El concejal del Frente de Todos Walter Larrea, conversó con Juan Ignacio Guarino al aire de El Ágora en Radio Nacional sobre el secuestro y desaparición de Gerardo “Chiche” Carcedo, Presidente del bloque peronista, el 17 de octubre de 1976: día de la lealtad. En este marco, se refirió a la fuerza simbólica que representa la fecha en la que ocurrió el hecho, y opinó sobre la presencia de su figura en el peronismo en la actualidad.
Gerardo Carcedo “era Presidente del Bloque del Frente Justicialista de Liberación en el Concejo Deliberante local”, explicó Larrea. “Tenía 33 años” y “lo definen sus compañeros de militancia como extremadamente solidario, una persona muy culta“, comentó, y agregó: “Su militancia orgánica había sido en lo que era la juventud peronista”.
Un 17 de octubre
Por otro lado, se refirió a la fecha en la que ocurrió la desaparición, “jornadas que siempre estuvieron preñadas de alegría, preñadas de fervor militante“. Según opinó, parte del odio de los dictadores “tenía que ver con esa manifestación de la alegría, interrumpieron este tipo de festejos”.
Además, expresó que “no es casual, si se me permite -quizás antojadizamente-, que a Carcedo lo hayan secuestrado un 17 de octubre”, y recordó que el caso de los hermanos Bustos. “Fue muy emblemático todo el caso, como todos los casos”, comentó.
“Todos fueron secuestrados la noche anterior al golpe“, detalló, y señaló que “Marta era compañera de bloque de Chiche“. Juntos, eran “quienes más expresaban en aquel momento, en aquel caleidoscopio de expresiones políticas, a los sectores más consecuentes que tenían que ver con la juventud peronista”.
“No solamente es una cuestión de una foto congelada en el año 76, sino que muchas de las cosas por las que Carcedo luchó, como tantos compañeros, siguen teniendo plena vigencia“.
Asimismo, citó parte de los discursos de Carcedo y se detuvo en una frase. Es “como si hubiera hecho futurología”, comentó:
“Porque mañana, si llega a pasar algo con el gobierno del pueblo, que queden perfectamente identificados aquellos que se callaron porque tenían miedo, o los que hablaron, aunque eso involucrara un riesgo”
“Vaya si resulta esclarecedor estas palabras de Chiche Carcedo en el año 74“, manifestó, “cuando luego, al poco tiempo -y casi simultáneamente- el accionar parapolicial de la triple A, […], se hizo a sus anchas en esta ciudad”.
“Amparados en el aparato de seguridad de Remus Teto en la universidad y en la patota de Ponce desde el control de la CGT”, agregó.
La fuerza de los símbolos y la memoria
Durante la entrevista, opinó que “lo simbólico tiene una carga de representación y una carga de mensaje que trasciende a la mera anécdota”. En este sentido, se refirió a los hechos que “son llevados a cabo en fechas donde uno debería levantarse y estar esperando gustoso y orgulloso el momento de concurrir a las calles”.
“Creo que lo simbólico tiene ahí una connotación muy terrible“, lamentó, al tiempo que explicó que:
“Chiche fue, junto con Jorge Valenberg, que era presidente del Concejo Deliberante de la ciudad al comienzo del golpe, quizás las dos figuras más emblemáticas en cuanto a representación institucional”.
En este contexto, remarcó que “en el Concejo Deliberante trato en toda oportunidad de referirme a estos temas“, y comentó:
“A veces hay colegas que me miran como si yo estuviera hablando de algo que pasó en lejanos confines y en tiempos inmemoriales. Y se trata de las dos figuras más emblemáticas y más representativas de aquel concejo deliberante que hoy yo tengo el altísimo honor de integrar”.
La memoria en el peronismo
Cerca del final de la entrevista, Guarino le consultó por la presencia de estos hechos en la memoria del peronismo, a lo que Larrea replicó:
“Tengo que decirlo con cierta dosis de dolor y hasta de enojo, que las estructuras oficiales -al menos desde el 83 para acá- de lo que ha sido el Partido Justicialista, no se ha caracterizado por tener una construcción activa de la memoria referida a los compañeros que fueron victimas del terrorismo de estado“.
“Y que lo fueron por sostener muy en alto las banderas de la independencia económica, de la soberanía política y de la justicia social”, agregó. Aún así, y “pese al manto de olvido”, reconoció que:
“Hay mucha militancia que, a veces con mayor nivel de información, otras con menos, tiene presente que han sido compañeros que dieron su vida para que, como dice la canción partidaria: reinen el pueblo, el amor y la igualdad