El exministro neoliberal de Economía Domingo Cavallo lanzó una andanada de críticas contra la marcha de la economía. Culpó a las “ideas del gobernador Axel Kicillof”
Domingo Cavallo, el trístemente célebre ministro de Economía de Carlos Saúl Menem y de Fernando De la Rúa, conocido por ser el “padre de la convertibilidad“, lanzó una andanada de críticas contra la marcha de la economía, y atribuyó la situación de crisis a las “ideas del gobernador Axel Kicillof“.
Con una publicación en su blog personal, Cavallo calificó al mandatario bonaerense como “ideólogo económico del kirchnerismo” cuyas ideas “consolidan una tendencia al estancamiento persistente con inflación crónica“.
El sesgo de Cavallo es el de un hombre casado con las ideas del libre mercado y omitió considerar algunos datos como los índices de pobreza y el endeudamiento heredado por la administración Fernández.
Desde ese punto de partida, análisis, lamentó que no se esté aprovechando lo que calificó como un nuevo “viento de cola” para las exportaciones argentinas. Es que, dijo, los rasgos “más notables de la estrategia económica” son:
“El encerramiento comercial y financiero de la economía, la creciente estatización de sectores productivos, el persistente intervencionismo gubernamental en los mercados en los que operan las empresas que siguen siendo privadas, la cada vez más acentuada presión impositiva, el creciente gasto público y la despreocupación por el ritmo de aumento de la emisión monetaria y de deuda interna”.
Por eso hizo prácticamente un llamamiento a derrotar al kirchnerismo políticamente, aunque advirtió que no sabe si con eso alcanzara.
“Es difícil imaginar cómo y cuándo puede comenzar a revertirse este deprimente panorama. Sin duda, requerirá una gran derrota política del Kirchnerismo, pero eso no será garantía de que un nuevo gobierno consiga las condiciones políticas y la inteligencia estratégica para producir los cambios con una secuencia e intensidad que conciten el apoyo popular imprescindible para asegurar su sostenibilidad en el tiempo”, evaluó.
También le dedicó un párrafo a la pandemia, ya que, dijo, “está influyendo en el campo de las ideas económicas” y haciendo recobrar vigencia a “prácticas fuertemente intervencionistas en todas las economías del mundo“.
Esto, señaló, es especialmente malo para nuestro país.
“En una economía con los desajustes macroeconómicos y estructurales de Argentina, se constituirá sin duda en un factor perturbador del diseño de las reformas necesarias y dificultará las disciplinas imprescindibles para remover la inflación de la economía. Y si no se logra erradicar la inflación, pensar en revertir las causas del estancamiento secular se transformará en una quimera”.