La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, encabezó la reunión de su gabinete en Bahía Blanca.
El encuentro se iba a realizar en el Salón Blanco de la Municipalidad, pero finalmente se realizó a unas 44 cuadras, en sociedad de fomento del barrio Rosendo López, en Sócrates y Huaura. Vidal no pudo conseguir la foto deseada ya que en las calles del centro bahiense se desarrollaba una movilización convocada desde SUTEBA.
La estrepitosa caída de la imagen de Vidal y el alto nivel de conflictividad y movilización que atraviesa Bahía Blanca tiene al Municipio en alerta. Ya no conciben margen para escenarios como fue la visita de Vidal en 2016.
Es por eso que desde el entorno de Héctor Gay han comenzado a evitar grandes gestos de apoyo a la gobernadora, en especial desde el escándalo de los aportantes truchos. Un detalle que a nadie escapa es que la concejala Soledad Pisani, ya había denunciado a Esteban Bullrich por falsificación de firmas en 2006, en el contexto de una interna partidaria de RECREAR (el partido de López Murphy primero y luego del actual senador por Cambiemos).
En esa ocasión, las calles circundantes a Plaza Rivadavia amanecieron valladas para impedir el ingreso de los manifestantes e incluso, la policía llegó a tirar gases lacrimógenos a la multitud, entre la que se encontraba una embarazada.
Hoy por el contrario, primó la racionalidad por encima del autoritarismo y se evitó la instalación de un vallado, que no hubiera generado más que mayor malestar en una ciudadanía fastidiada por el vacío de la gestión y por las dilaciones y demoras en obras tan simples como es la realización de una semipeatonal.