La provincia de Santa Fe es el cuarto distrito electoral más importante del país, precedido por Córdoba, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la misma provincia de Buenos Aires. Se trata de una provincia gobernada por el socialismo partidario desde 2007 y en la que en las subsiguientes elecciones, el peronismo ha encontrado difícil acercarse al poder.
En las elecciones provinciales 2015, Cambiemos llevó como candidato al referente PRO, Miguel del Sel, quien se impuso en las PASO por 32,2% con 536.480 votos. El día de ayer, el candidato de Cambiemos, José Corral, sólo obtuvo 312.246 votos, por lo que el partido de Mauricio Macri perdió en la provincia más de 200 mil sufragios en comparación con las primarias de 2015.
En esas mismas elecciones PASO, el socialista Miguel Lifschitz ocupó el segundo lugar con 376.627 votos, mientras que Omar Perotti del Frente Justicialista para la Victoria, obtuvo 365.239 votos, y el radical Mario Barletta enfrentó en la interna a Lifschitz y se hizo 156.460. En ese momento, un sector de la UCR compitió dentro del Frente Progresista, mientras que en estas elecciones participan del armado de Cambiemos.
Finalmente, en las elecciones generales de 2015, Lifschitz logró revertir el resultado y fue electo gobernador por un puñado de votos. Del Sel quedó segundo, seguido por Perotti, aunque el comediante es hoy un cadáver político inhabilitado para ejercer cargos públicos.
Dos años más tarde, en las elecciones legislativas de 2017, Santa Fe fue una de las provincias donde se sintió "la ola amarilla". Cambiemos llevó como primer candidato a diputado nacional a Albor Cantard y logró derrotar al peronismo, obteniendo 38,05% en las elecciones de octubre. Agustín Rossi, había tenido un buen desempeño durante las PASO, pero en las generales quedó segundo con el 25,55% de los votos, mientras que le socialismo se desplomó y quedó en tercer lugar.
Hoy parece que la historia se da vuelta en la provincia de Santa Fe, con un socialismo que volvió a pisar fuerte aunque ve como de cerca le pisa los talones el peronismo, que a su vez tiene la tarea de ordenar la interna y lograr sumar los votos de Bielsa a los de Perotti para volver a repetir el triunfo sobre el oficialismo.