidos.
La querellante compartió un caso particularmente conmovedor:
“Un matrimonio donde ella estaba embarazada de ocho meses cuando fueron secuestrados. La picanearon y su hijo nació ya en libertad, pero nació discapacitado”.
Este tipo de testimonios evidencian cómo el terrorismo de Estado afectó incluso a quienes aún no habían nacido.
