Punto por punto: por qué el Presupuesto Bonaerense enviado por Vidal es el peor desde la recuperación de la Democracia

El proyecto del presupuesto 2019 elaborado por el gobierno de María Eugenia Vidal para la Provincia de Buenos Aires refleja en su diseño una serie de pautas a tono con la ideología y el programa político neoliberal del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Nadie duda a estas alturas que su aprobación profundizaría la actual crisis socio-económica que atraviesa la provincia y el conurbano bonaerense, así como la periferia de ciudades como La Plata, Bahía Blanca o Mar del Plata, en las cuales subsisten grandes bolsones de pobreza estructural.

A su vez, la adhesión de la Provincia al Pacto Fiscal a finales de 2017, celebrada en su momento por la gobernadora por tratarse de un hecho “histórico”, supuso una importante rebaja del principal tributo con que cuenta el estado bonaerense, el Impuesto a los Ingresos Brutos, que supuestamente sería compensada con aumentos en el impuesto inmobiliario urbano. La decisión política de Vidal implicó traspasar la presión impositiva de las empresas a la ciudadanía residente en los grandes aglomerados urbanos de la Provincia.

Por otra parte, el impacto de la inflación desbocada, sumada al brutal revalúo inmobiliario, supone un aumento nominal de alrededor del 48% en los recursos recaudados por la gobernación. Claro está que esta situación no se desprende de una mayor progresividad o eficiencia en la tributación, como tampoco del blanqueo de la economía.

Un presupuesto de ajuste

En cuanto a los gastos contemplados en el presupuesto 2019, se nota una fuerte reducción de las partidas destinadas a infraestructura productiva y social. Respecto del presupuesto 2018, puede observarse una reducción de los fondos del Ministerio de Producción (en un 8%), de Vialidad (más del 25%) y del Instituto de la Vivienda, con un dramático recorte de casi el 35%.  Por su parte, las erogaciones correspondientes al Ente Administrador de Astilleros Río Santiago se reducen en más del 11% y las del Fondo Provincial de Puertos en un 20% menos.

A su vez, el total del monto destinado a obras en los municipios se reducirá un 8% en términos nominales, pero si se toma en cuenta que 2018 acabará con una inflación del orden del 45%, la variación real implica que los fondos se verán reducidos a la mitad. Otro dato a tener cuenta es que la reducción toma en cuenta el color político de cada municipio, recibiendo aquellos en manos del oficialismo un 3% más que en 2018, mientras que en los que gobiernan kirchneristas o afines se reducirán un 36%. Como si todo esto fuera poco, 8 distritos de la provincia no recibirán un peso para obra pública.

Finalmente, la Secretaría de Medios recibirá más de 5 veces más fondos que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, concretamente serán $691 vs. $120,7 millones. Pareciera que para Vidal es mejor decir que hacer.

Deuda externa: menos recursos y cada vez más deuda

Otro punto a tener en cuenta al analizar el proyecto de presupuesto impulsado por la gestión de Vidal, es el peso del indiscriminado endeudamiento provincial en dólares, que asciende a 10.100 millones de dólares, sumada a la brutal devaluación ocurrida este año y que roza el 100%. Esto virtualmente duplicó las partidas para servicios de deuda pública, que pasaron de $28.204 millones en 2018 a $56.403 millones proyectados para 2019.

De este modo, las estimaciones oficiales prevén un déficit financiero de $40.161 millones, muy por arriba del ya pronunciado déficit previsto para este año, de unos $25.204 millones.

Para solventar este creciente desbarajuste financiero, la gobernadora solicitó autorización para endeudarse por $102 mil millones, como así también la posibilidad de tomar deuda de la ANSES a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. De aprobarse dicha autorización, la deuda total de la provincia alcanzaría los $500.000 millones, monto que significa más del 75% de los ingresos tributarios totales que planea recaudar Vidal en 2019.

Una forma de tomar dimensión del impacto del endeudamiento indiscriminado por parte de la Alianza Cambiemos es comparar el monto de pago de intereses de deuda, que asciende a $56.403 millones, con las partidas destinadas al Ministerio de Salud ($51.148 millones) o al Ministerio de Desarrollo Social (alrededor de $23 mil millones).

En ese contexto, el objetivo presupuestario del equilibrio en las cuentas justo con la sostenibilidad de la deuda, implicará que el déficit sea social. Así, el ajuste conjunto impulsado por Macri y Vidal será pagado por la ciudadanía en general, y por los municipios en particular.

Los Municipios, último eslabón del ajuste de Macri y Vidal

El presupuesto provincial repite los vicios del presupuesto nacional, cuando no los amplifica. La primera irresponsabilidad de la gobernadora fue plegarse acríticamente a la ley de leyes enviada por Macri al Congreso Nacional, mandando a votar a sus diputados y senadores un ajuste que recaería fuertemente sobre su propio territorio.

Uno de los principales problemas para la Provincia es el traspaso estipulado en el Presupuesto Nacional de los subsidios al transporte y de la tarifa social. A su vez, el proyecto de presupuesto enviado por la gobernadora prioriza el pago de la deuda, a la vez que impulsa un mayor endeudamiento, recortado en inversión social y en infraestructura.

En consecuencia, Vidal comete una segunda irresponsabilidad que es la municipalización de los subsidios y de la tarifa social. Se trata lisa y llanamente del traslado del déficit provincial a las administraciones municipales, en medio de una recesión que no parece tener fin, sino que por el contrario se agudiza mes a mes.

Los incrementos en las tarifas de electricidad, agua y gas, así como en el transporte urbano se descargarán de lleno en el bolsillo de la ciudadanía. Esto generará una marcada desigualdad entre los 135 distritos que integran el territorio provincial, ya que el grueso de los intendentes advirtieron la imposibilidad de hacerse cargo de dichas cuentas.

Cabe preguntarse qué va a suceder con los millones que dependen de la tarifa social, así también como a qué valor trepará el pasaje de colectivo en los distritos donde el municipio no pueda hacerse cargo de los subsidios.

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