La Alianza Cambiemos tuvo en su discurso público un énfasis en la cantidad de obra pública que se había realizado, promocionándolo como el “plan de redes de cloacas y aguas potables más grande” de la historia de la Provincia de Buenos Aires. No fue una exageración, sino lisa y llanamente una mentira, ya que la misma empresa estatal Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), reveló las irregularidades y el abandono que sufrió la empresa durante la gestión de María Eugenia Vidal.
“Hoy 700 mil bonaerenses más pueden conectarse a la red de cloacas y ahora 1 millón tiene agua potable en sus casas”, manifestaba una voz en off en uno de los spots que utilizó Vidal en su campaña por la reelección.
DONDE ANTES HABÍA ABANDONO, HOY HAY CLOACAS Y AGUA POTABLE pic.twitter.com/KkoNoyVvbl
— María Eugenia Vidal (@mariuvidal) June 28, 2019
No obstante, una auditoría sobre ABSA reveló una serie de irregularidades y negociados y que realizó su entonces titular, Raffaelle Sardella, con el visto bueno de la entonces gobernadora.
La nueva gestión, a cargo de Germán Ciucci, descubrió una serie de irregularidades como la compra de vehículos a Chery, concesionaria del Grupo Macri, en la que Sardella cumplía funciones. También compraron una camioneta Volkswagen Amarok 2.0 por casi dos millones de pesos a Dietrich, concesionaria del ex ministro de Transporrte, Guillermo Dietrich.
Además, se alquiló por 40 millones de pesos anuales el edificio de la sede central de la empresa, así como una oficina para uso exclusivo del expresidente en pleno centro porteño, por más de 500 mil pesos, en la que se adquirieron costosos sillones Herman Miller por más de 12 mil dólares.
Otra situación preocupante fue la tercerización de las obras, que en vez de estar bajo la órbita y control del Estado, pasaron al sector privado. Los desembolsos fueron superiores a los cuatro mil millones de pesos pero se realizaron pocas construcciones y de manera deficitaria.
Un dato de color que marca el nivel de abandono de la empresa estatal, es que tras asumir la actual gestión, se encontró sin insumos básicos como cloro y potabilizantes. Además, acompañaron a todas estas irregularidades y gastos suntuosos que realizó Sardella un aumento tarifario del 364% que impactó de lleno en el bolsillo de las y los bonaerenses.
Como si fuera poco, mientras que desde Juntos por el Cambio se jactan de que las obras para ampliar la red cloacal “son algo concreto” y no “mero relato”, lo cierto es que los propios datos del INDEC muestran que durante el macrismo la red se extendió del 58% al 62,5%, mientras que en el mismo periodo anterior, había saltado del 49% al 58%.
